Hallan nanopartículas metálicas en leche materna asociadas al consumo habitual de harinas

En 42 de las 53 mujeres estudiadas se encontraron concentraciones de hasta 1,12 × 10¹¹ nanopartículas por mililitro de leche materna.

Mariana Mestizo Hernández

    Hallan nanopartículas metálicas en leche materna asociadas al consumo habitual de harinas

    La leche materna constituye la piedra angular de la salud infantil: suministra nutrientes esenciales y confiere una protección inmunitaria decisiva durante los primeros meses de vida. No obstante, su pureza puede verse comprometida por la exposición de la madre a contaminantes ambientales.

    Una investigación recientemente publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) advierte sobre un nuevo riesgo: la presencia de nanopartículas artificiales —principalmente de dióxido de silicio y diversos metales— en la leche humana. El estudio, desarrollado por científicos de las universidades de Soochow (China) y Técnica de Ostrava (República Checa), examinó muestras de 53 mujeres en periodo de lactancia; en 42 de ellas hallaron nanopartículas, con concentraciones de hasta 1,12 × 10¹¹ partículas por mililitro.

    El artículo detalla el perfil químico de estos nanomateriales, así como los mecanismos que facilitan su ingreso en el organismo materno y su posterior acumulación en la leche.

    Muestras representativas y condiciones controladas

    Las muestras procedían de mujeres sanas que vivían en Suzhou, Zaozhuang y Bozhou, recolectadas entre el primer y el undécimo mes posparto. Ninguna participante fumaba ni había trabajado en entornos industriales con riesgo de exposición a contaminantes, un control que refuerza la pertinencia de los hallazgos bajo condiciones de vida habituales.

    Composición química y fuentes de exposición

    El equipo identificó nanopartículas compuestas por nueve elementos —oxígeno, silicio, hierro, cobre, aluminio, flúor, magnesio, titanio y zinc—. Los análisis de espectroscopía y difracción revelaron estructuras cristalinas como dióxido de silicio (SiO2), óxido de hierro (Fe2O3), óxido de titanio (TiO2) y otros compuestos complejos.

    Muchas de estas partículas se vinculan al uso generalizado de nanomateriales en productos de consumo. Entre las fuentes potenciales de exposición destacan los aerosoles domésticos, los protectores solares, el maquillaje, la contaminación atmosférica por partículas en suspensión y, de forma especialmente significativa, ciertos alimentos procesados.

    El consumo habitual de harina mostró la asociación estadística más fuerte con la presencia de nanopartículas en la leche materna, lo que apunta a aditivos como el dióxido de silicio —empleado como antiapelmazante— como posible vía de entrada.

    Modelo experimental para rastrear nanopartículas

    Para esclarecer el trayecto de las partículas hasta la leche, los autores recurrieron a un modelo murino: expusieron a ratonas lactantes a nanopartículas de sílice marcadas con trazadores fluorescentes y metálicos, tanto por vía oral (intragástrica) como por aspiración orofaríngea.

    Gracias al uso combinado de microscopía intravital y electroforesis capilar con detección por fluorescencia, el equipo rastreó con precisión la ruta de las partículas desde el intestino o los pulmones, su paso por el torrente sanguíneo y las glándulas mamarias, hasta su depósito final en la leche.

    Los experimentos revelaron, además, que las nanopartículas más pequeñas y de carga neutra poseen una mayor capacidad de infiltración. Aunque las partículas halladas en la leche humana mostraban carga negativa —probablemente adquirida al recubrirse con una biocorona proteica—, los ensayos en ratones con partículas sin recubrimiento permitieron aislar el efecto del tamaño y la carga sobre su comportamiento.

    Sistema inmunitario en desarrollo y vigilancia toxicológica

    En sus conclusiones, los autores subrayan que estos resultados no solo confirman la presencia generalizada de nanopartículas en la leche materna, sino que aportan una caracterización detallada de su composición química, su recorrido biológico y los mecanismos que facilitan su transferencia. "Reducir la ingesta de alimentos contaminados con nanopartículas puede ser una estrategia práctica para disminuir su transferencia a la leche materna", sugieren los autores, quienes resaltan la dieta como una vía fundamental de exposición.

    Implicaciones y futuro de la investigación

    Este estudio abre nuevas perspectivas para la investigación sobre el impacto de los nanomateriales en la salud infantil. Además de las instituciones chinas, contó con la colaboración del Centro de Nanotecnología y Energía de la Universidad Técnica de Ostrava y recibió financiación del programa europeo REFRESH.

    Aunque no se identificaron efectos adversos directos en los lactantes, los investigadores advierten que la lactancia debe considerarse un punto crítico en la vigilancia toxicológica de las nanopartículas, dada la inmadurez del sistema inmunitario infantil y la creciente presencia de compuestos artificiales en el entorno.



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