Los investigadores indicaron que: "En general, encontramos una asociación positiva modesta entre el colesterol LDL y la demencia"
El estudio indica que los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), en especial entre los 40 y 65 años de edad, conllevan riesgo de demencia más de una década después.
La investigación resulta de la persistencia en la incertidumbre en torno al riesgo que confieren los niveles anormales de lípidos, que son modificables, por esa razón Iwagami M, Qizilbash N, Gregson J, Douglas I, Johnson M, Pearce N, Evans S, Pocock S, investigadores conjuntos de la Facultad de Epidemiología y Salud de la Población, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Londres, Reino Unido y del Departamento de Investigación de Servicios de Salud, Universidad de Tsukuba, Tsukuba, Japón se dieron cita para concretar el estudio.
Durante el proceso participaron más de 1.8 millones de personas con mediciones de colesterol total y casi 1 millón de personas con mediciones colesterol de las lipoproteínas de baja densidad seguidas durante más de dos décadas, observamos asociaciones positivas modestas entre el colesterol total y el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad y el riesgo de demencia.
Estas asociaciones no se explicaron completamente por la edad, el sexo y las covariables iniciales disponibles. Las asociaciones fueron más fuertes para las mediciones de colesterol total y colesterol de las lipoproteínas de baja densidad en la mediana edad (65 años) y con un seguimiento más prolongado (10 años).
"La asociación fue más fuerte para el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad, que para el colesterol total, lo que sugiere que la asociación entre el colesterol total y la demencia es impulsada en parte por el colesterol LDL. Casi no hubo asociación entre el colesterol HDL o los triglicéridos y la demencia.20 Se espera que este sesgo sea menos pronunciado en nuestros análisis de pacientes menores de 65 años al excluir los diagnósticos en los primeros 10 años de seguimiento", reseña la investigación.
Los lípidos en sangre se pueden modificar mediante cambios en el estilo de vida o fármacos hipolipemiantes. Los ensayos aleatorios no han encontrado evidencia de que las estatinas prevengan el deterioro cognitivo o la demencia, pero dichos ensayos están muy limitados por la duración del seguimiento (<5 años).
Existe alguna evidencia de ensayos aleatorizados y estudios comparativos no aleatorizados de que las estatinas en personas más jóvenes, aquellas en etapas tempranas de la demencia y aquellas con el alelo APOE podrían modificar la función cognitiva, lo que podría traducirse en un beneficio significativo con respecto a población para una enfermedad irreversible que es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en todo el mundo.
Los datos que respaldan una asociación entre los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad y la demencia son tan sólidos como la evidencia de la asociación entre la presión arterial, que está en la lista de factores de riesgo modificables para la demencia y la demencia.
En conclusión, los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad en la mediana edad (<65 años) se asocian modestamente con el riesgo de demencia después de al menos 10 años de seguimiento. El colesterol LDL debe agregarse a la lista de factores de riesgo modificables para la demencia.
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