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Hidratación inadecuada podría predisponer el desarrollo de fallo renal agudo, según nefróloga

La deshidratación, así como algunas enfermedades crónicas como la presión alta o la diabetes, juega un papel importante en el desarrollo de enfermedades renales.

María Camila Sánchez

    Hidratación inadecuada podría predisponer el desarrollo de fallo renal agudo, según nefróloga

    Como es bien sabido, los riñones son los encargados de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, pero también son importantes para regular la presión arterial, la producción de la hemoglobina,regula el mantenimiento de la vitamina D, el fósforo y la salud ósea.

    Ahora bien, la mayoría de enfermedades renales afectan los nefrones, entorpeciendo la función principal de estos órganos de eliminar toxinas y desechos. Según la literatura médica, esto puede ser el resultado de múltiples condiciones de salud como el cáncer, algunos quistes, infecciones o piedras.

    En una conversación que sostuvo la Dra. Keishla López, nefróloga, con la Revista Medicina y Salud Pública, la especialista mencionó que, en Puerto Rico, el principal factor desencadenante de enfermedad renal es la diabetes.

    "Sabemos que en Puerto Rico hay una alta prevalencia de pacientes diabéticos", sugirió. 

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    Enfermedades renales como resultado de otras condiciones

    Dado a que en los pacientes con diabetes hay una dificultad para regular los niveles de glucosa en sangre, bien sea por una insuficiencia en la producción de insulina por parte del páncreas, o por una resistencia a la misma, los vasos sanguíneos de los riñones se ven afectados, lo que impide que el riñón filtre adecuadamente las toxinas, y se liberan proteínas en la orina.

    Por otro lado, la presión alta también es uno de los factores principales que pueden llevar a desencadenar enfermedad renal. Sin embargo, la especialista recuerda una característica importante, y es que esta afección suele no ser muy fácil de reconocer. 

    "Lo peligroso es que muchas veces no nos percatamos de que tenemos presión alta, de que podemos estar viviendo con presión alta y la mayor parte de los pacientes no tienen síntomas", mencionó. "Y cuando tenemos esta presión alta, pasan varias cosas en nuestro cuerpo, porque no solo afectan nuestros riñones, sino que también afecta al corazón y aumenta el riesgo de derrame".

    Y del mismo modo que la diabetes impacta a los vasos sanguíneos del riñón, la presión arterial alta también lo hace, favoreciendo el potencial desarrollo de un fallo renal crónico. 

    Diagnóstico y detección oportuna de la enfermedad renal

    El médico primario juega un papel importante en este proceso, dado que es el primer contacto que tiene con el paciente.

    "Le agradecemos a los médicos primarios esas visitas rutinarias de prevención a los pacientes, y el referido temprano al nefrólogo es bien importante para que el especialista pueda tratar de retrasar la progresión de la enfermedad renal".

    Y todo este proceso inicia desde cuando se detectan proteínas en la orina, o una reducción en la filtración del glomérulo mediante los exámenes de laboratorio solicitados por los médicos primarios. 

    En manos de los nefrólogos, los pacientes son sometidos a diferentes tipos de exámenes, como el panel renal, pruebas de orina para detectar anomalías, como la presencia de sangre o proteínas en la orina.

    "Estos son marcadores que se supone que no deben estar, y cuando se encuentran, son hallazgos de que hay algo que está pasando en los riñones y hay que buscar más a fondo". 

    En algunos casos es necesario realizar un sonograma cuando se sospecha de una posible causa asociada a la presencia de quistes, y cuando no hay indicios de la etiología, se puede optar por una biopsia de riñón que ayuda al diagnóstico y al manejo de los pacientes con enfermedad renal.

    Tratamientos para la enfermedad renal

    Las terapias para estas condiciones dependen en gran medida de la causa. Es decir, si el daño renal está ocasionado por la diabetes, se debe dar un manejo mucho más certero.

    "El paciente debe estar con una A1c controlada, para ayudar a retrasar la enfermedad renal. Si hay proteinuria, hay unos medicamentos que ayudan a disminuir esa proteína en la orina".

    El estilo de vida, especialmente la dieta y el ejercicio, juegan un papel importante también en la ralentización del progreso de la enfermedad. Por ello, siempre se recomienda a los pacientes adoptar una dieta baja en sodio, ingerir porciones pequeñas y no descartar la actividad física.

    "Como el ejercicio ayuda a reducir la obesidad, tiene un impacto positivo en el riñón para que este no tenga que sobre esforzarse", aseveró.

    Importancia de la hidratación adecuada

    Ante la creciente ola de calor que se ha acentuado en Puerto Rico recientemente, muchos son los especialistas que han resaltado la importancia de mantener niveles de hidratación adecuados para evitar cualquier tipo de complicación en temas de salud.

    "Si un paciente no toma el agua suficiente, no va a tener un volumen de orina adecuado, y si no tenemos un volumen de orina adecuado, no hay una limpieza adecuada de las toxinas que hay en el riñón, y podemos estar en riesgo de fallo renal agudo".

    Y en aquellas situaciones en las que ya hay una afectación renal por enfermedades crónicas, como las anteriormente mencionadas, o un riesgo a desarrollar cálculos renales, hay una predisposición mucho mayor al fallo renal agudo.

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