Hay muchos dentistas en casa con febrícula y malestar general.
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La consulta del dentista es “uno de los puntos de contagio más agresivos” y sin embargo el Gobierno no ha regulado su actividad durante esta crisis sanitaria, protestan los profesionales. Las franquicias, ajenas al riesgo, empujan a sus odontólogos y auxiliares a seguir trabajando para que no caiga la facturación, lo que multiplica la tasa de infectados en pleno estado de alarma y confinamiento.
“Hay muchos dentistas en casa con febrícula y malestar general. Este lunes una franquicia intentó abrir para seguir trabajando pero no pudo porque tres de los cuatro empleados estaban en casa enfermos y el cuarto no tenía llaves. Estamos muy expuestos pero lo llevamos de forma silenciosa, en parte porque buena parte de la población de odontólogos es joven y lo lleva con discreción. Pero todos conocemos a compañeros que tienen síntomas de la enfermedad”,
explica Pedro, odontólogo que se dedica tanto al sector público como al privado en Madrid.
“No nos han querido cerrar para no pagar, somos la población de mayor riesgo en el trabajo debido a los aerosoles que producimos en nuestra labor diaria con las irrigaciones del instrumental rotatorio. Las mascarillas quirúrgicas que utilizamos no nos protegen. Muchos estamos abriendo para asegurar las urgencias odontológicas de nuestros pacientes y que de esta forma no acudan a centros de salud y hospitalarios. Otro punto importante es el personal auxiliar que trabaja con nosotros, que tiene la misma exposición y no podemos proteger. En resumen, nos encontramos en una situación desprotegida totalmente por parte del gobierno al no haber definido la situación y dejarnos en un vacío jurídico y laboral”, denuncia otro profesional que solicita el anonimato.
El colectivo 'Ayúdanos a ayudarte', formado por odontólogos, auxiliares e higienistas es taxativo: la consulta del dentista es “un vector de propagación del virus” . “Estamos a muy pocos centímetros de la boca de los pacientes. Por la salud de la población, el Gobierno debería ayudarnos a poder tomar una decisión y decretar o regular el cierre de nuestras consultas. No es normal que nos pongan en la tesitura de elegir entre cerrar o exponernos al virus y a la propagación del mismo en el estado actual de desarrollo de la enfermedad”, difunden en un vídeo. Según un estudio del diario 'The New York Times', los dentistas son los profesionales más expuestos al coronavirus de todo el espectro laboral. Sitúan su tasa de exposición al virus en 95 puntos sobre 100. La tasa de cercanía física es máxima, 99 sobre 100.
Ante esta realidad, algunas franquicias obligan a sus odontólogos, la mayoría con contratos precarios, a “reutilizar las mascarillas al máximo”, según consta en un comunicado colgado en la taquilla de un centro. Una petición obscena, según los profesionales. “Las mascarillas quirúrgicas de tres capas que solemos utilizar no nos protegen contra la infección. Esas mascarillas hay que cambiarlas cada dos horas en condiciones normales. Ahora las cambiamos después de cada consulta”, explica Ana, odontóloga autónoma que mantiene su consulta disponible solo para urgencias. “Traumatismo, flemones y dolores principalmente”, indica.
“Las clínicas siguen obligándote a asistir a pacientes y a hacer cosas que no son urgentes. Sin medios ni protección, tratando de que economices en mascarillas y guantes. Para casi todo usamos aerosoles, esprays y turbinas que liberan partículas. Es una locura seguir trabajando en estas circunstancias. Como siempre, las franquicias nos tiran a los pies de los caballos”, explica Pedro.
Y subraya:
“No podemos quedar a expensas de que a una persona con ansiedad por estar en casa se ponga nerviosa porque se le inflama una encía y te llame diciendo que lo está pasando fatal. Necesitamos un decreto que regule nuestra actividad porque ahora mismo somos un foco de contagio del coronavirus, tanto hacia nosotros como hacia los pacientes que pasan por la consulta. Atender ahora mismo a una persona mayor es un riesgo muy grande. Si el coronavirus se ha expandido tan rápidamente es, en parte, por las clínicas odontológicas, donde siempre quedan vapores. Hay que regular nuestro servicio para atender solo urgencias reales”.
Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España, pide “rebajar el alarmismo”. “Tenemos medidas de protección como gafas, mascarillas y guantes que son suficientes para garantizar la seguridad de los dentistas. Miles de médicos y enfermeros en contacto con infectados con el coronavirus usan las mismas mascarillas que nosotros. Hay una mínima proporción de dentistas infectados. Una consulta es un lugar muy seguro y esterilizado debido a la desinfección constante que se aplica”.
Sin embargo, Castro critica con dureza a las grandes empresas del sector, que se sirven en muchas ocasiones de falsos autónomos y personal precario y se resisten a cerrar las consultas.
“Reclamamos al gobierno un decreto que exija el cierre de todas las consultas odontológicas excepto para urgencias. Las autoridades han de poner el foco en estas empresas que emplean mucha economía sumergida y de las que desconocemos en qué condiciones tienen a sus profesionales. No puede ser que sigan haciendo tratamientos y obligando a los profesionales, la mayoría de ellos jóvenes en condiciones leoninas, a jugarse el tipo”, denuncia Castro.
A esto se suma el desabastecimiento general de medios de barrera como geles hidroalcohólicos, mascarillas, guantes y EPI (equipos de protección individual compuestos de batas, gorros desechables y calzas), lo que agrava la situación. Antonio Montero, presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos (COEM) de la Primera Región, ha afirmado en un vídeo destinado a los profesionales que la situación es “crítica”. “Somos personal sanitario y estamos obligados a colaborar (…) atendiendo las urgencias dentales, por una parte para no saturar la sanidad pública. Es un problema muy serio”.
La llamada a colaborar en esta crisis sanitaria se mezcla con el vacío jurídico y laboral en que se encuentran los odontólogos y otros profesionales sanitarios.
“Nos obligan a elegir entre exposición al virus y aumento de la mortalidad o despidos por falta de ayuda”, denuncian desde Ayúdame a ayudarte. La explicación es que los odontólogos, como personal sanitario, no se pueden acoger al presente plan de ayudas y ERTE decretado por el Gobierno por su condición profesional. El presidente del consejo de Dentistas subraya que los odontólogos, en tanto que autónomos y pymes en su gran mayoría, tendrán derecho a acogerse a las ayudas.
Otros profesionales sanitarios como fisioterapeutas o nutricionistas han cerrado sus consultas y tratan de atender a sus pacientes de forma telemática, si bien eso se hace complicado, por no decir imposible, en muchos casos. El resultado: nula actividad y pérdidas enormes en un sector, el de la salud, integrado mayoritariamente por autónomos.