La búsqueda de vacunas contra diferentes epidemias y virus ha generado extensas jornadas de investigación, en las que se han identificado teorías como la de los anticuerpos para vencer algunas enfermedades.
Diana Castañeda
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La búsqueda de vacunas contra diferentes epidemias y virus ha generado extensas jornadas de investigación, en las que se han identificado teorías como la de los anticuerpos para vencer algunas enfermedades.
El doctor Carlos Sariol, director de la Unidad de Medicina Comparada del Laboratorio de Virología del Caribbean Primate Research Center (CPRC) de la UPR y del Programa de Flavivirus de la Escuela de Medicina del RCM, ha investigado desde el 2015 la infección por Zika, llegando a conclusiones como que la inmunidad por dengue contra Zika no está mediada por anticuerpos.
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Este estudio lo hace participe de una publicación en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, revela que la infección por Zika puede tener el efecto de controlar la multiplicación del virus del dengue en el organismo y por tanto limitar las consecuencias graves de esta enfermedad. Es decir, la infección del Zika controlaría la del dengue.
En cuanto a la relación con el nuevo coronavirus, este experto en investigación argumenta que, el desarrollo de las vacunas para todos los virus es un reto debido a que “cuando uno tiene una segunda infección por dengue, esta infección puede ser más severa porque puede ser amplificada por anticuerpos, y ese mecanismo parecería ser lo que puede ocurrir también en las infecciones por coronavirus”.
“En los años 2005, se vieron casos que fueron más severos en pacientes que habían tenido infección por otro coronavirus y, los coronavirus que circulan normalmente en la población humana parece ser que están mediado por anticuerpos que es el mismo mecanismo y, ¿qué tiene que ver esto con el desarrollo de vacunas? Bueno, pues a la hora que se va a producir una vacuna no se puede mandar a correr, porque puede pasar que esta vacuna puede inicialmente dar una inmunidad, pero con el tiempo lo que puede hacer es volver a la persona más susceptible a desarrollar algo más grave cuando se infecte con otro coronavirus”.
Ante esto, el investigador dice que hay que ser muy cuidadoso en el punto de vista científico. “Es necesario seguir con los estándares, hay que tratar de hacerlo, pero hay detalles como este que no se pueden obviar y hay que estar muy seguros de la inmunidad que provoca, qué va a generar y qué va a inducir la vacuna que se autorice, que se apruebe finalmente, si realmente va a ser un inmunidad que protege y no una inmunidad que daña”, enfatizó.
Para el director de investigación del RCM, estos dos virus comparten un mecanismo de acción que es muy parecido al que producen lo que se conoce con el nombre de Tormenta de citoquinas que, no es más que la producción de muchísimas citoquinas que originan inflamación en el cuerpo. El dengue lo produce a nivel sistémico y el COVID-19 a nivel de los pulmones.
“Cuando un paciente tiene estas dos condiciones, el virus del dengue con el coronavirus en una situación muy peligrosa para el paciente, puesto que los dos virus tienen algo en común. Entonces, imagino la situación de que un paciente está infectado con los dos virus y que se exponga a esta doble descarga de sustancias inflamatorias. La mortalidad debería probablemente se incrementaría y debería ser mucho más alta en los pacientes infectados con los dos virus. Y eso es una situación real, no es algo hipotético, pues es real que gran parte de países de América Latina tienen una alta circulación de dengue”, advierte el especialista.
En cuanto al desarrollo de vacunas para el coronavirus, este galeno, experto en la investigación de virus, advierte de la importancia que tiene identificar diagnósticos confiables, que puedan ser utilizados para identificar realmente las personas que han estado expuestas y ensayos que nos permitan determinar qué personas ya están protegidas por la infección natural.
“Muchas al final son ensayo que sirven para saber a qué persona se le debe poner la vacuna o que no han sido infectados y no están protegidos y, qué personas si están protegidos por infección natural y no requieren la vacuna”.
Por otra parte, Carlos Sariol recordó durante la entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP) que, cuando comenzó el Sida hubo un desarrollo de la inmunología, donde se vieron grandes esfuerzos. Pero ahora se están dando recursos insuperables nunca antes vistos de parte de la ciencia para el desarrollo de una vacuna, algo muy positivo para las investigaciones actuales.
El doctor Sariol enfatizó que: “Son retos grandes en el desarrollo de vacunas, no sólo para el COVID-19 sino para los demás virus. Una vacuna efectiva contra el virus del dengue no se ha desarrollado y, hay más de 70 años de investigaciones de vacunas contra el dengue. La vacuna del zika, se empezó la investigación en el 2015, hace cinco años y todavía no tenemos una vacuna efectiva contra Zika en el mercado que se pueda utilizar. Por tanto, el periodo desde que se empieza los primeros experimentos de diseña una vacuna que está disponible para el uso humano. Usualmente pasan muchos años, aun cuando se hayan puesto tantos recursos, y no estoy diciendo que la vacuna va a estar disponible en muchos años, sino que yo creo que nadie puede decir un tiempo con certeza”.
Sin embargo, el director de la investigación del dengue y el Zika aseguró que, ante la situación extrema por la que pasa el mundo actualmente debido a la pandemia del coronavirus, esta vacuna podría salir más rápido que la de otro virus regular.