El tratamiento del cáncer testicular ha tenido un éxito notable, lo que ha llevado a reducir de manera significativa el riesgo de mortalidad en los hombres afectados.
El tratamiento del cáncer testicular ha tenido un éxito notable, lo que ha llevado a reducir de manera significativa el riesgo de mortalidad en los hombres afectados. Actualmente, el riesgo de fallecimiento debido a esta enfermedad se estima en una proporción tan baja como uno en cinco mil, según señala la Sociedad Americana Contra el Cáncer.
"El cáncer ocurre cuando las células de los testículos mutan, se les confiere unas características de malignidad. Estas células se empiezan a proliferar rápidamente, tienen la característica de no morir, se les olvida y pueden atacar a otros órganos", explicó la Dra. Josselyn Molina, hematóloga oncóloga con fellowship en hematología y oncología médica.
Factores de riesgo del cáncer testicular
Existen diversos factores que pueden aumentar los riesgos de desarrollar cáncer testicular, incluyendo los siguientes:
Presencia de criptorquidia (testículo no descendido): durante el desarrollo fetal, los testículos se forman en el abdomen y normalmente descienden al escroto antes del nacimiento. Sin embargo, tener un testículo no descendido incrementa el riesgo de cáncer testicular. Además, si se ha realizado una cirugía para corregir esta condición y mover el testículo al escroto, el riesgo puede ser aún mayor.
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Antecedentes familiares de cáncer testicular: la existencia de familiares que hayan padecido cáncer testicular puede indicar un riesgo elevado.
Edad temprana: aunque el cáncer testicular puede presentarse en cualquier momento de la vida, es más común en adolescentes y adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 15 y 45 años.
Etnia de piel blanca: el cáncer testicular se observa con mayor frecuencia en personas de tez blanca.
¿Cómo se diagnostica?
Según la oncóloga, el diagnóstico del cáncer testicular se realiza mediante la utilización de un sonograma o ecografía testicular. Este procedimiento consiste en la obtención de imágenes que permiten evaluar la presencia de posibles signos o indicios de la enfermedad en el paciente.
También es posible realizar un análisis de sangre para diagnosticar el cáncer testicular. Este tipo de análisis se conoce como prueba de marcador tumoral y permite detectar proteínas generadas por las células cancerosas del testículo. Algunos de los marcadores tumorales utilizados en el diagnóstico del cáncer testicular son la gonadotropina coriónica humana beta, la alfafetoproteína y la lactato deshidrogenasa.
En casos en los que el paciente presenta un bulto sospechoso en el testículo, el especialista puede optar por realizar una cirugía para extirpar el testículo afectado, con el objetivo de analizarlo y confirmar o descartar la presencia de cáncer.
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¿Cuáles son los síntomas de alarma del cáncer testicular?
"Los síntomas de alarma que nos pudiesen estar diciendo que hay algo que no está bien a nivel testicular, alguna masa o abultamiento en el testículo o en el escroto, por lo general no duele pero hay pacientes que han referido malestar, dolor pélvico, dolor en la zona de la ingle, estos son signos de alarma, especialmente si han pasado más de dos semanas", manifestó la Dra. Molina.
Incidencia
La como se mencionó anteriormente, el cáncer testicular es más común en personas con edades tempranas, principalmente después de la pubertad masculina. No obstante, también la especialista mencionó que se han registrado casos de esta enfermedad en la población infantil y población de adulto mayor.
"Más o menos como en un 6% de los casos de cáncer testicular se dan en niños y también en adultos mayores, así que es importante que todos tengamos esa conciencia de evaluar esos síntomas y buscar ayuda", afirmó la oncóloga.
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Tratamiento
El tratamiento del cáncer testicular generalmente incluye intervención quirúrgica y quimioterapia. Las opciones de tratamiento más adecuadas dependen del tipo y etapa específicos del cáncer testicular, así como de la salud general, además, de las preferencias del paciente.
Sin embargo, la Dra. Molina hizo hincapié en los posibles riesgos de infertilidad asociados a la quimioterapia. Por esta razón, recomendó a los pacientes considerar alternativas para preservar los espermatozoides y explorar otras medidas que les permitan recuperar su fertilidad en el futuro. Es importante abordar este tema con el equipo médico para tomar decisiones informadas y considerar opciones como la criopreservación de esperma antes de iniciar el tratamiento.
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