¿Por qué existe una predisposición genética entre la falta de sueño o insomnio y la depresión?

Dormir cinco horas o menos podría incidir en la depresión posterior al sueño según un nuevo estudio.

Jhoser Bermúdez Guerrero

    ¿Por qué existe una predisposición genética entre la falta de sueño o insomnio y la depresión?

    Un estudio desarrollado por el Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud, University College London, Reino Unido revela que la predisposición genética a dormir menos de 5 horas por noche se asocia con un mayor riesgo de depresión en adultos mayores.

    Sin embargo, no se encontró una relación similar entre la predisposición genética a la depresión y patrones de sueño inadecuados.

    Sueño y depresión

    El Centers for Disease Control and Prevention (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) señala al sueño como la forma en que el cuerpo puede revitalizarse, renovarse y reponerse. A su vez: "Ayuda a que el sistema inmunitario funcione mejor, y mantiene a las personas mentalmente alerta. En promedio, la mayoría de los adultos necesita por lo menos 7 horas de sueño cada noche".

    Asimismo, cita a la depresión sin una causa exacta en la que pueden influir factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Todas las personas son diferentes, pero algunos factores pueden aumentar la probabilidad de que una persona se deprima como la consanguinidad, eventos traumáticos o estresantes, cambios en la vida, medicación o consumo de drogas y alcohol.

    Metodología y muestra

    Por su lado, el análisis desarrollado por el departamento de ciencias se basó en datos del Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento (ELSA), una cohorte representativa del Reino Unido con una edad promedio de 65 años.

    "Los investigadores recopilaron datos sobre la duración del sueño y la depresión a través de visitas domiciliarias de enfermeras y entrevistas personales asistidas por computadora y utilizaron ondas ELSA combinadas de 2004 a 2008, cuando comenzó la recopilación de datos genéticos", apunta el portal Medscape.

    Este estudio incluyó dos muestras analíticas; uno involucró a 6.521 personas para determinar el papel del sueño inicial en la depresión en el seguimiento, y el otro involucró a 6.070 personas para determinar el papel de la depresión inicial en el sueño subóptimo en el seguimiento.

    Vínculo genético

    El análisis de estudios de asociación de todo el genoma del Biobanco del Reino Unido incluyó puntuaciones poligénicas (PGS) que predicen el riesgo genético de un individuo para la duración del sueño, sueño corto, sueño prolongado y depresión.

    A partir de esto, descubrieron que: "Después de realizar ajustes, incluso por edad y sexo, un aumento de 1 desviación estándar en el PGS para el sueño breve se asoció con un aumento del 14 % en las probabilidades de desarrollar depresión durante el período de seguimiento".

    Diferencias en los patrones de sueño

    Luego de medir las diferencias en los patrones de sueño, se pudo descubrir que: "No hubo asociaciones significativas entre la PGS para la depresión y la duración total del sueño futuro, el sueño corto y el sueño prolongado al final del seguimiento, lo que sugiere que diferentes mecanismos subyacen a la relación entre la depresión y la aparición posterior de un sueño subóptimo en adultos mayores".

    Validación y fortaleza

    El estudio se apoyó en análisis de sensibilidad, incluyendo ajustes por factores socioeconómicos y ambientales, lo que confirmó la solidez de los resultados.

    Por lo que pudo establecer que: "los marcadores genéticos comunes para el sueño breve desempeñan un papel importante en la incidencia de la depresión en adultos mayores, y los nuevos hallazgos respaldan una opinión creciente de que el sueño breve es más importante para la experiencia de depresión que sueño prolongado a lo largo de la vida".

    Estos hallazgos apoyan la idea de que el sueño breve puede ser más relevante en la experiencia de la depresión en comparación con el sueño prolongado en la vida de los adultos mayores.

    Fuente consultada: aquí.

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