Estudio confirma la eficacia de Guselkumab en pacientes con artritis psoriásica

Se confirmó la tolerabilidad de Guselkumab en pacientes con artritis psoriásica expuestos antes a inhibidores del factor de necrosis tumoral.

Sergio Nicolás Ortiz Cortés Sergio Nicolás Ortiz Cortés
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Estudio confirma la eficacia de Guselkumab en pacientes con artritis psoriásica

Guselkumab es una opción de tratamiento tolerable y eficaz para la artritis psoriásica en pacientes que antes no han respondido bien a los inhibidores del factor de necrosis tumoral, según un nuevo estudio publicado publicado en Annals of the Rheumatic Diseases.

Aunque el perfil positivo de riesgo-beneficio de guselkumab observado hasta la semana 24 se mantuvo durante un año, la evidencia en el mundo real aportará más información sobre el mantenimiento de guselkumab a largo plazo en pacientes con respuesta inadecuada al inhibidor del factor de necrosis tumoral", afirmaron la Dra. Laura C. Coates, de la University of Oxford, en Oxford, Reino Unido, y sus coautores.

Estudios previos indicaron que el anticuerpo monoclonal anti-interleucina-23p19 mejoró los resultados en pacientes con artritis psoriásica, incluso después de un año, pero persistió alguna incertidumbre en relación con el nivel sorprendentemente similar de eficacia en pacientes no tratados antes con biofármacos y tratados con inhibidores del factor de necrosis tumoral.

Guselkumab está aprobado para el tratamiento de adultos con psoriasis en placas moderada o grave que son elegibles para tratamiento sistémico o fototerapia y adultos con artritis psoriásica activa.

"En estudios previos que cimentaron guselkumab como opción de tratamiento para la artritis psoriásica, lo extraño fue que los resultados fueron bastante equivalentes", declaró el Dr. Eric M. Ruderman, profesor de medicina y jefe asociado de asuntos clínicos del Departamento de Reumatología de la Northwestern University, en Chicago, Estados Unidos.

"En realidad no teníamos idea de lo bien que funcionaba en los pacientes en quienes habían fracasado otros biofármacos, que es en los que cabría esperar que se utilizara un fármaco con un nuevo mecanismo cuando entra en una categoría de enfermedad específica".

"No es sorprendente que en este estudio la tasa de respuesta global fuera un poco menor que la de los otros dos ensayos", destacó el Dr. Ruderman, quien no intervino en el estudio. "En realidad no se puede comparar entre estudios, pero sí encaja con lo que cabría esperar: las personas en las que ha fracasado anteriormente un inhibidor del factor de necrosis tumoral podrían ser un poco menos propensas a responder a guselkumab, en comparación con alguien que no ha recibido un inhibidor del factor de necrosis tumoral".

Cuando se le preguntó sobre posibles estudios de seguimiento, el Dr. Ruderman señaló que "la pieza que falta en el rompecabezas es que todavía no tenemos forma de comparar esto con otros productos biológicos.

El siguiente paso sería indagar, en un ensayo único, qué ocurre si se trata a algunas personas con inhibidores del factor de necrosis tumoral y a otras con guselkumab.

Solo para tratar de darnos un contexto. ¿Es equivalente? ¿Es menos eficaz? ¿Más eficaz? ¿Dónde encaja? Sin esta información, los reumatólogos pueden tener dificultades para saber quién es la persona adecuada para este fármaco y con qué frecuencia debe utilizarlo".

Para evaluar la eficacia y la tolerabilidad de guselkumab en pacientes que habían tomado previamente inhibidores del factor de necrosis tumoral pero lo habían suspendido por ineficacia o intolerancia, los investigadores iniciaron un estudio aleatorizado y con doble enmascaramiento denominado COSMOS en 84 centros europeos desde marzo de 2019 hasta noviembre de 2020.

Los 285 pacientes del estudio, 52% de los cuales era de sexo femenino, con una media de edad global de 49 años, fueron asignados a dos grupos: guselkumab (n = 189) o placebo (n = 96). Un total de 88% de todos los pacientes había utilizado un inhibidor del factor de necrosis tumoral, 12% había utilizado dos.

El grupo asignado a guselkumab recibió inyecciones de 100 mg en la semana 0, la semana 4 y luego cada 8 semanas hasta la semana 44; el grupo asignado a placebo recibió inyecciones en las semanas 0, 4, 12 y 20, seguidas de 100 mg de guselkumab en las semanas 24, 28, 36 y 44.

Los pacientes con menos de 5% de mejora en relación con el inicio en los recuentos de articulaciones sensibles e inflamadas en la semana 16 cumplieron los criterios para el cambio temprano a "iniciar o aumentar la dosis de una medicación concomitante permitida hasta la dosis máxima permitida a discreción del médico". Al final 88% de los pacientes del grupo asignado a guselkumab y 83% del grupo asignado a placebo completaron el estudio.

A las 24 semanas más de 44% del grupo asignado a guselkumab logró una mejora de 20% o más en los criterios del American College of Rheumatology (ACR20), en comparación con un poco menos de 20% del grupo asignado a placebo, una diferencia de casi 25% (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 14,1% a 35,2%; p ajustada por multiplicidad < 0,001).

A las 48 semanas casi 58% del grupo asignado a guselkumab había alcanzado ACR20; de los 51 pacientes del grupo asignado a placebo que habían comenzado a tomar guselkumab en la semana 24, 55% alcanzaron ACR20 en la semana 48.

Hasta las 24 semanas, 80 pacientes del grupo asignado a guselkumab (42%) y 46 pacientes del grupo asignado a placebo (48%) presentaron efectos adversos; solo 3,7% y 3,1% mostraron efectos adversos graves, respectivamente.

Los efectos adversos más comunes en el grupo asignado a guselkumab en ese momento consistieron en nasofaringitis (5%) e infección de las vías respiratorias altas (4%), que ocurrieron con una frecuencia similar (5% y 3%) en el grupo asignado a placebo.

Los autores reconocieron las limitaciones de su estudio, que incluyen desequilibrios en las características iniciales, como sexo y peso, así como el hecho de que el estudio COSMOS se restringió a pacientes europeos y, por tanto, esto puede limitar la generalización.

Además, aunque la pandemia de COVID-19 puede haber incrementado las desviaciones importantes cerca del final del estudio, los autores señalan que "la mayoría se relacionaron con el momento de las consultas para el estudio y no repercutieron en la eficacia".


Fuente consultada aquí

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

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