Los astrocitos, inmuno-moduladores del cerebro, podrían corromperse y favorecer la metástasis cerebral

El equipo de investigadores ha propuesto combinar la inmunoterapia tradicional con inhibidores de la proteína TIMP1, para mejorar la respuesta en pacientes con metástasis cerebral avanzada.

Katherine Ardila

    Los astrocitos, inmuno-moduladores del cerebro, podrían corromperse y favorecer la metástasis cerebral

    El equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha descubierto un mecanismo importante en la metástasis cerebral, que podría significar nuevos caminos a nuevos tratamientos. 

    Los investigadores han identificado que las células cerebrales llamadas astrocitos, bajo la influencia del cáncer, producen una proteína llamada TIMP1, que contribuye a la inactivación del sistema inmunitario y ayuda al crecimiento de tumores en el cerebro. 

    Células cancerígenas pueden pervertir astrocitos

    Este estudio, publicado en la revista Cancer Discovery, plantea que los astrocitos, los cuales normalmente actúan como inmuno-moduladores en el cerebro, se pervierten al estar influenciados por las células tumorales, interfiriendo en la respuesta inmunitaria y bloqueando la capacidad del cuerpo para combatir las células cancerígenas. 

    El grupo del CNIO, dirigido por Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral, ha propuesto una terapia que combina inmunoterapia tradicional con inhibidores de la proteína TIMP1, lo que podría mejorar la respuesta en pacientes con metástasis cerebral avanzada.

    Inmunoterapia tradicional con inhibidores de la proteína TIMP1

    El fármaco silibinina, que ha sido utilizado en algunos casos con fines compasivos, inhibe la producción de TIMP1 y se está probando en un ensayo clínico cuyo resultado se espera para 2025. 

    Según los investigadores, este fármaco tiene el potencial de convertirse en una herramienta clave para mejorar los resultados de la inmunoterapia, particularmente en aquellos pacientes que no responden bien al tratamiento debido a la presencia de la barrera hematoencefálica, que impide la entrada de los anticuerpos utilizados en la inmunoterapia tradicional.

    El equipo también destaca que la presencia elevada de TIMP1 en el líquido cefalorraquídeo puede ser utilizada como un biomarcador para identificar a los pacientes en los que la inmunoterapia podría fallar, permitiendo una mejor personalización de los tratamientos. "Esta combinación podría aumentar la eficacia de las terapias y facilitar su incorporación a los protocolos clínicos", señala Valiente.

    Nuevo rol de los astrocitos que se desconocía 

    Además de su potencial clínico, el trabajo tiene un gran valor para el conocimiento básico de la biología del cerebro, ya que revela un nuevo rol de los astrocitos en la progresión tumoral, desvelando su heterogeneidad y señalando que solo ciertos subtipos de estas células se ven involucrados en los procesos pro-tumorales. 

    "Hasta ahora no se había considerado a los astrocitos como inmuno-moduladores en los tumores cerebrales", agrega Valiente. La relevancia en este avance científico, es porque podría tener implicaciones más allá del tratamiento de la metástasis cerebral, extendiéndose al conocimiento de otras enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario del cerebro.

    Fuente consultada aquí.

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