La inmunoterapia ha cambiado positivamente el paradigma del tratamiento del cáncer de riñón, Dra. Acosta

El tumor suele ser detectado en etapas avanzadas debido a la ausencia de síntomas o signos de alerta.

Luisa Ochoa

    La inmunoterapia ha cambiado positivamente el paradigma del tratamiento del cáncer de riñón, Dra. Acosta

    En general, las alternativas de tratamiento para pacientes con cáncer de riñón van a depender de la etapa en la que se encuentre el tumor, su tamaño y si se ha expandido a otras áreas del cuerpo humano. De acuerdo con la Dra. Mirelys Acosta, hematóloga oncóloga del Hospital Auxilio Mutuo, en etapas tempranas, generalmente el tratamiento es quirúrgico, pero en etapas avanzadas se aplican tratamientos sistémicos.

    Al respecto, destacó la inmunoterapia como una opción que ha brindado nuevas alternativas a los pacientes con cáncer de riñón avanzado, “la inmunoterapia ha cambiado el paradigma del tratamiento del cáncer de riñón para bien, ha traído alternativas en los pacientes específicamente en etapa 4, donde se ha visto que este tumor no es tan quimo sensitivo, que no responde tan bien a las quimioterapias convencionales” afirmó.

    La especialista explica que la inmunoterapia brinda una mejor respuesta contra el tumor y la incluyen en combinación con agentes orales que son inhibidores de angiogénesis. Estas son terapias mayormente dirigidas a un mecanismo específico del crecimiento del tumor y al ser combinadas con este tipo de tratamiento, los especialistas han evidenciado su efectividad en los pacientes.

    Pese a ello, también indicó que el cáncer de riñón es un tumor considerado “algo indolente”, debido a que es de un crecimiento lento, no suele ser detectado en etapas tempranas y según el tipo de tumor, su estadio y localización, es el tratamiento. “En etapas tempranas con tumores de menos de 2 centímetros, podemos incluir la observación con imágenes en algunos pacientes y dependiendo de ello se toma la opción quirúrgica” señaló.

    En pacientes con tumores de etapas 1 y 2, la opción más frecuente es la cirugía y allí la Dra. Acosta enfatiza que tienen en cuenta las características de los exámenes realizados y si el paciente es apto para el procedimiento, “si va a ser una cirugía que pueda guardar la mayor parte del riñón, tratamos de redirigir a los urólogos y ellos determinan que tipo de cirugía es, una nefrectomía completa o algo parcial y básicamente en etapas tempranas la cirugía va a ser el tratamiento primordial, dependiendo de las características en esa patología se hace un seguimiento de imágenes y laboratorios para ver que no haya una recurrencia en el paciente”.

    Por otro lado, en etapas avanzadas, es decir de 3 en adelante, donde los especialistas observan la presencia de nódulos linfáticos envueltos con tumor, deciden opciones de alternativas de tratamiento a modo de prevención, “tratamos de evitar la recurrencia con tratamientos sistémicos, pero es para etapas más avanzadas, de 3 en adelante. Fuera de ello, en etapas 1 y 2 el tratamiento es quirúrgico” añadió la oncóloga.

    La incidencia de este tipo de cáncer van en aumento, sin embargo, para la Dra. Mirelys, la mortalidad ha disminuido, lo que indica que la medicina ha avanzado en herramientas de detección, procedimientos quirúrgicos y tratamientos sistémicos, principalmente en pacientes de etapas avanzadas.

    Ciertamente, la inmunoterapia se ha convertido en una opción viable para los pacientes, sin embargo, la especialista enfatiza que la elección de la terapia es basada en el paciente, sus características y los riesgos determinados. “En nuestras guías ya está como alternativa de primera línea la inmunoterapia porque el cáncer de riñón es un tumor bastante inmunogénico” agregó.

    En su experiencia con este tipo de tratamiento destaca que han mejorado la calidad de vida de los pacientes, “es bonito ver como uno le puede ofrecer a un paciente en etapa 4 una alternativa que le va a permitir tener calidad de vida y a la vez le está dando un tratamiento que le está funcionando para controlar la enfermedad”.

    El cáncer de riñón no es un tipo muy común en comparación con los otros tumores que existen. Según la especialista, este compone un 3.8 % de todos los cánceres en general que diagnostican a diario.

    Sus factores de riesgo están asociados a riesgos ambientales o por exposiciones, algunos son la obesidad, hipertensión y fumar, además de los factores genéticos. Para la especialista es importante determinar si existen mutaciones genéticas en la familia del paciente, “algunas mutaciones de familia pueden predisponer a desarrollar cáncer de riñón primario y eso es algo que podemos indagar ya teniendo el diagnóstico” acotó.

    Por lo anterior, enfatiza que han evidenciado que algunos síndromes genéticos pueden ser propiciadores del riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, por lo que hay que identificarlo a tiempo.

    “Existen síndromes genéticos como el Síndrome Von Hippel-Lindau (VHL) que predispone al desarrollo del cáncer de riñón primario y es un síndrome genético autosómico dominante donde vas a tener un familiar de primera línea como mama, papa o hermanos que probablemente tuvo o tiene cáncer de riñón” afirmó.

    El diagnóstico no suele hacerse de forma temprana, puesto que los pacientes no presentan síntomas de padecerlo y cuando evidencian molestias como una masa palpable al costado, dolor y sangre en la orina, el tumor se encuentra en la mayoría de casos en etapa avanzada.

    “No tenemos una prueba de cernimiento para diagnosticar de forma temprana el cáncer de riñón, porque no se ha podido demostrar y hacer imágenes para detectarlo” explicó la Dra. Acosta.

    “Incidentalmente, a veces haciendo una imagen para alguna otra condición médica o algún otro síntoma, se han encontrado tumores de riñón en etapas tempranas y ese es el mejor escenario porque el paciente no presenta síntomas, y si tiene una masa bastante pequeña, puede ser operado y tiene más probabilidades curativas” destacó.

    El proceso de diagnóstico y la clasificación del tumor se realiza primero con una imagen descrita por el radiólogo y de acuerdo a la estadificación basada en el TNM, se clasifica.

    “Establecemos el tamaño y luego quirúrgicamente se identifica si hay nódulos envueltos o no, si están envueltos los vasos aledaños al tumor, si estaba envuelta la glándula renal que está arriba del riñón, todo eso permite establecer una etapa, si hay alguna lesión fuera del riñón en algún otro órgano, en el hueso o hígado y en ese caso sabemos que es etapa 4 porque es metastásica” añadió la especialista.

    Finalmente, el papel de los médicos primarios en el diagnóstico de estos tumores es fundamental, debido a que los pacientes pueden comunicarle sus síntomas o si tienen historial familiar de estas condiciones, para proceder a realizar estudios genéticos y exámenes que permitan detectarlo de forma temprana y aumentar las probabilidades de curarlo.

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