La temporada de Navidad y Año Nuevo es un momento de alegría, unión y celebración, pero también es una época en la que aumentan los riesgos de accidentes y emergencias.
Diciembre, el mes de las festividades, que por tradición se asocia con la felicidad y la celebración, también se ha convertido en un período de alto riesgo para accidentes y problemas de salud.
Según Atilio Moreno, director de Urgencias del Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá, la temporada navideña presenta una especie de "epidemia propia" en los servicios de urgencias.
El director explica que los hospitales deben hacer ajustes en personal y recursos durante diciembre para atender los casos típicos de estas festividades: "quemaduras por pólvora, intoxicaciones, heridas por riñas y accidentes de tránsito son los motivos más comunes de consulta, y lo peor es que muchos de estos casos son completamente prevenibles", advierte.
A pesar de las campañas de sensibilización y las restricciones legales, las quemaduras por pólvora siguen siendo una de las principales urgencias en diciembre, especialmente entre niños.
Estas quemaduras pueden ser graves, comprometiendo grandes áreas del cuerpo e incluso poniendo en riesgo la vida. La recomendación es clara: evitar el uso de pólvora, particularmente en niños, y si se presentan lesiones, trasladar al afectado a un hospital de inmediato.
Es fundamental no aplicar ningún tipo de crema, alimento, hielo o ungüento sobre la quemadura, sólo agua.
El uso de aceite y grasas calientes para la preparación de comidas típicas de la temporada, como buñuelos y ajiacos, también está detrás de muchos accidentes. Las quemaduras en la cara, cuello y extremidades son comunes.
La prevención incluye mantener a los niños alejados de las áreas de cocina y manejar los utensilios con precaución. En caso de accidente, se debe aplicar agua limpia sobre la quemadura y cubrir la zona con un trapo limpio, antes de acudir a urgencias.
Los cambios en los hábitos alimenticios durante las festividades, como el consumo de ingredientes nuevos o alimentos mal conservados, aumentan el riesgo de intoxicaciones. Los síntomas incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea.
Es esencial mantener buenas prácticas de higiene en la cocina y revisar las fechas de vencimiento de los productos. Si los síntomas persisten o empeoran, se debe acudir a urgencias.
El consumo excesivo de alcohol, especialmente bebidas adulteradas, es otro riesgo importante durante las fiestas.
Si alguien presenta somnolencia, visión borrosa o dificultad para coordinarse, es crucial no esperar y trasladarlo inmediatamente a un hospital. Aunque el "guayabo" es común, los efectos del alcohol en el cuerpo pueden ser mucho más graves de lo que parece.
La mezcla de alcohol y conducción es la principal causa de accidentes de tránsito en esta época. Conducir bajo la influencia, incluso después de una sola copa, puede alterar la coordinación y la capacidad de reacción.
Además, el exceso de velocidad y las condiciones de los vehículos también juegan un papel clave en los siniestros. Se recomienda designar conductores responsables y hacer revisiones mecánicas a los vehículos antes de cualquier viaje.
A pesar de ser una temporada asociada con la paz y la armonía, las riñas familiares y las peleas callejeras aumentan en diciembre. El consumo de alcohol es un factor común en este tipo de conflictos.
Para evitar tragedias, es importante evitar reuniones familiares con tensiones no resueltas y moderar el consumo de licor.
Las festividades, en especial las reuniones familiares y los balances de fin de año, pueden generar emociones intensas que agravan condiciones como la depresión o la ansiedad.
El estrés y los conflictos emocionales pueden desencadenar problemas de salud, por lo que es recomendable estar atentos al bienestar de las personas cercanas y buscar ayuda profesional si es necesario.
Durante las vacaciones, tanto niños como adultos pasan más tiempo en casa, lo que incrementa los accidentes domésticos. Es crucial revisar todas las áreas para eliminar riesgos, como cables eléctricos expuestos o objetos peligrosos al alcance de los niños. En caso de caídas, golpes fuertes o lesiones graves, el traslado al hospital es esencial.
Aquellos que viajan a zonas endémicas de enfermedades tropicales, como dengue, zika y malaria, deben tomar precauciones extremas.
El uso de repelentes, mosquiteros y evitar el estancamiento de agua puede prevenir estas infecciones. Si se presentan síntomas como fiebre, dolor de cabeza y articulaciones, es fundamental acudir a un médico inmediatamente.
Aunque no son exclusivas de la temporada, las infecciones respiratorias aumentan en diciembre, con el aumento de lluvias.
Los virus respiratorios se propagan rápidamente, por lo que el uso frecuente de tapabocas y el lavado de manos son medidas clave para prevenirlos. Si los síntomas persisten, como dificultad para respirar o tos severa, es necesario consultar a un profesional de la salud.
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