Una mujer de 32 años, enfermera, y con buen estado de salud, refiere antecedentes de cefalea pulsátil hemicraneal izquierda.
En este caso, la paciente con antecedentes de cefalea pulsátil hemicraneal izquierda presentaba náuseas, vómito y fotofobia intensa, desde hace 20 años, que identifica como una sensación de entumecimiento hemifacial izquierda. En ocasiones la paciente “ve puntos de colores”, sostiene el médico tratante.
Sus episodios duran de 48 a 72 horas. La paciente ha recibido tratamiento con amitriptilina y valproato como profilaxis, pero sin ninguna mejoría en la frecuencia de los episodios. También se le ha suministrado topiramato (hasta 50 mg cada 12 horas) presentando alteración de la concentración como efecto secundario.
¿Cómo se procedió con la paciente?
Se le realizó una resonancia magnética que no mostró alteraciones, y recibió inyecciones con toxina botulínica seis meses antes de la consulta actual por exacerbación de las crisis de cefalea: inicialmente experimentó una mejoría del 50 % de los episodios, pero en los últimos tres meses ha tenido al menos tres episodios por mes y consume triptanes en cada uno de ellos.
Según los CDC, la cefalea migrañosa implica un dolor punzante, palpitante o pulsátil, y se encuentra en un lado de la cabeza. Generalmente, ocurre con otros síntomas, como cambios en la visión, sensibilidad al ruido o a la luz o náuseas.
Conversión de migraña episódica en migraña crónica
El uso de un tratamiento preventivo en migraña tiene la finalidad de evitar la conversión de migraña episódica en migraña crónica. No obstante, pocos estudios han evaluado los parámetros para el inicio del tratamiento preventivo, que incluyen:
Dos episodios discapacitantes o graves o cuatro crisis leves de migraña por mes.
Tratamiento agudo para la migraña inefectivo o contraindicado.
Presencia de cefalea con abuso de analgésicos.
Crisis de migraña muy discapacitantes.
Gen de la calcitonina
Los anticuerpos dirigidos contra el péptido relacionado con el gen de la calcitonina o su receptor incluyen eptinezumab, erenumab, fremanezumab y galcanezumab.
Estudios retrospectivos han demostrado eficacia hasta en 74 % de los pacientes y la suspensión de estos fármacos por los efectos adversos ha sido menor a 5 %. Sin embargo, dentro de los efectos adversos descritos se incluyen: exacerbación de hipertensión arterial, caída de cabello y reacciones cutáneas en el sitio de inyección, pero el elevado coste limita su uso.
Las recomendaciones generales, de la Dra. Zaira Medina López de Medscape, en el caso presentado podría considerarse el uso de anticuerpos monoclonales, por ejemplo galcanezumab, debido a que la paciente continúa con elevada frecuencia de crisis y no ha tenido buena respuesta sostenida, además ha presentado efectos adversos con tratamientos de primera línea.
Galcanezumab y anticuerpos monoclonales
El galcanezumab es un anticuerpo monoclonal humanizado que se administra en dosis de 240 mg subcutáneo como dosis de carga y posteriormente 120 mg cada mes; se recomienda reevaluar la frecuencia de cefalea a los tres meses y una disminución del 50 % en la frecuencia, intensidad y duración de los episodios se consideraría efectiva, concluye.
Fuente consultada aquí.