Se investigó si la discapacidad visual está asociada con un mayor riesgo de demencia incidente.
La discapacidad visual podría aumentar el riesgo de demencia a través de mecanismos similares a la pérdida auditiva, como la reasignación de recursos cognitivos para manejar mayores demandas perceptivas o la mediación a través de la depresión, el aislamiento social y la inactividad física.
Un metaanálisis reciente encontró que la discapacidad visual se asoció con un 47% más de riesgo de demencia cuando se agruparon los datos de 14 estudios prospectivos. A pesar de los hallazgos prometedores sobre la discapacidad visual como objetivo para la prevención de la demencia, faltan estudios que combinen un tamaño de muestra grande con un período de seguimiento prolongado y una exposición determinada mediante la agudeza visual a distancia.
Este es el estándar clínico y sustenta las taxonomías internacionales de la discapacidad visual. La interpretación de los hallazgos anteriores se complica aún más por la heterogeneidad de los diferentes diseños de estudios, enfoques metodológicos y definiciones de exposición / resultado. Esto podría abordarse replicando análisis en diferentes poblaciones, con exposición, covariable y verificación de resultados similares.
Presumimos que la discapacidad visual se asociaría con un mayor riesgo de desarrollar demencia en comparación con la ausencia de discapacidad visual. También planteamos la hipótesis de que habría un efecto dosis-respuesta, con una mayor gravedad de la discapacidad visual asociada con un mayor riesgo de demencia.
El ensayo arrojó que las deficiencias visuales de moderadas a severas, pueden asociarse con un aumento del riesgo de desarrollar demencia.
Las deficiencias visuales tienen una alta prevalencia, especialmente al final de la mediana edad, pero son generalmente tratables o prevenibles y pueden ser un objetivo prometedor para la prevención de la demencia.
En este caso, las deficiencias visuales leves mostraron una asociación leve con demencia de nuevo diagnóstico. Por otro lado, las deficiencias visuales de moderadas a severas se asociaron con un aumento del riesgo de demencia de nuevo diagnóstico.
En el ensayo, se utilizó un total de 517 casos de demencia de nuevo diagnóstico durante más de 68.709 personas por años de seguimiento.
Tras la exclusión de pacientes, después de 5 años de seguimiento que informaron tener un estado de salud malo o regular, la dirección de las asociaciones se mantuvo similar para la deficiencia de moderada a grave, pero perdió significancia estadística.
Uno de los obstáculos para este estudio, fue la no evaluación de demencias específicas, como la enfermedad de Alzheimer o la demencia vascular.
Además, la proporción de pacientes con deficiencias visuales moderadas era pequeña.
Estos hallazgos sugieren que la discapacidad visual podría ser un objetivo prometedor para la prevención de la demencia; sin embargo, no se puede excluir la posibilidad de una causalidad inversa.
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