Aunque es evidente que los altos niveles de estrés pueden influir en la calidad del cuidado que recibe el paciente, también es importante reconocer que esta situación impacta de manera significativa en la salud y bienestar del propio cuidador.
En el contexto del cuidado de personas con enfermedades crónicas, como lo es la dermatitis atópica, los cuidadores tienen un rol sumamente importante, pero a menudo se enfrentan a altos niveles de estrés y agotamiento.
Esta condición crónica, afecta más allá de la piel. Además de la persona diagnosticada, los cuidadores también se ven afectados por la enfermedad, enfrentando retos emocionales y físicos a medida que acompañan a sus seres queridos en el proceso de diagnóstico y tratamiento.
En la jornada de educación y concienciación "Dermatitis Atópica: Reconociendo la voz de una enfermedad silente", celebrada en San Patricio Plaza, en Guaynabo, varios especialistas se reunieron para recordar lo importante de un enfoque multidisciplinario en el manejo de esta condición.
Durante el evento, se abordó un tema clave: el impacto que la dermatitis atópica tiene no solo en los pacientes, sino también en los cuidadores. Para abordar este tema, desde la Revista MSP conversamos con la Dra. Barbara Barros, psicóloga clínica.
Según la Dra. Barros, "el bienestar emocional del cuidador es esencial para la calidad del cuidado que pueden ofrecer". Pues, afirma que el estado emocional del cuidador influye directamente en la calidad del cuidado que brinda.
“Es bien importante reconocer esa carga emocional que tienen los cuidadores. Esto puede provocar agotamiento físico y emocional, y va a tener un impacto en el cuidado que se tenga con nuestros pacientes”, dice. “Muchas veces escucho de los cuidadores, es que ya no tengo tiempo ni para llorar, ni para sentirme mal, ni para coger un break, porque es que yo tengo que hacerlo todo por la persona”.
El estrés que experimentan los cuidadores, especialmente en el caso de los padres de niños con condiciones crónicas, es un factor que no solo les afecta a ellos, sino también a los pacientes.
Si bien es cierto que altos niveles de estrés pueden afectar los cuidados del paciente, también es importante recalcar que esta situación impacta directamente la salud del cuidador. Este estrés prolongado puede manifestarse de diversas maneras, como ansiedad, fatiga crónica, problemas de salud física, e incluso depresión.
Para este punto, también resulta conveniente concientizar y educar a los cuidadores para que reconozcan las señales de estrés crónico y busquen ayuda profesional si es necesario, antes de que estos problemas de salud se conviertan en algo más grave.
Al mismo tiempo, es importante reforzar la idea de que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino una medida de autocuidado esencial que les permitirá continuar brindando un apoyo óptimo a sus seres queridos.
Los síntomas del estrés crónico son variados y pueden manifestarse de múltiples maneras, entre ellas la ansiedad constante, la fatiga extrema, y problemas de salud física como dolores de cabeza, tensión muscular, alteraciones en el sueño e incluso debilitamiento del sistema inmunológico.
Para contrarrestar estas consecuencias, la experta nos recuerda que el autocuidado no debe verse como un lujo, sino como una necesidad para poder cuidar bien a otros. De hecho, menciona que “cuando dices que no tienes tiempo para el autocuidado, puede ser que las expectativas que tú tengas de lo que es autocuidado no vayan a acorde con tu realidad, con tu rutina”.
“El autocuidado debe hacer parte de nuestra rutina, en actividades pequeñas”, reafirma. Además es importante también para los cuidadores “tener un buen manejo del estrés y de las emociones”.
Practicar el autocuidado implica que el cuidador se tome el tiempo para descansar, buscar apoyo emocional, y realizar actividades que favorezcan su gestión de emociones para salvaguardar su salud física y mental.
Finalmente, la psicóloga concluye con un recordatorio importante: “no olvides que establecerte la meta de realizar un pequeño cambio a favor del autocuidado y bienestar es algo necesario”. El cuidado personal es primordial para que puedan continuar brindando la atención de calidad que los pacientes con enfermedades crónicas, como la dermatitis atópica, necesitan.