Equipo médico realiza con éxito la primera cirugía cerebral fetal en el útero materno

Dos días después de la intervención, la niña nació sin defectos congénitos y con complicaciones limitadas

Mariana Mestizo Hernández

    Equipo médico realiza con éxito la primera cirugía cerebral fetal en el útero materno

    En un hospital de Boston, Estados Unidos, un equipo de médicos logró salvar la vida de una bebé que había sido diagnosticada con un trastorno genético mortal en el cerebro. Los especialistas realizaron una intervención quirúrgica mientras la pequeña aún se encontraba en el útero de su madre. 

    Dos días después de la operación, la niña nació sin defectos congénitos y con complicaciones limitadas. Un éxito médico impresionante que ha dado esperanza a muchas familias en situaciones similares.

    En una entrevista, la madre de la menor, Kenyatta Coleman señaló que la exploración anatómica del bebé había resultado normal y que todos sus perfiles biofísicos eran normales y no se encontraba nada anormal, en primeras instancias. De la misma manera, aseguró que ella y su esposo, Derek Coleman, se habían realizado pruebas genéticas que hallaron que el embarazo era de bajo riesgo.

    No obstante, cuando Kenyatta fue a realizarse una ecografía a las 30 semanas, el médico de cabecera le informó que el corazón de su bebé estaba agrandado y algo no andaba bien con su cerebro. En consecuencia, luego de llevar a cabo algunos exámenes, la bebé fue diagnosticada con una malformación de vena de Galeno (VOGM por sus siglas en inglés).

    ¿De qué se trata la malformación?

    Ahora bien, de acuerdo con el Boston Children’s Hospital, esta alteración genética es una anomalía de los vasos sanguíneos dentro del cerebro en la que las arterias deformes del mismo se conectan directamente con las venas en lugar de los capilares, lo que ralentiza el flujo sanguíneo y la sangre a alta presión puede precipitarse hacia el cerebro.

    Asimismo, según especialistas, esta presión adicional puede causar una serie de problemas, incluido el aumento de la sangre hacia el corazón y los pulmones, lo que obliga al corazón a trabajar horas extras y puede causar insuficiencia cardíaca congestiva en algunos bebés. A su vez, el aumento de la presión arterial también incrementa el riesgo de enfermedad cardíaca con el tiempo.

    La condición también puede evitar que el cerebro del bebé se drene con precisión, lo que puede provocar una lesión cerebral y, a veces, causar la pérdida de tejido cerebral o desarrollar hidrocefalia, una cabeza agrandada.

    La intervención fue un ensayo clínico

    Por consiguiente, con el objetivo de salvarle la vida a su bebé, la familia Coleman tomó la decisión de unirse a un ensayo clínico que le permitiría recibir el tratamiento adecuado, no obstante, se corrieron riesgos como el parto prematuro o la hemorragia cerebral para la bebé.

    Fue así como el equipo del Boston Children’s Hospital, en colaboración con el Massachusetts General Hospital, realizó el procedimiento quirúrgico único en su tipo en el feto de 34 semanas y dos días de edad gestacional. 

    La intervención quirúrgica, que fue documentada en un estudio de caso publicado en la revista Stroke de la American Heart Association, se realizó cortando el útero de la madre y luego el cráneo de la bebé para operar el cerebro en desarrollo. El equipo médico utilizó la ayuda de un ultrasonido para ubicar la arteria de la pequeña y facilitar el procedimiento.

    La bebé nació sin defectos congénitos

    Dos días después de la operación, Denver Coleman, la bebé, nació con un peso de 4,2 libras, un poco bajo para su edad, pero sin defectos congénitos y con complicaciones limitadas.

    Durante su proceso de recuperación, las imágenes de resonancia magnética de Denver no mostraron signos de flujo sanguíneo anormal y no requirió asistencia cardiovascular. Además, el autor principal del estudio, el Dr. Darren B. Orbrach, informó que Denver está progresando notablemente bien sin medicamentos y que ya no presenta signos de efectos negativos en su cerebro.

    “En nuestro ensayo clínico en curso, estamos utilizando la embolización transuterina guiada por ecografía para tratar la malformación de la vena de Galeno antes del nacimiento y en nuestro primer caso tratado, nos emocionó ver que el deterioro agresivo que generalmente se observa después del nacimiento simplemente no apareció”, explicó el médico en un comunicado de prensa.

    Actualmente, esta peligrosa anomalía se trata después del nacimiento. En la intervención, los cirujanos insertan material especializado en la vena afectada para disminuir el flujo sanguíneo en un proceso que por lo general suele requerir de dos a tres intervenciones.


    Fuentes consultadas aquí y aquí.


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