Enfermedades Inflamatorias del Intestino, ¿Cómo afectan nuestra calidad de vida?

Existen diversas estrategias que se pueden utilizar para manejar las emociones displacenteras que se presentan en el manejo de las enfermedades inflamatorias del intestino.

Mariana Mestizo Hernández

    Enfermedades Inflamatorias del Intestino, ¿Cómo afectan nuestra calidad de vida?

    El diagnóstico y tratamiento de las Enfermedades Inflamatorias del Intestino (EII) tiene un impacto psicológico en los pacientes. Por lo cual, procuramos instruir sobre el manejo emocional para optimizar la calidad de vida y la salud mental de los pacientes con EII. Las enfermedades de Crohn (CD) y colitis ulcerosa (UC) se caracterizan por episodios de inflamación crónica en el tracto gastrointestinal, son de causa desconocida e incurables. Según los datos epidemiológicos, las EII son más comunes en jóvenes de 15 a 35 años y del 10% al 25% de los pacientes cuentan con historial familiar. Se ha observado un aumento en la incidencia de estas enfermedades según la economía, las condiciones de vida y la salud pública. Las investigaciones en Puerto Rico  revelan una prevalencia de 181.54 por cada 100,000 habitantes para el 2013, siendo UC la más común (Torres E. et al, 2021).

    ¿Cómo las EII afectan nuestra calidad de vida? Padecer una enfermedad crónica de salud  altera tanto el funcionamiento físico como el bienestar emocional y psicológico de quien la padece. Por esta razón, es beneficioso el cuidado integrado y la labor multidisciplinaria. Como equipo de psicología gastrointestinal enfatizamos el impacto del componente mental en la salud. Las EII impactan significativamente el estado de ánimo, funcionamiento, la conducta e interacción social del paciente. Podrían impactar el funcionamiento ya que son frecuentes las visitas a médicos, pruebas diagnósticas y, en ocasiones, intervenciones quirúrgicas. Además, los pacientes experimentan emociones displacenteras como ansiedad, tristeza, frustración, miedo, preocupación, y vergüenza entre otras. Asimismo, los pacientes pueden notar cambios en el comportamiento. Por ejemplo, disminuir las salidas debido al cansancio, dejar de hacer cosas de su agrado, contar las veces que van al baño y evitar lugares si no hay un baño cerca. Los síntomas físicos son molestosos y pueden llevar a problemas en la conducta como fumar, beber, faltar a citas, no hacer la dieta recomendada, no tomar los medicamentos adecuadamente, entre otros.

     Impacto emocional de las EII

    El curso y los síntomas de las EII afectan a los pacientes de manera impredecible, entre períodos activos e inactivos de la condición. Por consiguiente, la activación de síntomas está relacionado con un deterioro en el funcionamiento psicológico. Existen varios factores que pueden impactar emocionalmente a las personas que viven con EII. El primer factor es cómo el paciente percibe su salud. Si la percepción es negativa, irreal e injusta, tendrá la capacidad de generar cambios en el estado de ánimo, calidad de vida y en el curso de la enfermedad. En segundo lugar, se encuentra la calidad de vida, que hace referencia a la medida del impacto que tienen las EII y el tratamiento en el funcionamiento general de la persona. Por otra parte, el estilo de apego, que se define como el vínculo afectivo que se desarrolla entre dos personas, puede llevar a que los síntomas se tornen más severos si este se desarrolla ansioso o evitativo. 

    De forma similar, condiciones o síntomas relacionados a la salud mental que pueden tener un impacto emocional y en los síntomas de las personas con EII son la depresión, la ansiedad y el estrés. La depresión se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo triste, sentimientos de desesperanza, pesimismo y culpa, pérdida de interés o placer en actividades que la persona suele disfrutar, disminución de energía, pensamientos de muerte, dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones y cambios en el patrón de sueño y apetito. 

    Por otro lado, la ansiedad se puede presentar a través de preocupaciones excesivas, el temor a perder el control, inquietud, irritabilidad y un estado continuo de alerta. Por último, el estrés puede reflejarse en la tensión que se siente cuando nos enfrentamos a una situación nueva, desagradable o amenazante. El estrés produce un proceso inflamatorio del tracto gastrointestinal que puede aumentar el riesgo de reactivación o exacerbar los síntomas activos de las EII. Los síntomas asociados a la depresión, la ansiedad y el impacto del estrés pueden afectar la adherencia al tratamiento, aumentar el estigma social, llevar al aislamiento, impactar los habitos de salud (ej. mantener una dieta y hacer actividad fisica) y llevar a un deterioro en el funcionamiento general de la persona. 

    Manejo emocional, ¿Qué podemos hacer?

    Existen diversas estrategias que se pueden utilizar para manejar las emociones displacenteras que se presentan en el manejo de las enfermedades inflamatorias del intestino. Muchas de ellas se tratan de prácticas accesibles que puedes realizar en cualquier lugar y en cualquier momento. Algunas de ellas son:

        · Escribe o lleva un diario: llevar un registro de nuestros pensamientos y emociones puede ayudar a procesar, al igual que ayudar a identificar los factores que influyen en tus emociones y las alternativas para trabajarlas de manera más efectiva. 

        · Organízate y saca tiempo para tu autocuidado: hacer actividades de interés/placenteras ayuda a mejorar tu estado de ánimo.

        · Mejora tu nutrición y actividad física: ambos pueden contribuir en la producción de hormonas y neurotransmisores que generan la sensación de bienestar.

        · Mantén hábitos saludables, evitando el consumo de alcohol y drogas.

        · Piensa en las múltiples posibilidades o soluciones, siendo realista y optimista.

        · Recuerda logros y experiencias en donde hayas podido sobrellevar situaciones difíciles.

        · Acepta lo que no puedes cambiar y toma control de lo que puedes cambiar.

        · Pregunta cuáles son las expectativas y entiende qué se espera de ti.

        · Mira los cambios como una oportunidad de crecimiento o de algo más allá.

        · Relaja tu cuerpo y mente realizando ejercicios de respiración.

    Recuerda que el manejo de las enfermedades crónicas es un proceso individual y representa muchos retos, por lo cual te exhortamos a que seas compasivo/a contigo mismo/a. Permite que un profesional de la salud mental te acompañe en el desarrollo de herramientas que permitan manejar tus emociones y faciliten el proceso de adherencia al tratamiento médico. El apoyo psicológico profesional puede ser de gran ayuda para el bienestar general. 

    Si deseas obtener más información accede a la Fundación Esther A. Torres Pro Enfermedades Inflamatorias de Intestino a https://featpr.com/.

    Autoras:

    Equipo de Psicología Gastrointestinal, Centro de Enfermedades Inflamatorias del Intestino (EII) en la Clínica de la Escuela de Medicina. Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas. Departamento de Medicina, Unidad de Gastroenterología.

    Psicóloga Clínica, Supervisora: Dra. Grace M. Viñas Joy

    Gastroenteróloga, Directora del Centro de EII: Dra. Esther A. Torres 

    Estudiantes Doctorales de Psicología Clínica, Ponce Health Sciences University 

    Belinda Marrero Pabón, BA

    Emillie Rodríguez Trinidad, MS

    Zulay Vicente Morales, MA


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