Actualmente hay más de 50 millones de personas diagnosticadas con artritis en los Estados Unidos y la más común es la osteoartritis.
Cuando los síntomas de la artritis no se controlan, provoca la destrucción de las articulaciones.
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Dentro de este diagnóstico encontramos más de 50 tipos diferentes de afecciones en las articulaciones. Actualmente hay más de 50 millones de personas diagnosticadas con artritis en los Estados Unidos y la más común es la osteoartritis. En esta ocasión vamos a hablar sobre la diabetes y uno de los diferentes tipos de artritis; la Artritis Reumatoide (AR).
Como ya hemos mencionado en otras condiciones, es una enfermedad en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a la sinovia, que es la membrana delgada, que recubre a las articulaciones, causando dolor, hinchazón, inflamación, enrojecimiento y calor. Cuando los síntomas no se controlan, provoca la destrucción de la articulación. Existen aproximadamente 1.3 millones de personas en los Estados Unidos con artritis reumatoide.
La diabetes, que afecta alrededor de 25.8 millones de personas en Los Estados Unidos, es una enfermedad que afecta la función de la insulina o la cantidad de ésta que se produce en el cuerpo. La insulina permite que la glucosa (azúcares) de los alimentos que el cuerpo consume, pueda convertirse en energía. Sin la insulina, la glucosa se acumula en la sangre, aumentando su nivel. Las células se quedan sin energía y usted se siente cansado. Al no ser controlados, los niveles altos de glucosa pueden dañar los nervios y los vasos sanguíneos grandes y pequeños, lo cual puede resultar en problemas adicionales como ataques cardíacos, embolias, enfermedad renal y daños a la vista.
Hay dos tipos principales de diabetes: tipo 1 y 2. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce suficiente insulina. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce suficiente insulina o no responde eficientemente a la insulina que secreta, en un proceso llamado resistencia a la insulina. Esto dificulta que la insulina entre en las células y les suministre energía. En ambos tipos de diabetes, los niveles de glucosa empiezan a subir en la sangre y dañan las células del cuerpo.
La artritis y la diabetes no están relacionadas directamente, pero las enfermedades a menudo coexisten. De hecho, informes recientes del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) muestran que más de la mitad (52%) de las personas con diabetes, también tienen algún tipo de artritis. Las dos enfermedades tienen varios aspectos en común, dependiendo de los diferentes tipos de artritis y diabetes.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, como lo es la artritis reumatoide (AR). En las personas con diabetes tipo 1, el sistema inmunológico del cuerpo ataca al páncreas, órgano en el que se produce la insulina, de modo muy similar como la AR ataca a la membrana sinovial de las articulaciones.
Los niveles de los indicadores de inflamación tales como la proteína C reactiva (PCR) o la interleucina 1 (IL-1), que con frecuencia se encuentran elevados en personas con AR, también están elevados en aquellas con diabetes tipo 1. Un estudio en individuos que tenían diabetes tipo 1 por más de cinco años, reveló un incremento en el factor de necrosis tumoral alfa (FNT-a), otro indicador de inflamación regularmente alto en personas con tipos inflamatorios de artritis.
Las investigaciones también muestran conexiones genéticas entre la AR y la diabetes tipo 1. En los últimos años, los científicos han identificado un gen que se correlaciona fuertemente con la incidencia de la diabetes tipo 1, así como con la AR, la artritis idiopática juvenil y otras enfermedades autoinmunes.
Algunos medicamentos utilizados para AR pueden causar un descontrol de la diabetes. Tenemos que estar pendientes a los niveles de azúcar, particularmente si el paciente está utilizando corticoesteroides.
Los pacientes con artritis reumatoide también están más inactivos y esto empeora sus niveles de azúcar. Hay estudios que establecen que el uso de medicamentos antimalariales como la hydoxychloroquina, reducen los riesgos de diabetes en pacientes con AR. Pero no todos los pacientes son adecuados para este medicamento.
En resumen, ambas condiciones son autoinmunes y pueden interactuar y causar más morbilidad al paciente, así que ninguna de las dos debe ser descuidada y ambas condiciones deben ser evaluadas y monitoreadas de manera constante para así evitar futuras complicaciones.