Los científicos del País continúan asumiendo los retos que traen consigo las enfermedades como el cáncer triple negativo, enfermedad con una baja prognosis entre los pacientes debido a su agresividad tumoral.
Dr. Josué Pérez del Centro Comprensivo de Cáncer, Dra. Esther Peterson.
Belinda Z. Burgos González
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Y es que los laboratorios de la Dra. Esther Peterson y Dr. Josué Pérez del Centro Comprensivo de Cáncer, buscan evaluar los mecanismos moleculares y cambios de expresión genética que dan paso a la agresividad de este tipo de tumor, y que afecta a mujeres jóvenes en promedio.
“Triple Negativo” es el término utilizado para describir los tumores que son tienen receptores ER-negativo, PR-negativo, y HER2-negativo. Estos no responden a la terapia hormonal o terapias dirigidas-HER2.
Este estudio se realiza en modelos celulares de tejido mamario in vitro.
“Dentro del cáncer de seno inflamatorio podemos encontrar otros subtipos donde tienen una expresión de estrógeno y que tienen total implicación en factores de crecimiento donde se encuentran también los tumores triple negativo, lo importante es conocer cuál de estos subtipos es el más difícil de tratar y lo que se conoce hasta el momento es que el triple negativo carece de terapias dirigidas con el fin de incrementar un mejor tratamiento”, explicó la doctora Peterson.
“Se buscan terapias que primero se pueda controlar la enfermedad y se incremente la supervivencia del paciente. Anteriormente se han estudiado moléculas in vitro, son células que fueron aisladas de pacientes con cáncer de seno inflamatorio, por esto queremos entender mejor la enfermedad y que debemos saber si las células con estrógeno dan paso a las características agresivas que predominan en la enfermedad”, agregó la doctora.
De otra parte, el Dr. Pérez sostuvo que también se busca conocer los cambios celulares que ocurren en esta enfermedad.
“También es importante conocer qué receptores se ven involucrados con la terapia de estrógeno, así mismo se trata de entender la biología y los agentes responsables de entender los genotipos de agresividad o de migración y qué genes podemos asociar con estos procesos celulares”, enfatizó el investigador.
De paso, indicó que el equipo busca la posibilidad de secuenciar la genética de la persona padeciente de la enfermedad de manera que puedan entender los procesos de expresión que propician el desarrollo de la afección.
“La parte genética busca de alguna manera acceder al tejido primario de alguna paciente con la condición y de esta manera podemos conocer el proceso de transcripción que ocurre y así podemos secuenciar el gen de la persona”, afirmó el doctor.
No obstante, aunque esta investigación se encuentra en una etapa temprana, ambos investigadores aseguraron que tan pronto como finales de este año siempre y cuando exista el ambiente propicio, podrían iniciar los modelos experimentales con ratas.
“Tenemos confirmación de que si tratamos nuestras células con estrógeno hay unos cambios en el genotipo, eso quiere decir que hay mayor proliferación y migraciones celulares en los experimentos. Hemos encontrado que si hay unos cambios en las quinasas (tipo de enzima que modifica otras moléculas, que puede explicar la agresividad que se ve en el cáncer de seno inflamatorio”. concluyó la doctora.
Entre el 13 al 15 por ciento de las mujeres puertorriqueñas desarrollan cáncer de mama triple negativo.