Solo el 5% de los pacientes con glioma consiguen sobrevivir a cinco años, ya que la mayoría fallece a los 13 meses de su diagnóstico.
Según nuevos datos del Observatorio del Cáncer, el año pasado se diagnosticaron 4.457 nuevos casos de tumores cerebrales, por ende todos los tipos de tumores necesitan de un diagnóstico y tratamiento a tiempo, para evitar desenlaces fatales en los pacientes.
Cuando aparece un tumor cerebral, los síntomas se presentan de una forma rápida y en el caso del glioma, que es un tipo común de tumor que se origina en el cerebro, los síntomas dependen de su ubicación y la velocidad con que se desarrolle.
El glioma nace de las células gliales que actúan de soporte del tejido cerebral y son las que intervienen en el procesamiento de la información del organismo que realiza el cerebro.
Una investigación de Mayo Clinic, indica que “si se han diseminado al cerebro procedentes de otra localización extracerebral, sería un tumor metastásico, que son 10 veces más frecuentes que los tumores cerebrales primarios, que se originan de las propias células que componen las distintas estructuras cerebrales. Aunque en ambos casos pueden llegar a ser potencialmente mortales”.
El procedimiento de diagnóstico para estos tipos de tumores cerebrales es la biopsia, aunque se evita la extirpación del tejido para examinarlo en el caso de los niños, debido a que los resultados no varían las opciones de tratamiento y el procedimiento puede implicar graves riesgos para su salud.
Síntomas tempranos
Los síntomas varían según el tipo de glioma del que se trate, además del tamaño y la ubicación del tumor. Sin embargo, existen signos comunes que ayudan a detectar esta enfermedad. Algunos son el dolor de cabeza y las náuseas, además de problemas de equilibrio.
Otro de los cambios que se produce es la pérdida de la visión periférica. Aunque no en todos los casos resulta ser así, pues una visión borrosa o doble igualmente se consideran síntomas a tener en cuenta. Estas dificultades también pueden repetirse a la hora de hablar.
Factores de riesgo
Pese a que se desconoce la causa exacta de los gliomas, algunos factores que incrementan el riesgo de tumor cerebral son: la edad, (adultos de 45 a 65 años), aunque existen ciertos tipos como los ependimomas y los astrocitomas pilocíticos, que son más comunes en niños y jóvenes.
La exposición a radiación es otro factor de riesgo, es decir, puede presentarse en aquellas personas que hayan recibido radioterapia con motivo de un cáncer, ya que se trata de una radiación ionizante, que puede afectar el funcionamiento de órganos y tejidos.
También existen formas más comunes de radiación, como los campos electromagnéticos del tendido eléctrico o la radiofrecuencia de los microondas. Sin embargo, no se ha demostrado aún que aumenten el riesgo de padecer un glioma.
Los antecedentes familiares no se consideran un factor de riesgo determinante en el caso de los gliomas, puesto que no existen estudios suficientes que confirmen una relación entre las variaciones genéticas y los tumores cerebrales.
Un tumor sin cura
El diagnóstico del glioma abarca un tratamiento que incluye cirugía, radioterapia y terapias médicas como la quimioterapia. Sin embargo, ninguna de ellas ha sido capaz de aprobarse como la cura para este tipo de enfermedad. En la búsqueda de ella, los profesores Elisa Moya y Rafael Navarro han desarrollado un escudo a base de imágenes sintéticas contra los tumores cerebrales más malignos, como es el caso del glioma.
Esta investigación mejora la detección, el diagnóstico y el tratamiento para este tipo de tumores. "Proponemos que no adquiramos todas las imágenes en la prueba, solo algunas", explicó Moya. “De esta manera, el paciente no tendría que someterse durante tanto tiempo a la extensa prueba de resonancia magnética que sirve para el diagnóstico” añadió.
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