En población geriátrica con demencia, bajo estudio, se ha visto mejoría en su ansiedad y agitación, sin embargo, hacen falta más estudios, pues aún son inciertos sus efectos como alternativa terapéutica en general a largo plazo.
El cannabis como alternativa terapéutica en psiquiatría sigue siendo un tema de debate dentro de la comunidad médica. El Dr. William Julio, psiquiatra, menciona que su uso podría ser viable en algunos contextos, siempre y cuando esté respaldado por estudios científicos rigurosos.
Por ejemplo, en pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Para esto, el psiquiatra comentó que en este momento, se encuentra un estudio de fase 2 en curso, que "evalúa la eficacia del cannabis en la agitación en pacientes con alzhéimer y es a través de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)".
Añadió que este proyecto no está vinculado a dispensarios comerciales, sino que es llevado a cabo por una farmacéutica con todas las regulaciones establecidas. "Si llega al mercado, será como el Marinol, que llegó hace décadas para el tratamiento de pacientes con cáncer con náuseas", agregó.
En la entrevista con el editor fundador de la Revista MSP, Carlos Lugo, también mencionaron experiencias en otros países donde se ha utilizado cannabis en centros geriátricos, observando mejoras en la socialización y el bienestar general de los pacientes.
Sin embargo, se aclaró que se está hablando de poblaciones específicas, diferenciando su uso en geriatría de su posible aplicación en psiquiatría general. "En población geriátrica con demencia, que sí lo hemos trabajado aquí bajo estudio, sí se ha visto mejoría en su ansiedad y se ha visto mejoría en la agitación".
Sobre su uso en pacientes jóvenes y solo con diagnóstico de ansiedad, el Dr. Julio señaló que no está enterado si existen estudios controlados que respalden su eficacia. "Es que no he visto la data de estudios controlados, así que no podría hablar", dijo.
De hecho, en el estudio en curso en Puerto Rico, el sur de la Florida y el área francesa de Canadá, se está evaluando un sirope a base de cannabis y melatonina para tratar síntomas en pacientes con demencia. "No está en el mercado, está bajo investigación aún", aclaró.
Lo que sí es cierto, es que el vínculo entre el consumo de cannabis y la psicosis es un tema de creciente interés en la investigación psiquiátrica. Otros estudios recientes han aportado información sobre su efecto, aunque aún persisten interrogantes.
Una investigación realizada por un grupo de la Universidad McGill, ha identificado un mecanismo que podría explicar cómo el cannabis contribuye al desarrollo de la psicosis.
Según los hallazgos, el cannabis interfiere en el proceso natural del cerebro conocido como "poda sináptica", esencial para un desarrollo cerebral saludable. Esta interrupción podría predisponer a individuos con vulnerabilidad a desarrollar síntomas psicóticos.
Además, una revisión sistemática que analizó 13 estudios concluyó que existe una relación significativa entre el consumo de cannabis y el desarrollo de psicosis, sugiriendo una posible causalidad bidireccional.
Factores como la dosis, la edad de inicio del consumo, la susceptibilidad genética y experiencias de trauma infantil influyen en esta relación.
Sin embargo, la dirección de la causalidad aún no está claramente establecida, lo que indica la necesidad de más investigaciones para determinar si el cannabis es un factor de riesgo directo o si las personas con predisposición a la psicosis son más propensas a consumir cannabis como forma de automedicación.
Por otro lado, un estudio basado en registros daneses a nivel nacional encontró que el trastorno por consumo de cannabis está asociado con un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia, especialmente en hombres jóvenes de entre 16 y 25 años.
Los investigadores estimaron que aproximadamente el 20% de los casos de esquizofrenia en este grupo podrían prevenirse evitando el trastorno por consumo de cannabis.
Estos dejan en evidencia la complejidad de la relación entre el cannabis y la psicosis, sugiriendo que su consumo podría ser tanto un factor de riesgo como una forma de automedicación en individuos con predisposición a trastornos psicóticos.
Por eso, es esencial continuar investigando para comprender mejor esta relación y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas.
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