Estudio halló que el 89 % de las prescripciones de benzodiacepinas en mayores de 65 años son inadecuadas

Desde hace algunos años las distintas guías de práctica clínica promueven un uso prudente y limitado en el tiempo de estos fármacos

Mariana Mestizo Hernández

    Estudio halló que el 89 % de las prescripciones de benzodiacepinas en mayores de 65 años son inadecuadas


    Las benzodiacepinas son una clase de medicamentos utilizados comúnmente para tratar trastornos de ansiedad y trastornos del sueño, así como para prevenir convulsiones y relajar los músculos. Estos fármacos funcionan aumentando la actividad de un neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro, lo que provoca una disminución en la actividad nerviosa produciendo una sensación de calma y relajación.

    Debido a su efecto depresor del sistema nervioso central (SNC), las benzodiacepinas son consideradas como un tipo de medicamento sedante.

    Replantear la prescripción

    Según un estudio publicado en Medicina General y de Familia, el 89% de las prescripciones de benzodiacepinas en pacientes mayores de 65 años pueden ser potencialmente inadecuadas. Por ello, es fundamental que el médico preste especial atención a la idoneidad y a la reevaluación de estas prescripciones, ya que estas medicaciones no deben ser recetadas por un período mayor a cuatro semanas.

    Ahora bien, desde hace algunos años las distintas guías de práctica clínica promueven un uso prudente y limitado en el tiempo de estos fármacos. Además, existen otros psicofármacos como antidepresivos, antipsicóticos o antiparkinsonianos cuya prescripción se considera potencialmente inadecuada si se combina con las benzodiacepinas.

    Aspectos importantes para recetar el fármaco

    El Dr. Javier Gómez Pavón, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital de la Cruz Roja de Madrid, y miembro del equipo de liderazgo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, comentó aspectos importantes al momento de prescribir una benzodiacepina a un paciente mayor. 

    "No deben prescribirse durante más de cuatro semanas, ya que no hay indicación para tratamientos más prolongados por riesgo de sedación prolongada, confusión, pérdida de equilibrio, caídas y accidentes de tráfico; todas las benzodiacepinas deberían suspenderse de forma gradual si el tratamiento ha superado las cuatro semanas, ya que al suspenderse de forma brusca existe riesgo de síndrome de abstinencia", explicó

    ¿En qué consistió el estudio?

    La Dra. Cayetana de Miguel, médica de familia del centro de salud Ventura Rodríguez de Madrid, y una de las autoras del estudio, señaló que "la causa de que no se cumplan los criterios STOPP/START fue la prescripción de benzodiacepinas con una duración menor de cuatro semanas, ya que los criterios están definidos como la prescripción durante más de cuatro semanas o de dos benzodiacepinas concomitantes".

    Según la National Library of Medicine, los criterios STOPP/START permiten detectar la prescripción potencialmente inadecuada (PPI) a nivel individual. Su aplicación a nivel poblacional permite determinar la prevalencia de PPI y su relación con diversas variables del paciente y del sistema sanitario.

    La investigación buscó establecer una relación causa-efecto de la población mayor de 65 años con al menos una benzodiacepina prescrita en el periodo señalado.Asimismo, están excluidos los pacientes hospitalizados y en situación terminal.

    Sólo 11 % cumple los criterios

    En el estudio, se contó con la participación inicial de 226 personas, pero se excluyó a 18 de ellas por no cumplir con los criterios de inclusión, lo que resultó en un total de 208 participantes. Se encontró que cerca del 89% de los pacientes mayores de 65 años tenían una prescripción potencialmente inadecuada de benzodiacepinas según los criterios STOPP/START de 2014. Además, se observó que el 72,1% de los pacientes incluidos en el estudio eran mujeres.

    De la misma manera, la mitad de los sujetos pertenecía al grupo de 65 a 75 años de edad y la otra mitad (49,5%) a pacientes mayores de 75 años, con una media de edad de 75,4 años.

    Por otra parte, la indicación de la prescripción, 51,9% fue para insomnio, 51,3% para ansiedad, 36,1% para depresión y 7,2% para agitación; hubo 14% debido a otros motivos no registrados o diferentes a las opciones contempladas. 

    Además, el 11,5% de los pacientes mayores tenía prescritas al menos dos benzodiacepinas. A su vez, se observó que más de la mitad de los pacientes estaba en tratamiento con otros psicofármacos (antidepresivos: 41,3%; hipnóticos: 8,2%; antipsicóticos: 4,3%).

    Se deben suspender a tiempo

    El Dr. Gómez Pavón destacó que en lo que respecta a las alternativas farmacológicas para pacientes mayores, "las benzodiacepinas en el adulto mayor son útiles y tienen sus indicaciones habituales, pero la cuestión no consiste en no prescribirlas, sino en retirarlas a tiempo, es decir, no dejarlas más allá de cuatro semanas, facilitando el tratamiento no farmacológico de cada entidad, compartiendo en común ejercicio, higiene del sueño, de prescripción de tratamientos no indicados y por supuesto, psicoterapia".

    Tratamiento alternativo

    Entre las medidas higiénico-dietéticas del sueño, la Dra. De Miguel afirmó que existen técnicas que el paciente puede emplear para evitar el consumo de estos medicamentos como establecer horarios más o menos regulares para levantarse o acostarse, intentar conseguir un ambiente tranquilo, sin luz y sin ruido, pudiendo implementar el uso de antifaz o tapones, evitar siestas, sobre todo de más de media hora.

    Asimismo, evitar el consumo de bebidas estimulantes, así como el ejercicio físico en las seis horas previas a dormir, intentar mantener una dieta equilibrada; reducir al máximo el uso de pantallas por la noche e intentar no dormir con la televisión encendida o similares, siendo preferible inducir el sueño con música relajante o lectura; también es beneficiosa la realización de ejercicios de relajación.

    Por otra parte, la especialista señaló el tratamiento alternativo de la ansiedad, "respecto a las medidas conductuales para el tratamiento de la ansiedad, nos referimos a ellas para definir las recomendaciones para implementar pequeños o grandes cambios en los hábitos de la vida cotidiana y así disminuir el nivel de estrés y nerviosismo".

    Es decir, hacer ejercicio de forma regular, limitar el consumo de alcohol, estimulantes, tabaco u otras drogas, buscar actividades placenteras para realizar a diario o durante los fines de semana que supongan una motivación o un reto, pasar tiempo al aire libre dando paseos o practicando un deporte, entre otros.

    Analizar efectos secundarios

    "En este caso sería interesante evaluar la prevalencia de los efectos secundarios de estos fármacos, evaluando si los pacientes con prescripción potencialmente inadecuada de benzodiacepinas han sufrido caídas, tienen mareos, inestabilidad o agitación, entre otros, así como valorar si los síntomas por los que se inició la prescripción mejoraron o desaparecieron, o por el contrario, continuaron o se agravaron", concluyó.



    Fuentes consultadas aquí y aquí.


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