Los ataques o derrames cerebrales ocupan el tercer lugar entre las principales causas de muerte en los Estados Unidos y son una de las principales causas de invalidez grave y prolongada en los adultos.
Los ataques o derrames cerebrales ocupan el tercer lugar entre las principales causas de muerte en los Estados Unidos y son una de las principales causas de invalidez grave y prolongada en los adultos.
Cada año se registran aproximadamente 795.000 casos de estos ataques en los Estados Unidos. Afortunadamente existen tratamientos que pueden reducir en gran medida el daño causado; sin embargo, es importante identificar los síntomas e ir rápidamente al hospital, según lo publicado en BBC.
Si usted puede llegar al hospital durante los primeros 60 minutos, es posible prevenir la invalidez.
¿Qué es un ataque o derrame cerebral?
Un ataque cerebral o derrame cerebral, clínicamente llamado accidente cerebrovascular, ocurre cuando se altera el flujo de sangre hacia el cerebro.
Cuando se presenta un ataque cerebral, un área del cerebro empieza a morir porque deja de recibir el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar.
Hay dos clases principales de accidentes cerebrovasculares. El primero, llamado accidente cerebrovascular isquémico, es causado por un coágulo que bloquea u obstruye un vaso sanguíneo en el cerebro. Aproximadamente el 80% de todos los accidentes cerebrovasculares son isquémicos.
El segundo, llamado accidente cerebrovascular hemorrágico o derrame cerebral es causado por la ruptura y sangrado de un vaso sanguíneo en el cerebro. Aproximadamente el 20% de todos los accidentes cerebrovasculares son hemorrágicos.
Conozca las señales
Usted puede no darse cuenta que está sufriendo un ataque cerebral porque éste afecta el cerebro. Sin embargo, para personas circundantes, alguien que esté sufriendo un ataque cerebral puede parecerle simplemente distraído o confundido, pues los síntomas se presentan repentinamente. Las víctimas de estos ataques pueden quedar menos afectadas si alguien a su alrededor reconoce los síntomas y actúa rápidamente.
Llame al 911 si usted o alguien de su alrededor está presentando cualquiera de estos síntomas:
Súbito adormecimiento o debilidad en la cara, el brazo o la pierna (especialmente en un lado del cuerpo)
Súbita confusión, dificultad para hablar o entender
Súbita dificultad para ver con uno o con los dos ojos
Súbita dificultad para caminar, mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación
Súbito dolor de cabeza severo, sin causa conocida
Adicionalmente, en la mujer se presentan estos síntomas:
Empeoramiento de vista. La pérdida repentina de vista provocada por un derrame puede afectar a uno o ambos ojos. También es probable que aparezcan las manchas ciegas, provocadas por la afectación del lóbulo occipital del cerebro.
Dolor de cabeza repentino. El dolor de cabeza llega de repente y tiene un carácter muy marcado. A menudo va a compañado de náuseas fuertes y vómitos.
Dolor repentino y fuerte en el pecho. Este síndrome puede acompañar también el paro cardíaco, pero en combinación con hipo a menudo es una señal de derrame cerebral.
Coordinación de movimientos interrumpida. La pérdida de la coordinación y orientación en el espacio indica que las áreas del cerebro responsables del movimiento están dañadas.
Cansancio repentino. Una persona activa puede cambiar su conducta drásticamente, sentirse somnolienta y no querer hacer nada. Además, las mujeres muchas veces presentan señales de depresión.
Pérdida de conocimiento. Los síntomas de que una persona está a punto de desmayarse son enrojecimiento repentino del rostro, falta de aliento y ritmo cardíaco acelerado.
Dolor en la mitad del rostro. Otro síntoma "femenino" de un derrame es el dolor repentino que surge en solo un lado de la cara o del cuerpo o en una sola extremidad (un brazo, una pierna).
El material de MSP y del NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal. Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo haya examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente.