El doctor Francisco L. Raffucci creó el Laboratorio de Cirugía Experimental en el patio de la Escuela de Medicina Tropical en San Juan en el 1956.
El doctor Francisco L. Raffucci creó el Laboratorio de Cirugía Experimental en el patio de la Escuela de Medicina Tropical en San Juan en el 1956. Las facilidades físicas eran realmente rústicas, con materiales y equipo de investigación muy limitados. Se experimentaba principalmente con perros. Allí originalmente trabajaban junto al doctor Raffucci otros cirujanos muy reconocidos, entre ellos los doctores: David Rodríguez Pérez, Gumersindo Blanco, Alberto Adam, Rafael Sorrentino, José F. Bernal Rosa, Marino Blasini Rivera, Carlos Torres Aguiar, Salvador Busquets, José E. Pérez Anzalota, Francisco E. Oliveras, Luis A. Fraguada y otros.
Los técnicos asistentes quirúrgicos eran Agustín Fernández Quintana y Roberto (Natividad) Gómez. Agustín Fernández Quintana completó dos años de medicina en la Escuela de Medicina de la UPR. Cuando comenzó el tercer año y el aspecto clínico del aprendizaje, no pudo lidiar con las enfermedades de los pacientes. Dejó la medicina y comenzó como técnico en el Laboratorio de Cirugía Experimental. Trabajó junto a los cirujanos en experimentos mayormente con perros. Aparece como coautor de varias publicaciones científicas.
Por su parte, el señor Roberto (Natividad) Gómez, nacido en el Barrio Palmarito de Corozal el 25 de diciembre de 1938, cuenta una anécdota personal muy curiosa. Recibió el nombre de Natividad (por su fecha de nacimiento) y se lo cambió a Roberto porque “Natividad” se utilizaba para hembras y varones indistintamente. Completó el tercer grado de escuela elemental en Corozal y se trasladó a San Juan. Eventualmente conoció al doctor Gumersindo Blanco y a su progenitora, doña Manuela Dalmau, reconocida educadora. El doctor Blanco lo reclutó para trabajar en el Laboratorio de Cirugía Experimental.
En 1955, el técnico de laboratorio Roberto (Natividad) Gómez, en un trabajo experimental extraordinario, describió la técnica para unir la arteria mamaria interna a la arteria coronaria del perro con el corazón latiendo. Este trabajo fue refinado y eventualmente publicado, se cree que por primera vez, ya que para esa época no existía la máquina de circulación extracorpórea. Esta técnica es utilizada al presente en algunos pacientes sometidos a Cirugía Coronaria para evitar el uso de máquina de circulación extracorpórea. Es necesario señalar que el técnico de laboratorio, Roberto Gómez, no recibió el merecido reconocimiento por su aportación a la cirugía debido a que no poseía título académico. Tampoco se le incluyó como coautor del artículo. El doctor Gumersindo Blanco indica en la grabación en vídeo que le realicé en mayo de 2007 en San Antonio, Texas, que Roberto Gómez fue el que describió la técnica de esa anastomosis. Gómez utilizó un catéter de polietileno, lo pasaba por la arteria subclavia, proseguía hasta la mamaria interna y luego lo colocaba por medio de una incisión en la coronaria del corazón del perro. El corazón continuaba recibiendo circulación mientras se hacía la anastomosis con seda 6-0. Más tarde, se removía la cánula de la arteria subclavia. La aportación del señor Gómez es todavía más notable porque él no tenía acceso a la literatura quirúrgica de la época.
Estos experimentos de la anastomosis de la mamaria interna a la coronaria del perro comenzaron en el Laboratorio de Cirugía Experimental en la Escuela de Medicina de la UPR. Posteriormente, en 1956, el doctor Gumersindo Blanco se trasladó al Hospital Hahnemann por invitación del doctor Charles P. Bailey a dirigir el Laboratorio de Cirugía Experimental Mary Bailey. Mary, hija del doctor Bailey, había muerto como resultado de una enfermedad cardíaca congénita y su padre creó una fundación y un laboratorio en su honor. El doctor Blanco invitó al señor Gómez para que trabajase en esa unidad. Allí continuaron con los trabajos experimentales hasta alcanzar cuarenta y cinco operaciones de anastomosis de mamaria interna a la coronaria en perros. En las operaciones realizadas en el Laboratorio Bailey, según me indicó el señor Gómez, se utilizaron catéteres de silástico que no eran muy rígidos, sino más maleables. El trabajo experimental fue titulado, “Anastomosis of Coronary and Internal Mammary: An Experimental Study”, y publicado en la revista Journal of the Albert Einstein Medical Center en octubre de 1958.
El señor Roberto Gómez completó su escuela superior en Filadelfia y allí aprendió a manejar la máquina de circulación extracorpórea, lo que le permitió ayudar al doctor Blanco, a Adam y a Bailey en operaciones cardíacas. Me relató el señor Gómez en una entrevista que trabajó en el Laboratorio Mary Bailey con el cirujano Victor Satinsky, perfeccionando técnicas operatorias en perros que luego serían utilizadas en humanos. Al presente, el señor Gómez tiene 79 años de edad y vive en Victorville, California, con su esposa Nancy Gómez Arroyo y su hijo Roberto Gómez, Jr.
El Laboratorio de Cirugía Experimental de la Escuela de Medicina se utilizó hasta que la facultad del Hospital Municipal de Santurce se trasladó al Hospital de Tuberculosos en el Centro Médico en 1960 y los pacientes que padecían de tuberculosis fueron transferidos al Hospital de Bayamón. De esta forma, el Hospital de Tuberculosos de Río Piedras se convirtió en el Hospital Universitario.
El Laboratorio de Cirugía Experimental se estableció en una pequeña casa ubicada bajo un frondoso árbol de mangó, hacia el lado norte del edificio conocido como Centro de Investigaciones Clínicas. De 1964 a 1967, el doctor Leo Cuello Mainardi fue director del Laboratorio. Por allí pasaron los siguientes residentes: Víctor Gutiérrez Fulladosa, Enrique Vázquez Quintana, Gerhart Ramírez Schon, Rosendo Ríos, Brígido Berríos, Ernesto Rivé Mora, Rafael Brito, Pablo Rodríguez Millán, Eduardo Santiago Delpín, Philip Lowry, Tomás M. Torres y otros.
Finalmente, en 1972 el Laboratorio de Cirugía Experimental fue reubicado en el décimo piso del edificio del Recinto de Ciencias Médicas. Por primera vez se contaba con espacio suficiente para la experimentación con animales grandes. Tenía cuatro salas de operaciones, varias oficinas y áreas adecuadas para cuidar a los animales utilizados en los experimentos. El Laboratorio de Cirugía Experimental lleva el nombre del Dr. Francisco L. Raffucci, su fundador.
Enrique Vázquez Quintana, MD