Según estudio, el mayor beneficio para mitigar la epidemia de COVID-19 no vendrá de las restricciones o prohibiciones de movilidad, sino de lavarse las manos.
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Según estudio, el mayor beneficio para mitigar la epidemia de COVID-19 no vendrá de las restricciones o prohibiciones de movilidad, de acuerdo con los autores de la investigación.
Lavarse las manos y aislar a los enfermos son medidas más efectivas para contener la epidemia de coronavirus que las restricciones de viajes ordenadas por los gobiernos, de acuerdo con una investigación publicada este viernes en la revista « Science»
En opinión de los investigadores de la Northeastern University de Boston (EE.UU.), que han colaborado con otros centros de investigación, como la Universidad de Shanghai, el mayor beneficio para mitigar la epidemia de COVID-19 no vendrá de las restricciones o prohibiciones de movilidad, sino de «intervenciones de salud pública y los cambios de comportamiento» de la población.
«En las áreas afectadas por el nuevo coronavirus de 2019 (COVID-19), las restricciones de viaje solo afectarán modestamente la propagación del brote»,
han asegurado los investigadores en su estudio, que con un modelo de proyección estima los impactos de la diseminación del nuevo virus dentro y fuera de China tras establecerse una férrea cuarentena en la ciudad de Wuhan, en la que se originó el brote, informa Efe
«A medida que se está esparciendo fuera de China, se han aplicado medidas de cuarentena desde la ciudad de origen, Wuhan, en la provincia de Hubei, hasta Cremona, en Italia», recuerdan los autores, encabezados por el Matteo Chinazzi, del Laboratorio para la Modelización de Sistemas Biológicos y Sociotécnicos de la Northeastern University.
El estudio muestra que la prohibición de viajar decretada en Wuhan el 23 de enero «retrasó la progresión de la epidemia en China continental entre tres y cinco días», algo que los científicos consideran «un efecto modesto», sin impedir tampoco que «gran cantidad de personas» expuestas al virus viajasen al exterior sin ser detectadas.
Asimismo, «cuando las aerolíneas suspendieron los vuelos hacia y desde China a principios de febrero, esta restricción inicialmente ayudó a frenar la propagación de COVID-19 en otras partes del mundo, pero incluso en el caso del 90% de reducción de viajes, el número de casos importados en otros países aumentó significativamente en cuestión de semanas (...) cuando la transmisibilidad no se redujo con esfuerzos como el autoaislamiento».
En este sentido, los investigadores afirman que factores como la detección temprana, el aislamiento y el lavado de manos «logran una reducción considerable en la transmisibilidad de la enfermedad».
«En el futuro, esperamos que las restricciones de viaje a las áreas afectadas por el COVID-19 tengan efectos modestos, y que las intervenciones de reducción de la transmisión proporcionarán el mayor beneficio para mitigar la epidemia»,