Este día nos brinda la oportunidad de cultivar uno de los hábitos más saludables y positivos para nuestro bienestar físico-mental: apreciar y celebrar.
Según estudios, la gratitud ha demostrado ser un impulsor crucial de la salud y la felicidad, estos indican que las personas agradecidas muestran menos estrés, duermen mejor y mantienen una actitud más positiva frente a la adversidad, generando, incluso, relaciones en pareja más satisfactorias.
Impacto de la gratitud en la salud
Investigaciones demuestran que la reflexión sobre las cosas positivas influye en el bienestar. La expresión de agradecimiento no solo hace más felices a quienes lo reciben, sino que también eleva el nivel de satisfacción personal.
Centrarse en lo positivo puede brindar un mayor propósito y una inclinación natural hacia el autocuidado y el bienestar de los demás. Al solicitar a individuos que reflexionaran sobre sus vivencias recientes y detallaran lo irritante como lo gratificante, demostró que aquellos que recordaron aspectos positivos mostraron más optimismo, mayor satisfacción con sus vidas y menos visitas al médico.
No es de extrañar que tanto recibir como expresar gratitud impacten positivamente en el bienestar. Un experimento que instó a los participantes a redactar y entregar notas de agradecimiento mostró notables incrementos en los niveles reportados de felicidad, beneficio que perduró durante un mes.
La ciencia de las emociones
Según explica Loretta G. Breuning, autora del libro ´Hábitos de un cerebro feliz´, los químicos encargados de la felicidad son la endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, los cuales tienen diferentes funciones y se pueden obtener sea realizando actividades, ejercicios, relajación, comiendo o simplemente durmiendo.
Filosofía de la gratitud
Aristóteles, una mente reconocida en la filosofía, sostenía que nos moldeamos por nuestras acciones habituales, el cambiar hábitos puede llevarnos a ser más agradecidos, pero si nos enfocamos en lo negativo, tendemos hacia la desdicha y el resentimiento.
Asimismo, podemos cultivar una actitud que reconozca y celebre las bendiciones, sin caer en la negación, reconocer las injusticias y trabajar para mejorar el mundo es crucial, pero centrarnos solo en lo negativo puede cegarnos ante las bondades.
Ante esto, Cicerón enfatizó a la gratitud, como "madre" de todas las virtudes, la cual nos permite ser compasivos y generosos mientras apreciamos lo positivo sin perder de vista lo que debe mejorarse.
Raíces religiosas y culturales
En diversas tradiciones religiosas, la gratitud tiene un papel central, por ejemplo, en el judaísmo, las primeras palabras de la oración matutina reflejan un agradecimiento intrínseco; en el cristianismo, la acción de gracias es esencial, reflejada incluso en el gesto de Jesús antes de su última cena.
En el islam destaca como un elemento esencial. El Corán, en su capítulo 55, enumera las numerosas razones para estar agradecidos con Dios, desde el sol hasta los océanos. Otras religiones, como el hinduismo, celebran festivales que honran y agradecen por las bendiciones recibidas. En el budismo, fomenta la paciencia y contrarresta la avaricia, ofreciendo una perspectiva contra el siempre querer más y más.
El sufrimiento y la gratitud
Reynolds Price, en "Una vida completamente nueva", relata su experiencia tras luchar contra un tumor en la médula espinal, describiendo una sensación de felicidad tras la cirugía que alteró su percepción de la vida y su escritura.
Este encuentro transformó su forma de ver el mundo, reflejándose en su estilo literario y en su actitud, mostrando a un hombre más agradecido y comprometido con la vida tras el diagnóstico. Esta vivencia cercana a la muerte le enseñó a apreciar cada día, redefinir sus prioridades y encontrar una mayor plenitud en su existencia.
Practicando la gratitud
Practicar la gratitud implica evitar la trampa de vincular la felicidad a lo que nos hace sentir superiores, debido a que este pensamiento puede avivar la envidia. Hay que pensar en aspectos maravillosos que nos igualan como que el sol brilla para todos, compartimos las mismas 24 horas diarias y que cada uno posee el valioso recurso del cerebro humano, complejo y poderoso.
Nuestra cultura fomenta la sensación de carencia, sugiriendo que la felicidad viene con la compra, contrariamente, debemos ver las maravillas gratuitas de la vida, como la belleza natural, la comunicación y el amor. Esto implica hábitos simples, como expresar gracias al iniciar, compartir comidas y al terminar el día, creando una disposición agradecida en la rutina diaria.
Una vida agradecida
La gratitud puede convertirse en un estilo de vida. Desde expresar agradecimiento regularmente hasta llevar un diario de bendiciones, la práctica constante puede enriquecer notablemente nuestra vida diaria.
Fuente consultada: aquí.