Esta prueba puede evaluar el riesgo de que se formen placas y ovillos de proteínas en el cerebro, un indicio clave en la detección del alzhéimer.
Una nueva prueba de sangre, considerada como una de las más prometedoras en la detección del alzhéimer, ha demostrado ser más efectiva que los métodos convencionales para identificar la enfermedad, según un estudio publicado el 28 de julio en el Journal of the American Medical Association y presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en Filadelfia.
Este avance podría mejorar el diagnóstico de una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes, haciéndolo menos invasivo. Sin embargo, los expertos señalan que esta prueba aún no está lista para ser utilizada de manera generalizada.
El diagnóstico del alzhéimer tradicionalmente ha sido un proceso costoso y complicado, que depende de la identificación de placas de beta-amiloide y ovillos de tau en el cerebro, dos proteínas clave asociadas con la enfermedad. Hasta hace unos años, la confirmación de la presencia de estas proteínas sólo era posible post mortem.
A principios de la década de 2000, los investigadores desarrollaron métodos para detectarlas en el líquido cefalorraquídeo mediante punciones lumbares, un procedimiento invasivo y doloroso, que consiste en insertar una aguja en la médula espinal, o mediante escáneres cerebrales que requieren la inyección de compuestos radiactivos.
La nueva prueba de sangre es una alternativa más simple al comparar los niveles en sangre de dos tipos de beta-amiloide y dos tipos de tau.
Los resultados de un estudio en Suecia mostraron que la prueba fue capaz de diagnosticar correctamente a 9 de cada 10 pacientes con alzhéimer, superando significativamente la precisión de los médicos de atención primaria y los especialistas en demencia, quienes identificaron la enfermedad correctamente en 6 y 7 de cada 10 casos, respectivamente.
A pesar de estos resultados prometedores, los investigadores advierten que aún existen desafíos. La prueba requiere tecnología avanzada, como la espectrometría de masas, y la sangre debe ser almacenada a temperaturas extremadamente bajas (-80 °C), lo que limita su disponibilidad y accesibilidad.
Las muestras del estudio sueco, por ejemplo, fueron enviadas a Estados Unidos para su análisis, lo que sugiere que la implementación de esta prueba a gran escala no será inmediata ni económica.
Rebecca Edelmayer, vicepresidenta de compromiso científico de la Asociación de Alzheimer, subraya la necesidad de seguir investigando antes de recomendar esta prueba para la detección generalizada en personas asintomáticas. "En un futuro relativamente cercano, los análisis de sangre pueden mejorar significativamente la precisión del diagnóstico", afirmó Edelmayer, pero advirtió que aún no es el momento para su uso masivo.
La neurocientífica clínica Gemma Salvadó, autora principal del estudio, también destacó que el uso de esta prueba debe ser supervisado por especialistas, como neurólogos y geriatras, quienes puedan interpretar los resultados en el contexto de cada paciente.
Salvadó enfatizó que "un nivel más alto de p-tau217 en la sangre no indica necesariamente la presencia de alzhéimer", debido a que otros factores, como ciertos trastornos renales, pueden afectar los niveles de proteínas en la sangre.
Aunque este avance representa un paso significativo hacia un diagnóstico más accesible, es importante recordar que actualmente no existe una cura para el alzhéimer.
Los tratamientos disponibles solo retrasan la progresión de la enfermedad y conllevan riesgos de efectos secundarios graves. Sin embargo, la posibilidad de un diagnóstico temprano y más accesible podría permitir a los pacientes y sus familias planificar el futuro con mayor anticipación, un aspecto que Salvadó considera crucial.
A medida que la investigación avanza, es posible que en un futuro cercano esta prueba de sangre se convierta en una herramienta estándar en la detección del alzhéimer, similar a cómo se utilizan las pruebas de colesterol para prevenir enfermedades cardíacas. Pero, como concluye Salvadó, "aún es muy pronto para hacer predicciones definitivas sobre su aplicación generalizada".
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