El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más mortales, que a menudo se descubre en etapas avanzadas debido a la ausencia de síntomas iniciales o a la detección tardía
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las estimaciones de GLOBOCAN 2020, elaboradas por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), indican que el cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer a nivel mundial. En 2020, se registraron aproximadamente 1,8 millones de muertes debido a este tipo de cáncer, lo que representa el 18% de todas las muertes por cáncer.
Este es un tipo de tumor muy frecuente, y aunque se asocia comúnmente con factores de riesgo como el tabaquismo, no siempre presenta los síntomas típicos que suelen alertar a los pacientes.
Jenna Gibson, diagnosticada con cáncer de pulmón a los 34 años, tuvo un caso atípico ya que no presentó síntomas.
Su cáncer fue detectado por casualidad durante un examen de salud rutinario que incluía un análisis de composición corporal, en el cual se encontró una masa. Tras varios estudios y controles, en noviembre de 2014, se le diagnosticó un tumor carcinoide neuroendocrino en estadio 2 en el pulmón.
Fue sometida a una operación para extirpar dos lóbulos de su pulmón derecho y pasó una larga recuperación, sin embargo, después de una década de controles regulares, hasta el momento no ha tenido recaídas.
En general, el cáncer de pulmón tiende a manifestarse con síntomas bastante característicos, tales como tos persistente, dolor torácico, dificultad para respirar, ruidos respiratorios como las sibilancias, tos sanguinolenta, fatiga prolongada y pérdida de peso inexplicable.
Estos síntomas, cuando se presentan, es porque la enfermedad ha avanzado a una etapa en la que el tratamiento se vuelve más complejo.
Sin embargo, existen casos atípicos en los que el cáncer de pulmón se desarrolla sin causar síntomas evidentes hasta que ya está bastante avanzado.
Este tipo de cáncer, conocido por su capacidad de ser silencioso, a menudo se descubre por casualidad durante exámenes médicos rutinarios, como análisis de composición corporal, radiografías de tórax o tomografías computarizadas.
Específicamente, la tomografía computarizada puede detectar masas o anomalías en el pulmón que, en un principio, no se relacionan con cáncer, pero, al dar la sospecha, se solicitarán pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico.
Frecuentemente, las personas no presentan síntomas hasta que el cáncer ha alcanzado un estadio avanzado, disminuyendo las probabilidades de éxito en los tratamientos y aumentando la mortalidad asociada a esta enfermedad.
En este contexto, la importancia de realizarse revisiones de salud regulares se vuelve aún más relevante, ya que el diagnóstico temprano puede marcar una gran diferencia en el pronóstico de la enfermedad.
Otro aspecto que puede llegar a malinterpretarse, es que muchas personas asocian esta enfermedad exclusivamente con el tabaquismo, generando un estigma hacia los pacientes, al considerar que solo los fumadores corren el riesgo de padecerlo.
Sin embargo, el cáncer de pulmón también afecta a personas que nunca han fumado, y se estima que un porcentaje significativo de los casos ocurre en personas no fumadoras.
De hecho, el cáncer de pulmón es una de las causas de muerte más importantes entre los no fumadores, y aún así recibe menos financiación para su investigación que otros tipos de cáncer, como los de mama, próstata y colon.