Descubren vínculo entre enfermedad periodontal y el riesgo de cáncer de cabeza y cuello

De las cientos de bacterias que habitualmente viven en la boca, se descubrió que 13 especies bacterianas influyen directamente en el riesgo de desarrollar carcinoma espinocelular de cabeza y cuello.

Katherine Ardila

    Descubren vínculo entre enfermedad periodontal y el riesgo de cáncer de cabeza y cuello

    Un estudio desarrollado por investigadores de NYU Langone Health y su Centro Oncológico Perlmutter ha identificado una clara relación entre ciertas bacterias orales y un mayor riesgo de desarrollar carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello (CECyC), uno de los tipos más comunes de cáncer en la boca y la garganta. 

    Publicado en JAMA Oncology, este análisis es el más detallado hasta la fecha y se centró en estudiar el microbioma oral, identificando especies bacterianas asociadas con la enfermedad periodontal y cómo pueden influir en el desarrollo de cáncer.

    13 bacterias de la boca son capaces de aumentar el riesgo de cáncer de cuello 

    De las cientos de bacterias que habitualmente viven en la boca, se descubrió que 13 especies bacterianas influyen directamente en el riesgo de desarrollar carcinoma espinocelular de cabeza y cuello.

    En general, este grupo de bacterias se asocia con un aumento del 30% en la probabilidad de padecer estos cánceres. Además, cuando se consideran otras cinco especies bacterianas que suelen estar presentes en la enfermedad de las encías (periodontitis), el riesgo global de desarrollar este tipo de cáncer se eleva hasta un 50%.

    Este hallazgo es significativo, ya que aunque se había demostrado previamente que la mala salud bucal y la enfermedad periodontal podían hacer a las personas más vulnerables a estos tipos de cáncer, no se había identificado con precisión qué bacterias eran las principales responsables. La investigación muestra por primera vez una vinculación más clara entre la composición bacteriana de la boca y el riesgo de cáncer de cabeza y cuello.

    Durante 15 años se rastreó la aparición de tumores

    Para realizar este análisis, los investigadores de NYU Langone Health recurrieron a datos obtenidos de tres grandes estudios de seguimiento: el Estudio de prevención del cáncer II de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, el Ensayo de detección del cáncer de próstata, pulmón, colorrectal y ovario, y el Estudio de cohorte de la comunidad del sur. 

    En total, participaron 159,840 estadounidenses que proporcionaron muestras de saliva al inicio de los estudios, lo que permitió a los investigadores analizar los microbios presentes en sus bocas.

    A lo largo de 10 a 15 años, los investigadores rastrearon la aparición de tumores en estos participantes y luego compararon el ADN de las bacterias y hongos orales de 236 personas que desarrollaron carcinoma espinocelular de cabeza y cuello con el de 458 sujetos seleccionados aleatoriamente que permanecieron libres de cáncer. Los científicos tuvieron en cuenta factores como la edad, el consumo de alcohol y tabaco, y otros elementos que influyen en el riesgo de cáncer, lo que permitió ajustar los resultados para obtener correlaciones precisas.

    Por esto es importante la higiene bucal 

    El profesor Scott Hayes, miembro del equipo de investigación y profesor del Departamento de Salud de la Población en la Facultad de Medicina Grossman, reconoció la importancia de estos hallazgos en la promoción de la salud pública.

    "Nuestros resultados ofrecen otra razón más para mantener buenos hábitos de higiene bucal. Cepillarse los dientes y usar hilo dental no solo puede ayudar a prevenir la enfermedad periodontal, sino que también puede proteger contra el cáncer de cabeza y cuello", subrayó Hayes.

    Los investigadores hacen hincapié en que aunque el estudio ha identificado fuertes correlaciones entre ciertas bacterias orales y el riesgo de cáncer, no se puede concluir que haya una relación directa de causa y efecto. Se necesitarán estudios adicionales para determinar si estas bacterias desempeñan un papel causal en el desarrollo de cáncer o si son un indicador de otros factores de riesgo subyacentes.

    Fuente consultada aquí.

    Más noticias de Oncología