Científicos han logrado identificar -y operar- casos de epilepsia considerados intratables, usando resonancias magnéticas 7 teslas con un sistema único de transmisión paralela.
Los escáneres de resonancia magnética de ultra alta potencia (7 teslas) están mejorando el panorama del tratamiento quirúrgico para la epilepsia farmacorresistente gracias a una nueva técnica desarrollada por investigadores del Hospital Addenbrooke de Cambridge en colaboración con la Universidad Paris-Saclay.
Este avance ha superado una limitación crítica de los equipos de 7T convencionales: la aparición de zonas oscuras o "puntos ciegos" en áreas cerebrales clave, particularmente en los lóbulos temporales donde se originan la mayoría de los focos epilépticos.
La solución tecnológica implementada utiliza un sistema de transmisión paralela que emplea ocho transmisores de radiofrecuencia sincronizados alrededor del cráneo, a diferencia del transmisor único tradicional, logrando imágenes cerebrales de una nitidez y precisión sin precedentes.
El estudio clínico, publicado recientemente en la prestigiosa revista Epilepsia, evaluó a 31 pacientes con epilepsia refractaria al tratamiento médico, demostrando la superioridad diagnóstica de esta nueva tecnología.
En el 29% de los casos (9 pacientes) se identificaron lesiones cerebrales que habían pasado desapercibidas en los escáneres convencionales de 3 teslas, mientras que en el 13% (4 pacientes) se confirmaron hallazgos que antes eran dudosos y en otro 13% se descartaron falsas lesiones.
Las imágenes obtenidas con esta técnica resultaron significativamente más nítidas que las de los equipos 7T convencionales en el 57% de los casos, sin que en ningún momento la tecnología tradicional superara a la nueva metodología.
El impacto clínico de estos hallazgos ha sido inmediato y profundamente transformador para el manejo de la epilepsia refractaria. En el 58% de los participantes del estudio (18 pacientes) se modificó sustancialmente el plan terapéutico como consecuencia directa de los nuevos hallazgos imagenológicos.
Nueve pacientes se convirtieron en candidatos ideales para cirugía de resección convencional, mientras que un caso fue seleccionado para un novedoso procedimiento de termoablación láser guiada.
En cinco pacientes con lesiones complejas se indicó la necesidad de estudios complementarios con electrodos intracraneales (sEEG), y en tres casos se determinó que la cirugía no era viable debido a la complejidad anatómica de las lesiones identificadas.
La relevancia de este avance tecnológico adquiere mayor dimensión cuando se considera el contexto epidemiológico de la epilepsia. Se estima que aproximadamente el 60% de todos los casos de epilepsia corresponden a la variedad focal, y que un tercio de estos pacientes desarrollan resistencia a los tratamientos farmacológicos disponibles.
En este grupo de pacientes refractarios, la cirugía representa la única opción curativa, con tasas de éxito que oscilan entre el 60% y 80% cuando la selección de candidatos y la localización de las lesiones epileptógenas es precisa.
La capacidad de detectar y caracterizar estas lesiones con mayor exactitud no solo duplica las probabilidades de éxito quirúrgico, sino que además optimiza el uso de recursos sanitarios al reducir la necesidad de procedimientos diagnósticos invasivos como el sEEG, cuyo costo en el sistema de salud británico ronda las £25,000 por caso.
Más allá de su superioridad en resolución espacial -capaz de alcanzar los 0.5 mm isotrópico frente a los 1 mm de los equipos de 3T-, esta tecnología permite una caracterización sin precedentes de la arquitectura cortical y las conexiones de sustancia blanca mediante secuencias avanzadas como SWI (Susceptibility Weighted Imaging) y DTI (Diffusion Tensor Imaging).
El estudio establece un nuevo estándar en la evaluación prequirúrgica de la epilepsia y marca un logro en el camino hacia la adopción rutinaria de los escáneres de 7 teslas en centros de referencia.
Los investigadores adelantaron que próximamente evaluarán el impacto a largo plazo de esta tecnología en los resultados quirúrgicos y la calidad de vida de los pacientes, dimensiones clínicas que podrían consolidar definitivamente el papel transformador de esta innovación en el manejo de la epilepsia refractaria.