La radiología intervencionista, un campo en constante evolución, ha transformado la forma en que se tratan diversas patologías, especialmente el cáncer.
La radiología intervencionista es una disciplina médica que utiliza técnicas de imagen (como la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética) para guiar procedimientos terapéuticos de forma mínimamente invasiva.
A través de pequeños incisiones o incluso de acceso percutáneo, los especialistas pueden tratar tumores, eliminar coágulos, aliviar obstrucciones, entre otros.
Por lo mismo, en una entrevista exclusiva de la revista Medicina y Salud Pública con el Dr. Ricardo López, radiólogo intervencional, aborda el rol crucial de la radiología intervencionista en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
"La oncología intervencional es como tal una subdivisión de la radiología intervencional enfocada en el tratamiento y diagnóstico de muchos tipos de cáncer. Nosotros estamos envueltos más o menos desde el principio antes de que se diagnostique un cáncer, en los que hacemos biopsias", comentó el Dr. López.
A medida que el diagnóstico se confirma, los radiólogos intervencionistas pueden intervenir en fases críticas del tratamiento, como la colocación de catéteres o la realización de procedimientos avanzados como la quimioembolización y la radioembolización.
Técnicas avanzadas para tumores hepáticos y renales
Entre las técnicas más innovadoras, se destacan la quimioembolización y la radioembolización, especialmente para el tratamiento de tumores hepáticos.
Según el Dr. López, "Lo que es la quimioembolización y la radioembolización son más que nada para tumores de hígado, lo que es el carcinoma hepatocelular o HCC, cuando está todavía localizado en el hígado".
La quimioembolización se realiza mediante un procedimiento mínimamente invasivo, en el cual se introduce un catéter a través de pequeñas arterias en el hígado y se inyectan partículas cargadas de radiación directamente al tumor, lo que permite atacar de forma selectiva las células cancerígenas sin dañar los tejidos sanos circundantes.
El Dr. López también abordó la técnica de la ablación de tumores, que se realiza sin la necesidad de un cateterismo.
"Lo que se hace es que el paciente va en un CT o en una sonografía, por ejemplo, y hacemos una aguja que va directo hacia el órgano, guiado por imagen". Dependiendo del tipo de ablación, se pueden emplear diversas técnicas como la microondas o la crioablación, que consisten en "quemar el tumor o congelarlo" para destruir las células cancerígenas sin afectar estructuras vitales circundantes.
La crioablación es un procedimiento para el que se usa un líquido extremadamente frío o un instrumento que se llama criosonda para congelar y destruir el tejido anormal. La criosonda se enfría con sustancias como el nitrógeno líquido, el óxido nitroso líquido o el gas argón comprimido, se utiliza para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer y algunas afecciones que a veces se convierten en cáncer.
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¿Cuáles son los beneficios de la radiología intervencionista?
Procedimientos mínimamente invasivos: Menos trauma, recuperación más rápida, y menor riesgo de infecciones. "son procedimientos cortos de 15, 20 minutos" según el especialista.
Alta precisión: Guiados por imágenes avanzadas (CT, MRI, sonografía), asegurando tratamientos específicos y localizados.
Menos complicaciones: Reducción de riesgos graves al evitar cirugías abiertas.
Ahorro en costos: Procedimientos ambulatorios que evitan hospitalizaciones y reducen los costos del sistema de salud.
Control del dolor: Técnicas para aliviar el dolor en pacientes con enfermedades avanzadas, mejorando su calidad de vida.
Accesibilidad: Permite tratar áreas complejas del cuerpo sin cirugía mayor.
Menos anestesia: Generalmente se realiza con sedación ligera, evitando anestesia general.
Aplicaciones amplias: Eficaz para tratar diversas condiciones, desde cáncer hasta enfermedades cardiovasculares y hepáticas.
Para los pacientes en etapas avanzadas de cáncer, la radiología intervencionista también juega un papel clave en la mejora de la calidad de vida. "
En las etapas avanzadas, podemos hacer muchas cosas para evitar que el cáncer progrese más. Por ejemplo, en el hígado, podemos hacer procedimientos paliativos como la quimioembolización", comentó el Dr. López.
De igual forma, los bloqueos de los ganglios abdominales, otro procedimiento intervencionista, son esenciales para controlar el dolor en pacientes con cáncer avanzado que ya no responden a tratamientos tradicionales.
Desafíos y escasez de profesionales en Puerto Rico
A pesar de los avances, el Dr. López nombró una importante limitación: la escasez de profesionales en Puerto Rico.
"En Puerto Rico no existe la subespecialidad de radiología intervencional. Somos 20 radiólogos intervencionistas para unos 3 millones de habitantes. Eso quiere decir que hay un radiólogo intervencionista por cada 150 mil personas", señaló.
Esta falta de personal especializado representa un desafío en el acceso a este tipo de tratamientos avanzados, que, según el Dr. López, es una preocupación constante para los profesionales de la salud en la isla.
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