La nutricionista explicó los principales componentes nutricionales asociados al aumento y disminución del desarrollo de cáncer.
La terapia médico nutricional ayuda a disminuir los efectos secundarios que pueden provocar los tratamientos para el cáncer, así lo indicó la licenciada Kaithlyn Rodríguez, nutricionista, dietista, en diálogo con la Revista Medicina y Salud Pública.
A su vez, afirmó que es necesario el acompañamiento del dietista para optimizar el estado nutricional de los pacientes, “encontrar opciones de alimentos que sean tolerados, formas en los que se pueden proveer, y crear un plan de alimentación personalizado, basado en los gustos, preferencias, estilo de vida y síntomas del paciente son una parte clave del tratamiento del cáncer”.
Asimismo, añadió que existen componentes o nutrientes específicos que están asociados con el aumento o disminución de los riesgos de padecer cáncer. Uno de ellos son los antioxidantes, que son “compuestos químicos que bloquean la actividad de otros compuestos conocidos como radicales libres”, estos últimos pueden dañar las células y desencadenar el desarrollo del cáncer. Por lo tanto, recomienda incluir en la nutrición, antioxidantes como la vitamina A, C y E, que se encuentran en su mayoría en el té, las frutas y vegetales”.
También resaltó la importancia de los fitonutrientes, compuestos químicos que se encuentran en los alimentos de origen vegetal, sus propiedades influyen positivamente en la salud, ya que tienen funciones antioxidantes.
“Cuando hablamos de la vitamina D, esta ayuda al cuerpo a usar el calcio y fósforo, específicamente para los huesos y los dientes, y las mismas se obtiene a través de la exposición de la piel a la luz solar, suplementos vitamínicos y alimentos como el salmón, la sardina y el huevo” expresó la nutricionista.
A su vez, indicó que varios estudios epidemiológicos han asociado las altas concentraciones de vitamina D en sangre con menores riesgos de cáncer, específicamente el cáncer colorrectal.
Por otro lado, también existen alimentos que contribuyen al crecimiento de células malignas, como el exceso en el consumo de los edulcorantes artificiales, que incluyen la sacarina, aspartamo, acesulfamo de potasio, sucralosa y ciclamato.
“Los nitratos y los nitritos son compuestos químicos que se utilizan como preservativos en alimentos altamente procesados como los embutidos y carnes ahumadas” explicó. Los nitritos pueden convertirse en nitrosaminas que son compuestos orgánicos carcinógenos, en adición con un consumo de alimentos altos en grasas saturadas y de origen animal, que también pueden contribuir al cáncer, generando efectos inflamatorios.
Por lo tanto, enfatizó en que la alimentación saludable no está dirigida a curar o tratar la enfermedad, pero si puede ayudar de manera preventiva durante el proceso de tratamiento y recuperación de los pacientes.
De igual modo, la adecuada nutrición ayuda a mejorar efectos secundarios del tratamiento, que son la anorexia-caquexia; constipación; náuseas; vómitos; neutropenia; diarrea; anemias; deshidratación; mala absorción entre otros. “Por lo general, los efectos secundarios dependerán del tratamiento que el paciente esté recibiendo” afirmó.
Pese a que las causas del desarrollo de cualquier tipo de cáncer no se pueden determinar con exactitud, existen factores de riesgo que pueden predisponer a algunas personas a presentarlo, algunas de ellas son: la luz solar, inflamación crónica, factores genéticos, sustancias del ambiente y estilo de vida.
Finalmente, destacó que con un peso saludable, alimentación balanceada y la continua actividad física, se puede prevenir el desarrollo de esta enfermedad.
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