Mientras el mundo entero enfrenta la pandemia del COVID-19, las Américas luchan contra una epidemia de dengue con más de tres millones de casos
César Fuquen Leal
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Mientras el mundo entero enfrenta la pandemia del COVID-19, las Américas luchan contra una epidemia de dengue con más de tres millones de casos que aqueja principalmente a países de la región sur de este continente. Las cifras de esta enfermedad son bastante altas y enfrentar una pandemia del nuevo coronavirus de la mano de una epidemia de dengue se ha convertido en un reto para los sistemas de salud de las diferentes naciones de la región.
La Revista Medicina y Salud Pública (MSP) habló con la Dra. Zoe Rodríguez, infectóloga pediátrica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico quien hizo una radiografía sobre el dengue en el continente americano y elevó las alertas para que la población general tome las medidas de precaución con esta patología.
“El año pasado (2019) las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud revelaron que para América Latina hubo tres millones ciento treinta y nueve mil y un poquito más de casos confirmados de dengue en América Latina. Eso incluye desde México hasta Chile. A lo que vamos de este año ya hemos sobrepasado el número de más de un millón 600 mil casos. Así que probablemente, si las cosas siguen como van, para finales del 2020 puede ser que superemos las estadísticas del 2019 y las estadísticas del 2019 es el número mayor de casos desde que se llevan las estadísticas en las Américas. Es muy preocupante que después de un pequeño periodo, durante el tiempo que tuvimos chikungunya y zika, que hubo menos casos de dengue, los casos de dengue se han disparado dramáticamente”, advirtió la infectóloga Rodríguez.
La mayoría de sistemas de salud de América Latina presentan inconsistencias en su logística, aún más, cuando las salas de emergencia han aumentado significativamente el número de pacientes que atienden a diario a causa del nuevo coronavirus. ¿Cómo enfrentar una pandemia y una epidemia simultáneamente? La Dra. Zoe explicó:
“Los departamentos de salud, las clínicas, aquellos que están batallando todos los días con dos condiciones, primero es educar al personal clínico, personal de enfermería, el personal médico y los paramédicos de que estas dos condiciones -COVID-19 y dengue- epidemiológicamente están ocurriendo. Tratar de afianzar cuáles son las pequeñas diferencias que hay entre una infección y la otra. Por ejemplo, el dengue usualmente dura un periodo de tres a siete días máximo, ese es el período febril del paciente. Los pacientes con COVID-19 pueden presentar una coagulopatía, pero las lesiones que presentan en piel no son tan pequeñas como sucede con el dengue, sino tienen unas lesiones más como púrpura que revelan como si hubiese ocurrido una trombosis o un sangrado significativo”.
Diferenciar ambas condiciones es indispensable para desarrollar efectivos protocolos y suministrar el tratamiento adecuado para no empeorar las patologías. Según la infectóloga Rodríguez, los cuadros respiratorios en ambas condiciones son indicios clave para saber si es dengue o el virus causado por el Sars-CoV-2.
Uno de los retos que tienen los profesionales de la salud que prescriben tratamientos para los pacientes que llegan con síntomas a las salas de emergencia es diferenciar correctamente el COVID-19 y el dengue debido a que estos virus podrían debutar con síntomas parecidos.
“Es un problema a nivel de poder establecer el diagnóstico porque muchos de los síntomas son muy parecidos: fiebre, dolor de cabeza, malestar general. Puede haber muchos pacientes que tengan dengue y que el que los está atendiendo piense que es un caso más de COVID-19 y no logra identificar a tiempo que esto es un caso de dengue. Lo más importante con el dengue es que es una enfermedad que se puede prevenir en la mayoría de los casos la mortalidad”, ahondó la especialista.
Muchas personas no lo saben, pero existen cuatro diferentes subtipos de dengue que podrían manifestarse con mayor intensidad en los pacientes. Según la doctora Rodríguez, lo que ocasiona las principales complicaciones del dengue es la respuesta inmunológica de la persona dependiendo las veces que haya padecido la enfermedad.
“Muchas personas no están conscientes que hay cuatro tipos diferentes de virus de dengue y que el tener inmunidad para uno, no nos va a proteger contra otro. Al contrario, esa inmunidad es la segunda ocasión. Lo que hace es que monto una respuesta inmunológica más robusta, pero esa respuesta robusta, como está sucediendo con el COVID también, y como estamos viendo con muchas enfermedades infecciosas, que no solamente el microorganismo es el culpable de las complicaciones, sino que desafortunadamente nuestro propio sistema inmunológico desata la producción de unos químicos que llamamos citoquinas, que promueven una respuesta inflamatoria exagerada. Y esa respuesta inflamatoria hace que nos compliquemos”, explicó la infectóloga.
Lamentablemente, hasta el momento no existe una cura para esta enfermedad transmitida por el vector Aedes aegypti -nombre científico del dengue-. Sin embargo, se ha desarrollado una vacuna que podría ser efectiva en uno de los cuatro tipos de dengue; pero debe ser administrada con estrictos protocolos ya que podría desencadenar ciertas anomalías.
Según la Dra. Zoé, esta inmunización es cuadrivalente, eso quiere decir que incluye los cuatro serotipos de dengue. Fue aprobada por la FDA y actualmente todavía no se está utilizando.
“Esa vacuna tiene cierta particularidad. Resultó que era demasiado buena en términos de simular lo que es una infección real con dengue. De esa manera, si una persona no ha tenido dengue anteriormente, la vacuna clínicamente en algunos actúa como si fuera una infección inicial. No vas a tener problemas, no te vas a complicar, no vas a terminar hospitalizado, nada de eso va a suceder. El problema sería cuando la persona se exponga nuevamente y se infecte nuevamente con dengue. Vas a desarrollar una respuesta inmunológica bien robusta y esa respuesta inmunológica robusta es la que nos lleva muchas veces a experimentar las complicaciones. Por lo tanto, la vacuna no está indicada para personas que nunca hayan tenido dengue. Sí está indicada para personas que han tenido un episodio previo de dengue y se estableció un rango de edades que está aprobada para uso entre los nueve y los 45 años de edad y escogieron nueve años de edad, porque en nuestro países la gran mayoría de los niños han tenido dengue”, advirtió enfáticamente la galena.
La infectóloga Rodríguez explicó que la mejor manera de evitar la enfermedad es eliminando el vector debido a que el Aedes albopictus también puede transmitir el virus debido a que el mosquito que le encanta convivir con los seres humanos.
“El mosquito utiliza agua, los últimos brotes que hubo también cuando el zika y el chikungunya empezamos a darnos cuenta que este mosquito no solamente utiliza aguas limpias, está comenzando a utilizar aguas que no se consideran ya tan limpias. El hecho de que en algunas áreas también estemos experimentando sequía contribuye porque las personas tienden entonces a recoger agua de lluvia y guardar agua. Es importante que si usted va a recoger agua, tiene que ser un envase que esté cubierto para que el mosquito entonces no pueda accesarlo. Si usted tiene una residencia donde utiliza el sistema de pozos, estos pozos deben estar cubiertos también”, exhortó la infectóloga pediátrica Zoé Rodríguez en diálogo con MSP.