Los aneurismas de la aorta suelen ser un gran desafío médico debido a su naturaleza silenciosa en etapas tempranas y su potencial para causar complicaciones graves, como rupturas o disecciones.
En un reciente espacio de "Expertos en Salud", dedicado a la salud cardiovascular y conducido por el Dr. Oscar Soto, se abordó un tema de gran relevancia médica: los aneurismas de la aorta.
Participaron como expertos invitados el Dr. Ángel García, cardiólogo del Hospital Universitario San Ignacio, y el Dr. Giovanni Ríos, cirujano cardiovascular del mismo centro hospitalario.
Durante el programa, se discutieron aspectos clave sobre esta condición, su diagnóstico, tratamiento y los avances médicos que han permitido salvar vidas.
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Un aneurisma es una dilatación anormal de la pared de un vaso sanguíneo que puede aumentar de tamaño con el tiempo y volverse más débil.
El Dr. García explicó: "Hablamos de una lesión de una parte de la vasculatura que genera una dilatación anormal, esto implica un aumento del tamaño y una debilidad de esa pared. Aquí podemos tener un riesgo de que se rompa... Se puede desgastar y se puede romper, o puede tener complicaciones como la formación de trombos o disecciones, que es que se separan las capas como tal de los vasos sanguíneos".
Aunque no es común en edades tempranas, su incidencia aumenta con la edad debido a factores mecánicos, genéticos y enfermedades como la aterosclerosis.
Sin embargo, para este punto aclaró qué "Son muy frecuentes en edades adultas. ¿Por qué se producen los aneurismas? Hay alteraciones mecánicas, alteraciones desde el punto de vista del tejido, genéticas, o alteraciones por daño de enfermedad aterosclerótica con los factores de riesgo que mencionamos inicialmente".
En cuanto a los síntomas, en sus etapas iniciales pueden ser asintomáticos, pero con el tiempo pueden provocar dolor en el pecho. "Usualmente, al principio no hay muchos síntomas, a excepción de unas formas agudas, que son unos síntomas demasiado floridos, pero ese crecimiento progresivo va a llevar en algún momento a que haya síntomas, y el dolor de pecho es el principal síntoma de los aneurismas".
Ya que en un principio puede pasar desapercibido por falta de manifestación, los especialistas recomendaron asistir a consultas periódicamente, pero, sobre todo, informar a su médico si en algún momento presenta dolores en el pecho.
Para su diagnóstico, el cardiólogo mencionó que: "implica una evaluación profunda para conocer la localización, el tamaño y el impacto que tiene el aneurisma en la zona, región u órgano al que se dirige". Añadió que "desde el punto de vista cardiovascular, lo que más se ve, son los aneurismas de aorta...Pero también se pueden ver en la circulación cerebral, en las piernas, y los vasos ilíacos".
De hecho, según los expertos, es muy común que los pacientes se realicen las pruebas por alguna otra condición de salud y evidencien el aneurisma en esos exámenes de forma incidental. El experto menciona que "a veces empieza por síntomas de la válvula y cuando se hace el estudio se encuentra el aneurisma".
El tratamiento varía según la ubicación y el tamaño del aneurisma. Por ejemplo, el Dr. Ríos explica que: "Si son en la aorta ascendente o en el arco aórtico, lo aceptado hoy en día es cirugía abierta por la zona tan delicada donde se compromete. Hay varios tipos de injertos, generalmente son sintéticos de Dacron".
Este tipo de cirugía es compleja y requiere el uso de máquinas de circulación extracorpórea, ya que se realiza a corazón abierto.
Por otro lado, "para aneurismas de la aorta descendente o aneurismas abdominales, la tendencia es hacer los manejos por vía endovascular, haciendo prótesis". Esta técnica, mínimamente invasiva, consiste en introducir la prótesis a través de la arteria femoral, lo que permite una recuperación más rápida y menos riesgos en comparación con la cirugía abierta.
Existen criterios específicos para decidir cuándo intervenir quirúrgicamente. Uno de los principales factores es el tamaño del aneurisma, ya que a partir de un diámetro determinado el riesgo de ruptura se incrementa significativamente.
Sin embargo, estos criterios pueden ajustarse según las características individuales de cada paciente, como la estatura o la presencia de enfermedades del tejido conectivo.
Según el cirujano cardiovascular, "nuestro punto de referencia por literatura son 5.5 centímetros. Sin embargo, eso está hecho para estudios de antropometría anglosajona donde las personas son más altas. Entonces, en nuestro medio nos hemos bajado a 5 centímetros y ese es nuestro punto de referencia. Cuando mide más de 5 centímetros operamos, cuando mide menos de 5 optamos por seguimiento".
El seguimiento es fundamental en el manejo de esta condición, ya que los aneurismas pueden permanecer estables por largos períodos antes de presentar síntomas o complicaciones.
Un monitoreo riguroso permite tomar decisiones a tiempo y evitar desenlaces fatales. Además, el control de factores como la presión arterial y la función cardíaca es clave para reducir los riesgos asociados.
"Entonces en ese seguimiento es muy importante mantener controlada la función cardíaca, la presión arterial, todo lo que está alrededor y ese seguimiento es guiado por un grupo interdisciplinario", concluyó el Dr. Ríos.