El asma en Puerto Rico para el 2016 se colocó con una prevalencia de alrededor de 37%.
Puerto Rico es uno de los países con mayor incidencia de asma a nivel mundial debido a la genética de esta etnia hispana, pero con la llegada del COVID19, este dato probado científicamente se ha reforzado aún más, ya que se ha visto que el componente genómico pudiera superar las agravantes de esta condición a nivel ambiental.
Así lo explicó el doctor Jorge Rodríguez Santana, neumólogo que dirige el Centro de Neumología Pediátrica en los Hospitales de Hima San Pablo de Caguas y el Hospital Auxilio Mutuo, y quien también lidera el laboratorio de investigación, “Puerto Rican Infant Metagenomic and Epidemiologic study of Respiratory Outcomes”, (PRIMERO).
Bajo este laboratorio, subvencionado bajo el Instituto Nacional de la Salud, se busca reclutar alrededor de 3 mil mujeres embarazadas para darle seguimiento a sus bebés durante un plazo de cinco años.
El equipo de investigadores, que incluyen aliados de la Universidad en San Francisco, del estado de California y el National Jewish Health, en Denver, Colorado, se busca identificar cómo la genética y las infecciones virales influyen en el desarrollo y exacerbación del asma.
El asma en Puerto Rico para el 2016 se colocó con una prevalencia de alrededor de 37%. Dentro de los estudios ( GALA II y SAGE II Studies), liderados por el también intensivista pediátrico junto a sus otros colaboradores, se han develado los análisis genéticos asociados a la enfermedad del asma en unos 6,500 niños y jóvenes adultos latinos y afromericanos.
Precisamente con la llegada del COVID19 a la Isla, Rodríguez Santana indicó que se ha visto una disminución dramática en las hospitalizaciones por asma al estar los niños más en las casas, así como sus exacerbaciones por factores ambientales, a pesar de que Puerto Rico ha recibido nubes cargadas de polvo del Desierto del Sahara.
“Ya nuestros estudios han probado que nosotros tenemos una predisposición mayor al desarrollo del asma y alergias debido a nuestra genética, que viene de la mezcla de tres razas. Con la llegada del COVID19, y al estar en una isla situada en el Caribe, como mucho polvo del Sahara y mucho hongo, si comparamos a Puerto Rico con otras islas en la misma zona geográfica, vemos que aun así no tienen la misma incidencia de asma que tenemos nosotros”, sostuvo.
Añadió que específicamente, se ha visto que la región de cromosoma 17q21 tiene relevancia con el desarrollo del asma.
“Con la pandemia vimos que desaparecieron las infecciones virales porque los niños no estaban en la escuela y por lo tanto, los eventos de asma disminuyeron marcadamente. En el mes de junio tuvimos la exposición al polvo del Sahara más grande que hemos tenido en muchísimos años, y tampoco vimos un marcado incremento en hospitalizaciones por asma ni salas de emergencias abarrotadas. Esto nos dijo que precisamente los factores que predisponen al asma sea el ambiente, probablemente sea la interacción de la genética con infecciones virales”, estableció.
Rhinovirus
Dentro de los estudios realizados también por el Dr. Rodríguez Santana, se encuentra uno publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, en el 2019, que identifica en particular que el Rhinovirus es uno de los virus que más produce asma.
“Hay niños que vienen genéticamente predispuesto a que cuando se infectan con este virus, tendrán más riesgo de estar hospitalizado o tener exacerbaciones de asma. Igualmente pasa con el COVID19, tenemos personas que se contagian y no les sucede nada, incluyendo personas mayores y otras sí se pueden complicar así sean jóvenes”, afirmó.
También sostuvo que los estudios han demostrado que la población pediátrica de la Isla responde distinto a ciertos medicamentos, por lo que se espera que en un futuro se pueda desarrollar estrategias farmacogenómicas que precisamente refuercen el esfuerzo de las respuestas terapéuticas basadas en las características genéticas de esta población específica.
Asma como factor protectivo de COVID19
De otra parte, el neumólogo intensivista aseguró que con la llegada del COVID19, se esperaba que los pacientes con enfermedades crónicas como el asma y la fibrosis quística se descompensaran aún más al contagiarse con este virus respiratorio, pero para sorpresa de todos, recientemente un estudio ha estipulado que el asma específicamente pudiera figurar como factor protector ante el virus.
“Esto ha sido muy interesante. Esperábamos que con la llegada el COVID19, tanto adultos como niños, experimentaran enfermedades más severas. Falso, no ocurrió así. Este hallazgo lo hemos visto de manera anecdotaria, porque hemos visto pacientes asmáticos con COVID con incluso enfermedad más leve. Y, según el investigador, doctor Fernándo Martínez, en un artículo publicado hace apenas tres semanas, sostiene que tanto pacientes con COPD, fibrosis quística y pacientes asmáticos, se esperaba un cuadro más catastrófico al contagiarse con COVID19 y ocurrió todo lo contrario, no tuvieron una enfermedad tan severa”, reveló.
“Parte de lo que publicamos en la revista Nature (una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial), donde expusimos células congeladas de pacientes con asma al COVID19, encontramos que uno de los mecanismos de asma, que precisamente se ve exacerbado en estos pacientes, brinda en elemento protectivo al paciente que contrae COVID y tiene asma. Así que, parece ser que por ciertos mecanismos del paciente con asma lo protegen durante la infección con COVID19”, reiteró.
Informó que parte de las teorías que se sostienen es que se entiende que estos pacientes con asma pudieran tener dicho factor protectivo debido en parte a su historial previo de exacerbaciones respiratorias.
Finalmente, anunció que su grupo de investigación acaba de recibir una subvención para evaluar el efecto que tiene una madre vacunada con COVID19 y su embarazo, versus aquel neonato nacido de una madre no vacunada, y el efecto de ambos desarrollando en un futuro enfermedades respiratorias.
“También estudiamos el efecto de la vacunación en la mujer embarazada y el bebé al nacer, para saber cuánto protegen las vacunas al bebé”, concluyó.
Referencias consultadas:
https://www.jacionline.org/article/S0091-6749(19)30418-X/fulltext
https://www.atsjournals.org/doi/10.1164/rccm.202102-0389ED