Un estudio detalla los fármacos con mayores riesgos de causar lesión hepática aguda, basado en análisis exhaustivos de datos reales.
En un estudio reciente, se identificaron 17 medicamentos con significativas tasas de incidencia de hospitalización por lesión hepática aguda (LHA), muchos de los cuales no habían sido previamente considerados como potencialmente hepatotóxicos.
Los investigadores utilizaron informes de casos recogidos en LiverTox de los Institutos Nacionales de Salud, analizando datos de casi 7.9 millones de personas del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE.UU.
Se excluyeron medicamentos administrados por vía inyectable, tratamientos para enfermedades hepáticas o alcoholismo, así como anticoagulantes. Se evaluaron 194 medicamentos con al menos cuatro informes de hepatotoxicidad, midiendo hospitalizaciones por LHA grave.
Entre los participantes del estudio, se identificaron 1739 hospitalizaciones por LHA grave, con tasas de incidencia variadas entre los medicamentos analizados, desde 0 hasta 86.4 eventos por 10,000 personas-año.
Diecisiete fármacos fueron clasificados como los más hepatotóxicos, con tasas de incidencia que alcanzaron o superaron los 10 eventos por 10,000 personas-año en siete de ellos, como estavudina, erlotinib y metronidazol.
Entre los diecisiete medicamentos que fueron clasificados como los más potencialmente hepatotóxicos, se dividieron en 2 grupos.
Grupo 1: 7 de ellos, estavudina, erlotinib, lenalidomida o talidomida, clorpromazina, metronidazol, proclorperazina e isoniazida tuvieron tasas de incidencia de = 10 eventos por 10.000 personas-año.
Mientras que en el grupo 2: Se identificaron 10 medicamentos, entre ellos la moxifloxacina, azatioprina, levofloxacina, claritromicina, ketoconazol, fluconazol, captopril, amoxicilina-clavulanato, sulfametoxazol-trimetoprima y ciprofloxacina, pues mostraron tasas de incidencia de 5 a 9,9 eventos por 10.000 personas-año.
Los investigadores subrayan que la categorización tradicional de hepatotoxicidad basada en informes de casos podría no reflejar adecuadamente las tasas reales de LHA. Recomiendan un seguimiento más riguroso para pacientes que inician tratamientos con medicamentos de alto riesgo, utilizando pruebas de laboratorio hepático para detectar tempranamente cualquier disfunción hepática emergente.
Este estudio representa un avance en la caracterización de riesgos de medicamentos mediante datos del mundo real, proporcionando una herramienta potencial para mejorar la toma de decisiones clínicas y educar a los pacientes sobre los verdaderos riesgos asociados con las terapias farmacológicas.
Liderado por Jessie Torgersen, MD, MHS, MSCE, de la Universidad de Pensilvania, el estudio se publicó en JAMA Internal Medicine. Se reconocen limitaciones, incluyendo el sesgo de vigilancia debido a la dependencia de pruebas de laboratorio, la exclusión de ciertos grupos de pacientes y la falta de evaluación de la dosis en la causalidad de los efectos adversos.
Aún así, los investigadores sugieren que la aplicación más amplia de análisis de datos del mundo real podría revolucionar la manera en que se evalúa y comunica el riesgo de efectos adversos asociados con medicamentos, no solo en el hígado, sino también en otros órganos vitales.
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