Se manifiesta inicialmente como la aparición de una mancha o mácula, que se distingue por la falta de pigmento. Estas manchas pueden comenzar siendo pequeñas, de solo unos pocos milímetros, y con el tiempo, llegar a cubrir áreas más grandes de la piel.
El vitiligo es una condición dermatológica que se caracteriza por la pérdida de pigmento en la piel, resultando en manchas decoloradas que tienden a expandirse con el tiempo.
De hecho, se trata de una condición que no es relativamente común, pues afecta entre el 0,5% y el 1,0% de la población mundial, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). Sin embargo, debido a que algunos casos no se reportan, algunos investigadores sugieren que la prevalencia real podría ser de hasta el 1,5% de la población.
El proceso subyacente en el vitíligo implica la destrucción o disfunción de las células responsables de producir melanina, que es el pigmento que da color a la piel, cabello y ojos.
Es importante señalar que esta afección no es peligrosa ni contagiosa, pero puede tener un impacto psicológico significativo, generando inseguridad o estrés en quienes la padecen.
El Dr. Daniel Dorado, especialista en dermatología y miembro de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica, explica que esta condición "es un trastorno adquirido de la pigmentación crónico (no tiene cura), caracterizado por la presencia de manchas blancas, que tienden a ser simétricas y pueden aumentar en cantidad, tamaño y localización".
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Aunque la causa exacta se desconoce, existen varias teorías científicas y médicas que buscan explicar su origen:
1. Teoría genética: Existe una fuerte asociación familiar en el desarrollo del vitíligo. "Una persona con un familiar que tiene vitíligo tiene una probabilidad de siete a diez veces más de desarrollar la enfermedad en comparación con la población general", explica el especialista.
2. Teoría autoinmune: En esta enfermedad, el sistema inmunológico ataca los melanocitos, células encargadas de producir el pigmento en la piel.
3. Teoría neurogénica: Se ha observado un aumento en la síntesis de neuropéptidos como la epinefrina, "cuando esta va a la piel, lo que hace es producir un daño citotóxico a nivel de los melanocitos y al dañarlos obviamente pues no habrían estas células que nos producen la melanina como tal", explica.
4. Teoría bioquímica: "Esta explica más acerca de anormalidades bioquímicas en los pacientes", dice. En algunas personas, la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal genera radicales libres que causan la muerte de los melanocitos.
5. Teoría melanocitorrágica: El trauma repetitivo sobre la piel puede causar el desprendimiento de melanocitos, afectando la pigmentación.
El vitíligo se manifiesta "como la aparición de una mancha o mácula, la cual se caracteriza por tener ausencia del pigmento. Este tipo de mancha, puede aparecer midiendo tan solo milímetros y llegar a abarcar grandes superficies cutáneas".
En cuanto a la sintomatología, las manchas características del vitíligo generalmente no presentan ningún otro síntoma asociado, como dolor, ardor o sensaciones que puedan generar alarma.
Sin embargo, el experto señala que, según algunos informes en la literatura médica, "algunos pacientes mencionaron que sobre las manchas puede haber presencia de picazón o prurito".
Este es un síntoma altamente subjetivo, lo que significa que puede variar de una persona a otra. El doctor explica que en algunos casos, "la persona puede no sentir el prurito, pero al verse la mancha en su piel, entonces puede asociarla con la sensación de picor".
Este fenómeno puede llevar a que la persona se rasque la zona afectada, aunque en realidad no exista una causa física directa para ese prurito. Para este punto, es importante señalar que este síntoma no está ampliamente documentado en la literatura médica, lo que sugiere que no es una manifestación común ni necesariamente relacionada con la condición en sí, sino más bien una respuesta subjetiva del paciente.
Lo que sí es cierto, y en palabras del dermatólogo, es que "los síntomas de la enfermedad tienen una distribución característica. Frecuentemente en la cara,axilas, la ingle, en las areolas, en la parte genital o también puede manifestarse de forma asimétrica a nivel de las extremidades como son en los nudillos de las manos, en los codos o en las rodillas".
Aunque no se consideran factores de riesgo directos, algunas condiciones están asociadas al desarrollo de vitíligo.
"Tiene un fuerte peso la teoría de la inmunología. Se ha visto asociado que pacientes que sufren de enfermedades de la tiroides, diabetes o inclusive pacientes con anemia perniciosa pueden presentar este tipo de enfermedad", menciona, a la vez que aclara que, si bien pueden tener un vínculo, "no son una causa directa".
El estrés, quemaduras cutáneas y el uso de ciertos medicamentos, como betabloqueadores (medicamento usado en el tratamiento de los trastornos del ritmo cardíaco), también pueden actuar como detonantes.
Esta condición es un trastorno crónico que requiere un manejo integral. "El tratamiento tópico debe ser formulado por un dermatólogo, especialmente en pacientes con pocas lesiones", enfatiza el Dr. Dorado. Las opciones incluyen:
1. Corticoides tópicos, sistémicos o intralesionales: Usados en lesiones pequeñas y localizadas.
2. Inmunomoduladores y antioxidantes: Tratamientos recientes con buena respuesta clínica.
3. Análogos de la vitamina E y la melanotropina: Terapias para estimular la pigmentación.
4. Vitamina D tópica: puede desempeñar un papel coadyuvante en la repigmentación de las lesiones vitiliginosas.
El enfoque del tratamiento depende de la edad, la localización de las lesiones, el porcentaje de superficie corporal afectada y la progresión de la enfermedad. En casos avanzados, donde más del 50% de la piel está despigmentada, puede considerarse la despigmentación completa para mejorar la calidad de vida del paciente.
Finalmente, el seguimiento continuo con un dermatólogo es esencial. "El vitíligo puede tener periodos de estabilidad y activación, por lo que es importante reducir los factores desencadenantes y ajustar el tratamiento según la evolución clínica", concluye el Dr. Dorado.