Carencias de vitaminas B12, ácido fólico y vitamina D: un riesgo para la salud mental. Una dieta equilibrada puede ser la solución.
La salud mental es un tema cada vez más relevante en nuestra sociedad, por lo mismo, en un diálogo exclusivo de la revista de Medicina y Salud Pública, con la Dra. Rosaly Cartagena, experta en psicología y nutrición, destaca la relación crucial entre el consumo de vitaminas específicas y la salud mental, ofreciendo nuevas perspectivas para la prevención y tratamiento de trastornos mentales en los pacientes.
Recientes investigaciones han demostrado que las deficiencias de vitaminas B12, ácido fólico y vitamina D están asociadas con trastornos mentales como la depresión, ansiedad y deterioro cognitivo. Según la Dra. Rosaly: "Estas vitaminas son esenciales para la producción de neurotransmisores y para el mantenimiento de la salud cerebral."
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La vitamina del sol: El papel de la vitamina D en la salud mental
La vitamina D, esencial para la regulación del sistema inmunológico y la inflamación cerebral, ha sido vinculada con un mayor riesgo de depresión cuando sus niveles son bajos.
Un metaanálisis publicado en 2021 en la Revista Clínica de Psiquiatría encontró que la suplementación con vitamina D mejoró significativamente los síntomas depresivos en personas con deficiencia.
La vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan. Además de esto, los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.
La cantidad de vitamina D que una persona necesita por día depende de su edad. Para adultos de 19 a 70 años son 15 microgramos diarios.
La importancia de las vitaminas B12 y ácido fólico en la salud cerebral
Según la Dra. Rosaly: "La deficiencia de vitamina B12, encontrada principalmente en productos de origen animal, puede causar problemas de memoria, confusión y depresión."
Esta vitamina es vital para la síntesis de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que regulan el estado de ánimo. El ácido fólico también juega un papel crucial en la producción de neurotransmisores y el mantenimiento de la salud cerebral.
Los bajos niveles de una vitamina pueden producirse por una alimentación deficiente o por no poder absorber las vitaminas que consumes. Por lo cual, la mejor manera de asegurarte de que estás obteniendo suficiente vitamina B12 y otras vitaminas es seguir una alimentación sana que incluya fuentes de nutrientes esenciales.
Algunas fuentes de estas vitaminas incluyen:
· Vitamina D: Pescado graso, huevos, leche fortificada y exposición al sol
· Vitamina B12: Carnes rojas, pescado, huevos y productos lácteos
· Ácido fólico: Verduras de hoja verde, legumbres, frutas cítricas y granos integrales
Para concluir, la conexión entre las deficiencias de vitaminas y la salud mental es clara. Mantener una dieta equilibrada y consultar con un profesional de la salud pueden ser pasos importantes para prevenir y tratar trastornos del estado de ánimo.
Sin embargo, ningún suplemento puede reemplazar los tratamientos comprobados para la depresión, como los antidepresivos y el asesoramiento psicológico.
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