En el aniversario número 16 del primer trasplante de corazón en Puerto Rico, los pacientes cardiacos de la isla deben saber que hoy día la cirugía no figura como la primera opción ideal que mejore su calidad de vida por el aumento de comorbilidades asociadas a las enfermedades que afectan el músculo del corazón. Según explicó recientemente en entrevista exclusiva con la Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP), el doctor Iván González Cancel, cirujano cardiaco que realizó el primer trasplante de corazón en Puerto Rico un día como hoy en el 1999, el paciente cardíaco de hoy día es uno más “enfermo” y posee mayores comorbilidades, lo que complica el panorama médico y limita las opciones de tratamiento que mejorarían su calidad de vida. Hasta el momento, se han realizado 150 trasplantes de corazones en la isla-uno de los pacientes fue trasplantado dos veces.
“Cuando hablamos de la evolución del trasplante en Puerto Rico, tenemos que hablar de la no evolución. Tenemos un paciente que nos llega más tarde a nuestras oficinas, tiene una mayor edad, con un sistema renal más comprometido, tiene una mayor comorbilidad, porque hoy los medicamentos preservan y prolongan su salud evitando que el paciente no tenga que llegar a ser trasplantado. Al llegar más tarde, casi siempre tienen la salud bastante comprometida y tienen condiciones adicionales a la cardiaca”, explicó.
“Es un paciente que llega ligeramente más enfermo porque no se atendió desde en un principio. Esto complica más el panorama porque al ser más enfermo, tenemos que ser más cuidadosos en su evaluación y es paciente que muchas veces ya no podemos ofrecerles trasplante de corazón. Aquí radica la no evolución. ¿Qué podemos ofrecerles? Sistemas de asistencia ventricular, que existe la tecnología, pero en Puerto Rico no está disponible. Nos hemos quedado cortos porque no hemos sido proactivos en el establecimiento de nuevas tecnologías como el uso de válvulas percutáneas, de apartados de asistencia ventricular, etc., para ayudar a nuestros pacientes en etapa cardiaca terminal”, sentenció. Además, el doctor González Cancel expresó que han sido los fallos en el sistema de salud del Gobierno de Puerto Rico los que han provocado la paralización en la evolución en la tecnología para pacientes con el músculo del corazón comprometido. “Esto es un servicio de salud con fines de lucro. Hay que reforzar el sistema primario de salud de Puerto Rico. El problema no es que no haya dinero. Es cómo se utiliza. Los trasplantes han disminuido por las terapias que existen hoy día. Además, al ser pacientes con mayor comorbilidades, la alternativa ya no es el trasplante de corazón, si no otras alternativas de tratamientos tecnológicos que tampoco tenemos disponible y además, hemos tenido un éxodo de población y muchos de estos pacientes reciben servicios en los Estados Unidos y debido a eso, el número de trasplantes en la isla se ha estabilizado y hacemos seis a siete cirugías por año de 10 que hacíamos anualmente”, reveló.
“Nuestro logro se resume en haber dado una nueva oportunidad de vida a estos 149 pacientes, porque uno de ellos se ha trasplantado dos veces. Esto es evidencia de que cuando hay unidad de propósito todo se puede hacer, pero debo hacer enfático en que nos hemos quedado cortos”, apuntó.
El doctor agregó de paso que los Estados Unidos existen 300 personas se trasplantan anualmente y las que llegan a fallo cardíaco por necesidad de un trasplante rondan los 50 mil anualmente. Mencionó también que en Puerto Rico tanto él como el doctor Cid Quintana Rodríguez son los únicos que participan en el Programa de Trasplantes del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. “En Puerto Rico aún estamos practicando de forma artesanal la medicina según mi perspectiva. Estas especialidades que requieren mucho tiempo de estudio van a desaparecer en Puerto Rico. Puerto Rico en la cirugía cardiovascular va dirigida a los años 30 y 40 donde la mayoría de la gente que necesitaran servicios se tenían que ir a Estados Unidos. Puerto Rico tiene una epidemia de diabetes que acelera la presencia de comorbilidades y en 15 años estoy seguro que no existirán los profesionales que atiendan esa población”, aseguró.