Descubren un virus "Caballo de Troya" oculto en un parásito humano

El virus A. odysseus, podría ser un marcador para detectar infecciones graves como la toxoplasmosis y podría utilizarse para diagnosticar la enfermedad de manera más precisa y temprana.

Katherine Ardila

    Descubren un virus Caballo de Troya oculto en un parásito humano

    Un equipo internacional de investigadores, liderado por científicos de la Universidad de Toronto, ha identificado un nuevo virus de ARN, denominado Apocryptovirus odysseus, que se encuentra asociado con el parásito humano común Toxoplasma gondii. Este descubrimiento sugiere que el virus podría agravar la enfermedad de toxoplasmosis, una condición ya prevalente y potencialmente grave.

    El virus, junto con otros 18 virus estrechamente relacionados, fue descubierto mediante una innovadora pantalla computacional de datos de neuronas humanas, como parte de un esfuerzo para entender mejor la conexión entre los virus de ARN y las enfermedades neuroinflamatorias. "Descubrimos A. odysseus en neuronas humanas utilizando la plataforma de ciencia abierta Serratus, que nos permitió buscar en más de 150,000 virus de ARN," explicó Purav Gupta, primer autor del estudio y estudiante universitario en el Centro Donnelly de la U of T.

     "Nuestra investigación marca la primera vez que los científicos relacionan la toxoplasmosis con un virus". comentó Gupta.

    Las infecciones por Toxoplasma gondii generalmente son asintomáticas 

    Toxoplasma gondii infecta aproximadamente a un tercio de la población mundial, habitando en diversos tipos de células no sanguíneas, incluidas las neuronas, y formando quistes dentro de ellas. El parásito se propaga cuando las células infectadas se rompen, liberando el contenido parasitario a las células cercanas.

    Aunque las infecciones por T. gondii a menudo son asintomáticas, pueden causar graves complicaciones en mujeres embarazadas y personas inmunocomprometidas. La toxoplasmosis ocular, por ejemplo, es la principal causa de ceguera infecciosa."Creemos que el virus y el parásito trabajan de la mano para causar enfermedades en el huésped humano, donde el virus se esconde dentro del parásito, como un soldado en un caballo de Troya, para ingresar al cerebro humano", dijo Gupta.

    Este nuevo virus ha sido asociado con insuficiencia orgánica y toxoplasmosis ocular

    El A. odysseus se ha encontrado en dos cepas hipervirulentas de T. gondii, denominadas RUB y COUGAR. En Guinea Francesa, la cepa RUB ha sido asociada con fiebre severa e insuficiencia orgánica, mientras que en Columbia Británica, la cepa COUGAR está vinculada con la toxoplasmosis ocular. Los investigadores identificaron estas cepas en diferentes ubicaciones y momentos, subrayando su potencial impacto global.

    La presencia del virus parece desencadenar una respuesta inmune hiperactivada en los humanos, exacerbando los síntomas de la toxoplasmosis. "El grupo de 19 virus de ARN que hemos encontrado son fuertes biomarcadores de infección parasitaria," señaló Artem Babaian, investigador principal del estudio. "Esto sugiere que A. odysseus podría ser un marcador valioso para identificar infecciones severas como la toxoplasmosis en humanos y otros animales."

    Este hallazgo, publicado en la revista Virus Evolution, destaca la importancia de considerar el viroma extendido, es decir, los virus que infectan a otros organismos, para comprender mejor y tratar las enfermedades infecciosas emergentes en los humanos. "El siguiente paso es investigar si tratar los virus asociados a parásitos puede ser una estrategia eficaz para manejar los síntomas derivados de infecciones parasitarias," concluyó Babaian.

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