La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica un informe actualizado sobre la pandemia de COVID-19, destacando la evolución del virus, la caída en la gravedad de los casos y la importancia de la vacunación anual para evitar un resurgimiento.
La (OMS) ha actualizado las cifras globales de la pandemia de COVID-19, revelando que hasta el 10 de noviembre de 2024, se han confirmado más de 776 millones de casos en 234 países.
El informe también señala que el saldo de muertes asociadas al virus supera los 7 millones. Este análisis exhaustivo resalta la magnitud histórica de la crisis sanitaria y el impacto global que tuvo desde sus inicios en diciembre de 2019.
El informe de la OMS destaca que los avances en la vacunación y las medidas de prevención, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, han sido claves para reducir la gravedad y letalidad del COVID-19.
A pesar de los desafíos iniciales durante los primeros años de la pandemia (2020-2022), la inmunización ha permitido una disminución significativa de los casos graves y las muertes.
Según los datos más recientes, entre el 14 de octubre y el 10 de noviembre de 2024, los nuevos contagios globales fueron 200,000, con 27 muertes reportadas. Si bien la cifra refleja una caída del 39% en comparación con los 28 días previos, la OMS advierte que esta disminución podría estar influenciada por la reducción de pruebas y reportes en muchos países.
Uno de los puntos críticos del informe es la desigualdad en la distribución de las vacunas. A finales de 2023, el 67% de la población mundial había completado la serie primaria de vacunación, y el 32% recibió al menos una dosis de refuerzo.
Sin embargo, los países de bajos ingresos enfrentan grandes obstáculos para acceder a las dosis de refuerzo. Solo el 5% de las personas en estos países recibió esta dosis adicional.
En 2024, la OMS adoptó un nuevo enfoque en la evaluación de la vacunación, enfocándose en la cobertura anual, lo que considera esencial para mantener el control de la pandemia y evitar resurgimientos.
A pesar de los avances en el manejo de la pandemia, la OMS señala que el COVID prolongado continúa siendo un problema significativo. Se estima que el 6% de los pacientes sintomáticos desarrollan esta condición, que afecta principalmente a personas que tuvieron infecciones leves. El informe resalta que la vacunación parece reducir el riesgo de desarrollar COVID persistente, pero subraya la necesidad de estrategias de atención a largo plazo.
La OMS hace un llamado a la comunidad internacional a no bajar la guardia y a continuar con la vigilancia activa frente al COVID-19. Con la disminución de las pruebas y el diagnóstico, la información sobre el alcance real de la enfermedad se vuelve más incierta.
A pesar de la menor tasa de hospitalizaciones, los grupos vulnerables, como los mayores de 60 años o los no vacunados, siguen corriendo un mayor riesgo de sufrir cuadros graves de la enfermedad.
Para los expertos, es crucial fortalecer los sistemas de salud y mantener un enfoque proactivo en la vacunación anual para reducir la probabilidad de nuevos brotes y garantizar la protección de las poblaciones más vulnerables.
Fuente consultada aquí