Algo como un derrame cerebral o un ictus pueden provocar la desaparición repentina de los trastornos por consumo de sustancias.
Los trastornos por consumo de sustancias (TCS) son enfermedades que afectan al cerebro y al comportamiento de una persona, lo que influye en su capacidad para controlar sus deseos de consumir ciertas drogas. Entre ellas se incluyen las legales, como el alcohol o el tabaco, pero también las ilegales, como la heroína, el éxtasis o las metanfetaminas.
Un estudio realizado con una muestra representativa de personas entre 15 y 64 años de edad reveló que uno de cada 20 encuestados (5 %) cumplía con los criterios para la dependencia al alcohol y un 8 % cumplía con los criterios para el abuso de alcohol.
Así mismo, en una investigación llevada a cabo en Puerto Rico, llamada Factores Relacionados Con El Uso Excesivo De Alcohol En Adultos Jóvenes En Puerto Rico, se determina que diversos estudios demuestran la alta prevalencia de uso excesivo de alcohol en poblaciones jóvenes en Puerto Rico.
Al estudiar el inusual fenómeno, de lesiones como un derrame cerebral o un ictus pueden provocar la desaparición repentina de estos trastornos, por consumo de sustancias.
Investigadores del Centro del Cerebro y la Mente de Turku (TBMC), han identificado recientemente un circuito cerebral relacionado con la remisión de estas adicciones.
“Hasta ahora no sabíamos a qué áreas dirigir los tratamientos, pero este hallazgo podría solucionar esa limitación al señalar una red común para varias adicciones”, cuenta el neurólogo Juho Joutsa, primer autor del estudio.
¿Y cómo puede desaparecer la dependencia a las drogas tras una lesión?
“Una adicción es un aprendizaje que se desencadena en nuestro cerebro, por tanto, el daño en esa zona puede inducir la pérdida de alguna conducta previamente adquirida”, comenta Adriana Castro-Zavala, científica del Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GReNeC) de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) que no ha participado en el estudio.
La investigadora pone como ejemplo a personas que, tras tener un infarto cerebral, pierden la capacidad de caminar o hablar, de recordar ciertos periodos de su vida, tocar un instrumento o hablar un idioma específico, entre otras situaciones.
En busca de dianas terapéuticas
Al situar las lesiones de los pacientes, investigadores del Brigham Hospital de EE.UU., que participan en el trabajo junto a los expertos de (TBMC), han relacionado la remisión del tabaquismo con áreas específicas del cerebro y no con regiones, como se pensaba hasta ahora.
Según los autores, el daño en dichas áreas, como la ínsula o el giro cingulado, alteran el recorrido que interviene en la remisión de la adicción a la nicotina. Por contra, los daños en el perfil de conexiones, observados en otros pacientes, no les hacían dejar el tabaco.
“Al mirar más allá de las regiones individuales del cerebro, hemos encontrado dianas terapéuticas para combatir las adicciones y estamos ansiosos por probarlas en ensayos clínicos y poder mejorar las terapias existentes”, destaca Michael Fox, del departamento de Neurología del Brigham Hospital.
¿Cómo se ha llevado a cabo el estudio?
Los especialistas analizaron escáneres cerebrales de dos grupos independientes de 129 pacientes adictos al tabaco con daño cerebral. De estos pacientes, 34 se libraron repentinamente de su adicción al tabaco, por lo que los autores decidieron comparar las lesiones de los pacientes que no pudieron dejar de fumar frente a los que sí pudieron tras su lesión.
Credio: Juho Joutsa et al, Revista Nature
Durante esta comparación, trazaron un mapa cerebral para ubicar cada lesión. Su investigación revela que, aunque los daños asociados con la remisión ocurrieron en múltiples lugares del cerebro, todas podrían asignarse a una red cerebral específica.
Asimismo, también descubrieron que “la reducción del alcoholismo se corresponde con un circuito cerebral parecido, lo que sugiere que este descubrimiento podría aplicarse en otras adicciones”, explica Joutsa.
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