Las niñas pasan por varias etapas durante su pubertad, por ello es importante que los padres puedan estar preparados y ayudarlas en el proceso.
Las doctortas Brittany Allen, pediatra general certificada en EE.UU. por la junta y proporciona atención especializada a jóvenes transgénero y no conformes con su género; y la Dra. Katy Miller pediatra certificada por la junta y actualmente se especializa en Medicina del Adolescente en la Universidad de Minnesota destacaron los síntomas que viven las jóvenes en su pubertad.
Las especialistas indicaron que la pubertad suele comenzar antes de lo que los padres creen, en especial en las niñas, y estos pueden ayudar a su hija a atravesar esta época aprendiendo acerca de estos cambios e iniciando más pronto las conversaciones sobre el tema.
Las especialistas ofrecieron un panorama general de los principales cambios físicos que las niñas atravesarán durante la pubertad:
Crecimiento de los senos
Las niñas suelen entrar en la pubertad entre los 8 y los 13 años de edad. El primer signo de pubertad en la mayoría de las niñas es el desarrollo de los botones mamarios, unos bultitos del tamaño de una moneda de 5 centavos de dólar debajo del pezón. No es raro que el crecimiento de los senos comience primero por un lado y luego por el otro. También es habitual que los botones mamarios estén un poco sensibles o adoloridos. El crecimiento desparejo de los senos y el dolor son cosas absolutamente normales y suele mejorar con el tiempo.
Vello corporal
Comenzará a crecer vello más grueso en la zona genital, en las axilas y en las piernas. En algunas niñas (alrededor del 15 %), el vello púbico puede ser el primer signo de pubertad, al aparecer antes de que comiencen a formarse los botones mamarios.
Algunos consejos sobre el rasurado
En la época en la que ingresan en la escuela secundaria, muchas niñas comienzan a mostrar interés en rasurarse (afeitarse) las piernas y las axilas. Esto es una decisión personal; no hay ningún motivo médico para rasurarse el vello de las axilas o las piernas. Antes de darles una rasuradora, muéstreles cómo usarla correctamente para evitar irritación y cortes en la piel que pueden infectarse. Algunos consejos:
Humedezca la piel y usar loción o gel. La piel seca puede rasparse e irritarse al rasurarla. Tal vez sea más fácil rasurarse en la ducha o en la tina, cuando la piel ya está húmeda. El gel, la loción o la crema para rasurarse actúan como barrera de la piel y pueden ayudar a evitar cortes.
Aplique presión suave. Si aplica demasiada presión sobre la rasuradora, podría levantar parte de la piel. Tenga especial cuidado alrededor de las rodillas y tobillos para evitar cortar la piel.
Cambie con frecuencia la rasuradora o sus cuchillas. Si usa una cuchilla sin filo es más probable que lastime, raspe e irrite la piel.
No comparta rasuradoras o cuchillas de afeitar. Al compartir una rasuradora podrían propagarse bacterias tales como estafilococo dorado y causar infecciones en la piel.
Rasuradoras eléctricas. Algunas rasuradoras eléctricas son específicamente diseñadas para las niñas. Es menos probable que corten la piel, aunque de todos modos pueden causar irritación.
Flujo vaginal
Algunas niñas tienen una secreción vaginal de leve a moderada de color transparente o blanco que comienza de 6 a 12 meses antes de su primer período menstrual. Esta es una respuesta normal al aumento de los niveles de estrógeno, una hormona del cuerpo.
Períodos menstruales
Si bien el comienzo pueden variar, la mayoría de las niñas tienen su primer período menstrual de 2 a 3 años después del desarrollo de los botones mamarios. En Estados Unidos, la edad promedio del primer periodo menstrual de las niñas es alrededor de los 12 años.
Es importante hacer énfasis en que los períodos menstruales son una parte normal del crecimiento. Las niñas deben saber que se puede hablar del período menstrual y hacer preguntas al respecto.
Algunas jóvenes podrían sentir ansiedad respecto a su primer período menstrual, ya que podría ocurrirles en forma inesperada. Como ayuda para aliviar esta preocupación, puede darle a su hija los elementos necesarios (toallitas higiénicas, tampones y protectores diarios) para guardar en su casillero o mochila y repasar los recursos con los que cuenta en la escuela, incluida la enfermera escolar.
Si bien algunas niñas tendrán sangre roja y brillante en su primer período menstrual, otras tal vez tengan solo una secreción escasa de color marrón rojizo; ambas cosas son normales.
Algunas mujeres tienen períodos menstruales una vez al mes, pero los mismos podrían ser irregulares durante los primeros años, mientras el cuerpo se adapta a los cambios fisiológicos rápidos.
Además, los ciclos menstruales normales pueden ser tan cortos como de 21 días o tan largos como de hasta 35 días, por lo que incluso las personas con ciclos regulares podrían no tener un período cada mes.
También es común sentir dolores (calambres) o dolores abdominales durante los períodos menstruales. Para la mayoría de las mujeres, el ibuprofeno o el naproxeno, según sean necesarios, son los mejores medicamentos para aliviar los calambres menstruales. Si los dolores menstruales fueran fuertes o hicieran que su hija falte a la escuela, hable con el pediatra sobre otras opciones.
Aumento de estatura
La mayoría de las niñas tienen su crecimiento rápido (estirón) a una edad menor que los varones. El ritmo de crecimiento más rápido en las niñas suele ocurrir entre el tiempo en que empiezan a desarrollarse los botones mamarios y unos 6 meses antes de su primer período menstrual.
Una vez que una niña tiene su primer período menstrual, su crecimiento ya ha empezado a ser más lento. La mayoría de las niñas crecerá de 1 a 2 pulgadas (2,5 a 5 cm) más después de su primer período menstrual, pero es poco común que crezcan más que eso.
Caderas más anchas
Se ensancharán las caderas de la niña y, probablemente, la cintura se afine.
Otros cambios comunes
Muchos jóvenes sufren de acné durante la pubertad. Esto puede estar relacionado con los cambios en los niveles hormonales durante esta época.
También son cambios normales la transpiración en las axilas y el aumento de olor corporal; es por esto que la mayoría de las niñas comienzan a usar desodorantes o antisudoral al inicio de la pubertad.
Como la piel produce más aceite y sudor, probablemente las niñas de esta edad quieran ducharse o lavarse el pelo más seguido.
A veces, las niñas comienzan la pubertad o muy pronto o muy tarde. Comuníquese con el pediatra si empieza a observar cambios puberales antes de que su hija tenga 8 años. Del mismo modo, comuníquese con el pediatra si no hubiera ningún cambio puberal en su hija a los 13 años.
Preguntas frecuentes de los padres sobre las niñas y los cambios del cuerpo
Este punto genera cierto debate. La respuesta simple a esta pregunta es: tal vez. Está claro que la edad de inicio de la pubertad ha bajado en los últimos 150 años, lo que probablemente esté relacionado con la mejor alimentación. Las tendencias de la pubertad durante los últimos 40 años no están tan claras. Algunos estudios sugieren que la pubertad está comenzando antes en Estados Unidos y Europa.
Es posible ver casos de pubertad precoz en niñas que nacieron muy pequeñas (llamadas pequeñas para su edad gestacional) y no entendemos muy bien por qué ocurre esto. La obesidad también es un factor de riesgo de pubertad precoz, en parte porque la grasa corporal tiene que ver con la forma en la que el cuerpo procesa las hormonas tales como el estrógeno.
En general, se necesita más información e investigación sobre este tema para poder entender bien estos patrones y los posibles motivos.
Sí. A medida que las jóvenes crecen, es normal que aumenten de peso. El aumento de los niveles de estrógeno en el cuerpo también puede hacer que la grasa se deposite en caderas y senos, y el porcentaje general de grasa corporal en las chicas aumenta a medida que atraviesan la pubertad. No obstante, el aumento de peso superior al esperado durante la pubertad podría ser preocupante. El pediatra estará atento a si el peso de su hija se pasa de las líneas de los percentiles en la gráfica de crecimiento o si el índice de masa corporal (IMC) supera el percentil 85. No obstante, el patrón general de aumento de peso es más importante que cualquier número en particular.
Al pensar sobre el estilo de vida saludable y el aumento de peso, recuerde que los hábitos como la actividad física y la alimentación saludable se establecen temprano y lo mismo ocurre con los malos hábitos alimentarios y el tiempo excesivo frente a las pantallas. Pida al pediatra ideas sobre cómo incorporar hábitos saludables en las rutinas diarias de su familia.
En general, la mayoría de las niñas tienen su primer período menstrual entre 2 años y 2 años y medio después del desarrollo de los botones mamarios. El desarrollo de los botones mamarios es una oportunidad excelente para hablar más acerca de los cambios corporales que llegarán. Haga énfasis en que los períodos menstruales son normales, son parte de tener un cuerpo saludable y que no hay razón para avergonzarse. Las niñas podrían preocuparse por los períodos dolorosos o ansiosas por que sus compañeros de clase se enteren. Si bien todas las niñas son distintas, hablar con tranquilidad sobre el tema y ofrecer información adecuada pueden, a menudo, aliviar parte de la ansiedad que puedan sentir respecto a los períodos menstruales.
Es mucho mejor para su hija estar informada sobre su cuerpo al principio del proceso de pubertad que sorprenderse o incluso asustarse a medida que suceden los cambios. También puede ser útil tener toallas higiénicas a mano antes de tiempo y explicar cómo usarlas antes de que llegue su primer período mensual.
Hable sobre la pubertad de forma abierta y honesta. Responda todas las preguntas que pueda tener su hija sobre los cambios en su cuerpo. No tiene que saber la respuesta a todas las preguntas, pero no olvide que los pediatras son excelentes recursos para cualquier pregunta sobre la pubertad que usted o su hija puedan tener sobre el proceso.
Las adolescentes saludables no necesitan someterse a un examen pélvico hasta los 21 años de edad. En el pasado, se recomendaban exámenes pélvicos anuales con pruebas de Papanicolaou (PAP) para las adolescentes con vida sexual activa, pero las investigaciones han demostrado que esto no es necesario. Las pruebas de Papanicolaou buscan evidencias de infección por virus del papiloma humano (VPH), que puede causar modificaciones precancerosas y cancerosas en el cuello del útero. En los últimos años hemos aprendido más sobre el VPH, inclusive que las adolescentes tienen muchas más probabilidades de resolver las infecciones por VPH por sí solas, sin necesidad de intervención médica. Las pruebas de Papanicolaou antes de los 21 años de edad se recomiendan solo en casos muy especiales, como adolescentes con VIH o deficiencias inmunitarias. No se hacen exámenes pélvicos como parte de la atención médica de rutina, pero en ciertas situaciones podría ser necesario: por ejemplo, si una adolescente con vida sexual activa tuviera dolor abdominal.
Por lo general, las chicas adolescentes no tienen necesidad de hacerse autoexámenes de mamas porque corren un riesgo extremadamente bajo de padecer cáncer de mamas. También es probable que sus senos cambien a medida que crecen, y el desarrollo de zonas doloridas e hinchazón puede ser normal durante los cambios en el ciclo menstrual. Estos cambios normales, a veces, pueden generar ansiedad a las niñas que se hacen autoexámenes de mamas periódicamente. Además, las investigaciones no demostraron que los autoexámenes de mamas aporten beneficios para el diagnóstico de cáncer de mamas. En la actualidad, no recomendamos autoexámenes de mamas de rutina para pacientes pediátricas, y hay pautas que difieren entre las recomendaciones que se hacen a las mujeres adultas.
Ofrezca a su hija oportunidades de hablar sobre la pubertad y los cambios que esta conlleva. Hablar abiertamente sobre la pubertad puede ayudar a evitar vergüenzas y estigmas, y tal vez alentar a su hija a estar más dispuesta a hablarle de lo que está viviendo. No obstante, algunas niñas simplemente no quieren hablar con sus padres de este tipo de cosas; eso también está bien. Asegúrese de que su hija sepa que usted está disponible si tuviera preguntas y que puede acceder a recursos confiables para informarse. Entre ellos se incluyen libros y una educación en salud adecuada en la escuela. Si tuviera alguna preocupación específica sobre el desarrollo de su hija o la evolución durante la pubertad, con gusto el pediatra hablará con usted y con la niña al respecto.
Recuerde: Hablar sobre la pubertad no debe ser una conversación de una sola vez.
Se puede compartir información en conversaciones más breves, abriendo la puerta para una comunicación constante de modo que su hija pueda hacer preguntas a su propio ritmo. Esta puerta abierta ayudará con charlas sobre otros temas importantes, más adelante, como por ejemplo relaciones sanas, sexo, sexualidad, consentimiento y seguridad (por ejemplo, cómo prevenir las infecciones de transmisión sexual y el embarazo, y el abuso de drogas). Establezca pronto buenas bases para conversaciones posteriores.