El Plan de Salud del Gobierno (PSG) sigue en crisis. En el 2010, el gobierno federal le asignó a Puerto Rico la cantidad de $6.4 billones como fondos de Medicaid, los cuales se supone que durarían hasta el 2019. Esos fondos se están consumiendo más rápido que lo anticipado y se prevé que se agotarán para el finales del 2017. Pero, ¿por qué nadie sabe exactamente qué cantidad queda de ese fondo? ¿cuál es el misterio? ¿dónde está la transparencia? Esa información debe ser divulgada. El Presidente electo Donald Trump desde su campaña ha indicado que eliminará el Obamacare. Recientemente modificó su intención y manifestó que dejará vigente dos cosas: (1) la prohibición a las aseguradoras para de que no nieguen cubierta médica a personas con condiciones preexistentes y (2) que los jóvenes que vivan con sus padres continúen cubiertos por el plan de salud de su familia hasta los 26 años. Si se eliminan otros componentes del Obamacare, los más afectados serán los norteamericanos pobres. La mitad de los 44 millones de americanos que se pretendía asegurar con el Obamacare volverán a quedarse sin plan médico. Aunque los políticos locales están optimistas de lograr obtener fondos federales, aparentemente según el gobierno federal, y así lo ha expresado la Junta de Control Fiscal, es poco probable que eso ocurra. Pero si no nos ayudan a resolver los problemas del PSG y nos niegan recursos para la educación de niños con problemas de aprendizaje entonces se reactiva lo que denomino “la venganza del colonizado”. Nos mudamos a Estados Unidos y allí nos tienen que suplir los servicios médicos y de educación y a un costo mucho mayor que lo que cuesta en Puerto Rico. Ya en la ciudad de Orlando han tenido que abrir nuevas escuelas para atender los niños que llegan desde Puerto Rico, mientras aquí se están cerrando escuelas. Los maestros también se están marchando. Tengo un sobrino que se mudó a Orlando a trabajar como maestro, ¿Quieren saber que materia enseña? Inglés.
Puerto Rico, por no ser estado sino un territorio, tiene un tope en la aportación que recibimos de los fondos Medicaid. En el 1993 recibíamos $50 millones al año. Esa cantidad fue aumentando gradualmente hasta llegar a $300 millones en el 2009. Ese aumento está basado en la voluntad y buena fe del Congreso norteamericano hacia Puerto Rico. Podemos solicitar un aumento, pero no podemos exigirlo. Los estados no tienen tope en la aportación del Medicaid que reciben para tratar a la población pobre y a los niños. El gobierno federal aporta $1.6 billones al PSG ($1.2 billones de Obamacare y $400 millones de Medicaid). Si perdemos los $1.2 billones, el gobierno de Puerto Rico deberá conseguir esa cantidad de otras fuentes para mantener el PSG funcionando y que no se afecte la salud de los pobres. ¿Cómo podremos conseguir esa cantidad con una economía en recesión y ante el déficit presupuestario actual del país? A continuación explico mi propuesta al respecto:
- Cambiar la Ley de ASEM para convertir el Centro Médico en un hospital y así lograr que los planes médicos le paguen por los servicios que le brindan a los pacientes que permanecen en esa facilidad por más de un día. Integrar el Centro Médico y los hospitales universitarios de adulto y pediátrico en un solo bloque administrativo. Se ahorraría una gran cantidad de dinero evitando la duplicación y triplicación de los servicios.
- Trasladar el Hospital de Trauma al Hospital Industrial que sólo tiene 34% de camas ocupadas. Ningún hospital sobrevive con un por ciento de ocupación tan bajo. El Hospital de Trauma tiene 200 camas regulares y 20 camas de intensivo. Así reducimos el hacinamiento en el Centro Médico.
- Eliminarle tanto a la ACAA como a la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE) su función como proveedores de servicios--solo se encargarán de determinar la incapacidad y de compensar a los obreros y a los accidentados en su trabajo o en sus vehículos. Esto redundaría en ahorros de $165 millones al año que serían traspasados al PSG. Entre la ACAA y la CFSE gastan $3.3 millones anualmente en publicidad. Los accidentados serán tratados por el PSG (no por la ACAA ni la CFSE) en el área geográfica donde ocurra el accidente. Los servicios en los hospitales de la periferia son menos costosos que en el Centro Médico de PR.
- Reactivar la ley de Centros Médicos Académicos Universitarios Regionales y asignar la responsabilidad de proveer los servicios médicos a las cuatro escuelas de medicina acreditadas en el país. Cada una se encargaría de una región en particular. Eventualmente se crearían nuevos programas de residencias comenzando con Medicina de Familia. En los hospitales de las escuelas de medicina se tratarían los pacientes referidos por los médicos primarios.
- La inclusión de los beneficios médicos adicionales (Additional Health Benefits) del Obamacare del 2015 al 2016 aumentó en $527 millones el presupuesto del PSG. Los beneficios adicionales incluyen las pastillas contraceptivas, trasplantes de córneas, de piel y de hueso y visitas al quiropráctico.
- Crear una cobertura especial (carve out) para cubrir las pastillas contraceptivas sacando ese servicio de la tarjeta de salud. En Puerto Rico hay 600,000 mujeres en edad reproductiva, de forma que del total de 1.4 millones de asegurados hay 800,000 varones o mujeres en edad no reproductiva que no necesitan utilizar esas pastillas; las aseguradoras se ganan ese dinero sin tener que dar los servicios. El costo de las pastillas a las 600,000 mujeres en edad reproductiva es de $14.5 millones. Esos fondos se transferirían a la entidad privada Pro-Familia que recibe fondos federales a través de del Título X, pero que no son suficientes para cubrir toda la isla. Esa entidad se encargaría de suplir las pastillas contraceptivas a las mujeres del PSG en una sola farmacia en cada uno de los 78 pueblos. Ahorraríamos $500 millones, los cuales se añadirían al PSG. Pero por otro lado, ¿por qué queremos usar contraceptivos si el crecimiento poblacional está en negativo? Mueren más personas que las que nacen.
- El gobierno debe comprar los medicamentos directamente a las compañías farmacéuticas manufactureras para abaratar los costos en este renglón que es uno de los más costosos en el PSG.
- Crear una cooperativa médica gigante con la totalidad de los médicos de Puerto Rico, 9,500, para competir con las compañías aseguradoras. Las cooperativas operan sin fines de lucro.
Implantando esos cambios y activando “la venganza del colonizado” recuperaríamos los $1.2 millones para continuar los servicios en el PSG ante la eventualidad de que no haya fondos para el Obamacare en Puerto Rico.
Enrique Vázquez Quintana MD, FACS