Inundaciones pueden liberar químicos peligrosos en el agua aumentando el riesgo de cáncer en la población

Cambio climático extremo y fenómenos como huracanes afectan la calidad de vida e inciden directamente en varios aspectos del cáncer.

Valery Cardozo

    Inundaciones pueden liberar químicos peligrosos en el agua aumentando el riesgo de cáncer en la población

    En el marco del segundo Congreso Científico del Centro Comprensivo de Cáncer, conversamos con la Dra. Ana Patricia Ortiz, destacada investigadora del centro, con quien abordamos la relación entre los pacientes de cáncer y el cambio climático.

    Impacto del cambio climático en la salud

    El cambio climático es una realidad palpable en nuestra vida diaria. Desde el polvo del Sahara que afecta nuestras vías respiratorias hasta las lluvias torrenciales, inundaciones y olas de calor, estos fenómenos extremos son cada vez más comunes. Los meteorólogos ya nos han advertido sobre un verano especialmente caluroso. La doctora Ortiz nos explica cómo estos eventos pueden influir en la salud, especialmente en pacientes de cáncer.

    La Dra. Ortiz, epidemióloga y experta en cáncer, lleva más de cinco años investigando el impacto de los eventos atmosféricos y el cambio climático en los pacientes oncológicos y en la prevención del cáncer. Ortiz señala que "eventos extremos como el calor intenso, huracanes y lluvias extremas no solo afectan a la población en general, sino que tienen un impacto significativo en la calidad de vida y en el tratamiento de los pacientes de cáncer". 

    Por ejemplo, durante los huracanes Irma y María, muchas áreas en Puerto Rico que no solían inundarse resultaron gravemente afectadas. Esto no solo perjudicó a los residentes, incluidos los pacientes de cáncer, sino también a las clínicas y hospitales, que perdieron electricidad y se vieron obligados a interrumpir los tratamientos oncológicos. Esta interrupción en el tratamiento puede ser devastadora, aumentando la mortalidad entre los pacientes.

    Ejemplos de impacto directo

    La Dra. Ortiz destaca varios casos concretos, "las interrupciones en los tratamientos de cáncer ginecológico tras los huracanes Irma y María resultaron en una mayor mortalidad para aquellas mujeres que no pudieron continuar con su tratamiento. Además, las inundaciones pueden liberar químicos peligrosos en el agua, aumentando el riesgo de cáncer para toda la población". 

    Otro aspecto importante es el impacto del calor extremo, especialmente en pacientes de bajos recursos que no tienen acceso a aire acondicionado y que, además, podrían enfrentar racionamiento de agua durante sequías. Estas condiciones extremas suman estrés a pacientes ya vulnerables, deteriorando su calidad de vida.

    En Puerto Rico, tenemos muchas áreas que pueden estar contaminadas, conocidas como "superfund sites", las cuales han sido identificadas por la EPA como altamente contaminadas. En eventos de inundación, los químicos en estos terrenos pueden infiltrarse en los cuerpos de agua, aumentando el riesgo de diferentes tipos de cáncer en la población al exponerse a estos agentes carcinogénicos.

    Un ejemplo claro es el impacto de los huracanes. Tras los huracanes Irma y María, vimos cómo las inundaciones no solo afectaron las zonas residenciales sino también las instalaciones de salud, interrumpiendo tratamientos de cáncer y otros servicios preventivos como las pruebas de detección temprana y la vacunación. Esto tuvo como consecuencia un aumento en la mortalidad entre pacientes que sufrieron interrupciones en sus tratamientos.

    Medidas de mitigación y preparación

    Aunque no es posible detener el cambio climático, es posible mitigar sus efectos. La Dra. Ortiz enfatiza en la importancia de planes de preparación y mitigación coordinados entre diversas agencias de salud pública, incluyendo el Departamento de Salud y el Centro Comprensivo de Cáncer. Estos planes buscan asegurar que, ante eventos atmosféricos extremos, el sistema de salud esté mejor preparado para continuar ofreciendo servicios sin interrupciones.

    Envejecimiento de la población y necesidades futuras

    Además, la experta, señala que "la población está envejeciendo, lo que incrementa el número de personas en riesgo de desarrollar cáncer. Este envejecimiento demográfico presenta un desafío adicional: asegurar que haya suficientes cuidadores y una infraestructura adecuada para atender a esta población vulnerable, especialmente en un contexto de cambio climático que puede afectar la disponibilidad de alimentos y otros recursos esenciales". 

    En Puerto Rico, tenemos muchas áreas que pueden estar contaminadas, conocidas como "superfund sites", las cuales han sido identificadas por la EPA como altamente contaminadas. En eventos de inundación, los químicos en estos terrenos pueden infiltrarse en los cuerpos de agua, aumentando el riesgo de diferentes tipos de cáncer en la población al exponerse a estos agentes carcinogénicos.

    Un ejemplo claro es el impacto de los huracanes. Tras los huracanes Irma y María, vimos cómo las inundaciones no solo afectaron las zonas residenciales sino también las instalaciones de salud, interrumpiendo tratamientos de cáncer y otros servicios preventivos como las pruebas de detección temprana y la vacunación. Esto tuvo como consecuencia un aumento en la mortalidad entre pacientes que sufrieron interrupciones en sus tratamientos.

    El centro comprensivo de cáncer se prepara para los desafíos del cambio climático

    "El año pasado, el calor extremo provocó aumentos en la presión arterial, desmayos y otros problemas de salud. Los pacientes con cáncer, al igual que aquellos con otras enfermedades crónicas, son especialmente vulnerables a estos eventos. Visualice a un paciente de cáncer en tratamiento durante una ola de calor, posiblemente con bajos ingresos y sin aire acondicionado en su hogar. Sumado a esto, la sequía extrema y el racionamiento de agua complican aún más la situación, afectando negativamente la calidad de vida de estos pacientes", explicó la experta. 

    El Centro Comprensivo de Cáncer está liderando los esfuerzos para desarrollar planes de prevención y mitigación que aborden los problemas relacionados con el cambio climático. "Nuestro objetivo es estar mejor preparados para enfrentar eventos atmosféricos extremos y garantizar que el sistema de salud pueda continuar ofreciendo servicios sin interrupciones, minimizando así el impacto negativo en la población", afirmó la Dra. Ortiz. 

    "Además, debemos considerar que nuestra población está envejeciendo. El riesgo de cáncer aumenta con la edad, y esto plantea un desafío significativo en cuanto a la disponibilidad de cuidadores para atender las necesidades de los pacientes con cáncer. Con los estresores adicionales del cambio climático, como inundaciones, sequías y olas de calor extremo, también enfrentamos desafíos en la disponibilidad de alimentos y otros recursos esenciales", puntualizó la experta. 


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