La vacunación con esta formulación mejora sustancialmente la producción de anticuerpos y da como resultado una supervivencia significativamente mejorada.
Investigadores estudian el uso de vacunas de células enteras para luchar contra las infecciones del tracto urinario, como parte de un esfuerzo por abordar el problema cada vez más grave de las bacterias resistentes a los antibióticos.
En la investigación han utilizado marcos de metal orgánicos para encapsular e inactivar células bacterianas enteras, con el fin de crear un depósito que permita que las vacunas duren más tiempo en el organismo.
En este caso, el estudio muestra en ratones que este método produjo una producción de anticuerpos sustancialmente mayor y tasas de supervivencia significas más altas en comparación con los métodos estándar de preparación de vacunas de células enteras.
"Se está explorando la vacunación como vía terapéutica para las infecciones urinarias recurrentes porque los antibióticos ya no funcionan" afirmó uno de los investigadores.
En la actualidad los pacientes están teniendo serios problemas en sus vejigas, porque las bacterias no pueden ser eliminadas por los antibióticos o por una alergia extrema a los antibióticos, que es más común en la población de mayor edad.
Las infecciones en el tracto urinario recurrentes, se consideran principalmente un problema de salud de la mujeres posmenopáusicas, es algo de lo que las mujeres no suelen hablar.
Según una de las investigadoras, cada infección posterior es más difícil de tratar, aunque se eliminen las bacterias de la vejiga, estas sobreviven en otros lugares y suelen hacerse resistentes al antibiótico que se esté utilizando. Cuando los pacientes acumulan resistencias a los antibióticos, acaban por quedarse sin opciones de tratamiento.
Hoy en día elaborar vacunas contra bacterias patógenas es muy difícil porque las bacterias son mucho más grandes y complejas que los virus, por esto la selección de los componentes biológicos que se utilizan para crear antígenos, ha sido un gran reto.
Los marcos de metal orgánicos, que se desarrollaron gracias al equipo de Gassensmith, encapsulan e inmovilizan una célula bacteriana individual en una matriz polimérica cristalina que no solo mata a la bacteria, sino que también preserva y estabiliza la célula muerta frente a las altas temperaturas, la humedad y los disolventes orgánicos.
En sus experimentos, utilizaron una cepa de Escherichia Coli, resaltando que no existen vacunas contra ninguna cepa patógena de esta bacteria. La E. Coli Uropatógena es la responsable de alrededor del 80 por ciento de todas las infecciones urinarias adquiridas en la comunidad.
Cuando inocularon a estos ratones con una inyección letal de la bacteria, después de vacunarlos, casi todos los animales sobrevivieron, lo que supone un rendimiento mucho mejor que con los enfoques tradicionales de la vacuna.
Según los expertos, este resultado se repitió varias veces, lo que crea alta fiabilidad.
Aunque el método aún no se ha ensayado en humanos, los investigadores afirman que tiene el potencial de ayudar a millones de pacientes.
Este estudio sobre la infección de las vías urinarias es una prueba de que las vacunas de células enteras son más eficaces en este modelo extremo de sepsis letal. Demostrar que esto funciona contra las infecciones del tracto urinario recurrente sería un avance importante para la ciencia y la salud.
Los investigadores creen que el método de depósito de antígenos podría aplicarse ampliamente a las infecciones bacterianas, incluidas la Endocarditis y la Tuberculosis.
"Estamos trabajando para trasladar este enfoque a la tuberculosis, que es un organismo muy diferente, pero que, al igual que la E. Coli Uropatógena, cuando entra en el tejido, se queda y se repite" comenta uno de los investigadores.
Esto requiere una nueva forma de pensar sobre cómo deben funcionar las vacunas, pues actualmente la tecnología de las vacunas tiene dos siglos de antigüedad y ha evolucionado sorprendentemente poco.
Se espera que esta clase de plataformas pueda abrir el uso de patógenos existentes y bien estudiados para crear respuestas inmunitarias más dirigidas y diseñadas.
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