Síndrome metabólico: afección prevalente y con escasez de diagnóstico clínico

La condición suele desarrollarse por malos hábitos alimenticios y es la causa de varias patologías crónicas.

Medicina y Salud Pública

    Síndrome metabólico: afección prevalente y con escasez de diagnóstico clínico

    Eduardo Najar
    Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública

    La condición suele desarrollarse por malos hábitos alimenticios y es la causa de varias patologías crónicas

    El síndrome metabólico es una de las condiciones actuales que más origina determinadas patologías. A pesar de su importancia, esta malignidad está dejando de ser percibida por parte de la comunidad salubrista.  Como se sabe la obesidad en combinación con otros factores puede desencadenar dos irregularidades significativas: enfermedades cardiovasculares y enfermedades metabólicas. No obstante, estas enfermedades se pueden manifestar de manera espontánea, es decir sin ningún factor de riesgo aparente.

    El doctor Francisco Diaz Lozada, director del internado rotatorio y el doctor Ramon Grillo Morales, médico interno del Hospital Auxilio Mutuo, en la edición impresa de la revista Medicina y Salud Pública (MSP) indicaron que el síndrome metabólico es la unión de varios factores que pueden desencadenar la obesidad, partiendo de dos disyuntivas: una donde prevalecen las enfermedades cardiacas, y otra donde se mantiene una irregularidad metabólica. Cuando esto sucede junto a otros agentes culturales y hábitos de un individuo se puede desarrollar un síndrome. 

    El significado de esta irregularidad no se tiene totalmente especificada en la literatura, como argumentan los médicos no se puede determinar en casos específicos para el origen del síndrome por las múltiples causas o factores que intervienen en una manifestación. Cuando se toma un solo agente puede que determinada persona desarrolle la malignidad, pero esto no quiere decir que todos los casos clínicos sean de la misma manera, ya que se han visto varios ejemplos donde aparecen gran cantidad o de manera simultánea diversos componentes; esto es lo que ha impulsado a que se tome en cuenta una manera para poder hallar un significado unánime y por supuesto que pueda encontrarse un diagnóstico específico.

    Se ha conocido que existen formas de detección o diagnóstico para este síndrome. La primera forma es cuando el paciente sufre alguna condición cardiovascular y, la segunda está enfocada en aquellos individuos que  padecen de diabetes. Los médicos dejan por escrito que existe una correlación entre la presencia del síndrome y los componentes patofisiológicos. Es por eso que, es primordial que para tratar a estas personas se les realice una prueba con antelación individual por medio de criterios como el de la Enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD por sus siglas en inglés) para determinar el tipo e intensidad de determinado tratamiento.

    La obesidad y su relación con el síndrome metabólico

    La obesidad es conocida a nivel mundial por ser un impulsor al síndrome metabólico como ejemplifican los especialistas en el artículo. Este factor debe tomarse en cuenta y estudiarse ya que los índices se encuentran en alza a nivel internacional, lo que indica claramente que se puede manifestar de manera masiva el síndrome metabólico.

     Una forma para determinar un diagnóstico y estado del paciente es por medio del tejido adiposo que es considerado un órgano endocrino. El lugar y la forma de almacenamiento de este miembro le proporciona a la comunidad médica una forma de gravedad individual de cada paciente.

    “La severidad y tiempo de duración de estos estados también están asociados a un riesgo aumentado para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares; de nuevo sosteniendo la sinergia y complementación entre la patofisiología causante de este síndrome” aseguraron los médicos en el artículo.

    Tratamiento contra el síndrome

    Uno de los tratamientos o recomendaciones para las personas que padecen de este síndrome está direccionado en poder ayudar a mejorar determinados hábitos que incluyen una dieta alimenticia, aquellos conductuales que pueden fomentar la obesidad, o por el contrario factores de riesgo que impulsen enfermedades relacionadas con la malignidad metabólica.

    “El tratamiento primario se basa en la prevención a través de cambios en el estilo de vida del individuo y monitoreo de múltiples valores de laboratorio anualmente” sostuvieron los salubristas en el escrito.

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