Los resultados de dos estudios se suman a la creciente evidencia que subraya la importancia de las características de las imágenes, señalan los investigadores.
Según una investigación, en el diagnóstico de la esclerosis múltiple, a través de la resonancia magnética, se pudo evidenciar la presencia de lesiones del borde paramagnético, así como en la predicción del curso más grave de la enfermedad.
Sin embargo, es importante destacar que el efecto de las lesiones del borde sobre la discapacidad fue mayor que el de los biomarcadores de pronóstico establecidos del recuento y volumen de lesiones de sustancia blanca T2.
"Nuestros datos sugieren que la presencia y la cantidad de lesiones en el borde de hierro tienen un valor pronóstico para la discapacidad a largo plazo en la EM, especialmente la presencia de cuatro o más lesiones en el borde", dijo el autor principal de ambos estudios, Amjad I. AlTokhis, School of Medicina, Universidad de Nottingham, Reino Unido, y la División de Neurociencia Clínica, Nottingham University Hospitals NHS Trust, a Medscape Medical News.
"Esto podría respaldar el uso de las lesiones del borde de hierro como un biomarcador de imágenes para la gravedad de la enfermedad y un peor pronóstico", dijo AlTokhis.
"Estos hallazgos también respaldan que las lesiones del borde de hierro podrían ser clínicamente útiles no solo para el diagnóstico, sino también para la progresión de la enfermedad y para predecir futuras discapacidades en la EM", añadió.
Los hallazgos se presentaron aquí en el Foro 2022 del Comité de las Américas para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (ACTRIMS).
¿Signo de enfermedad agresiva?
Docenas de estudios han relacionado las lesiones del borde, que también se conocen como lesiones del borde de hierro debido a su composición de macrófagos/microglía cargados de hierro, con un curso más grave de la enfermedad en la EM, así como con su potencial como importante biomarcador de imágenes para el diagnóstico. Sin embargo, los estudios a menudo se han limitado a cohortes longitudinales más pequeñas.
En el primer estudio, AlTokhis y sus colegas reclutaron a 91 pacientes con EM (56 mujeres) entre 2008 y 2013 para quienes se disponía de resonancia magnética de 7 Tesla (7T) con secuenciación de fase filtrada por SWI.
Al inicio del estudio, entre 42 pacientes con síndrome clínicamente aislado, el 50 % tenía una o más de las lesiones del borde. Las tasas correspondientes fueron del 38 % entre 34 pacientes con EM remitente-recurrente, del 38 % entre 18 pacientes con EM progresiva primaria y del 71 % entre 17 pacientes con EM progresiva secundaria (P < 0,05 frente a EM progresiva primaria y síndrome clínicamente aislado).
En una mediana de seguimiento de 9 años, 18 de los pacientes con síndrome clínicamente aislado y EM remitente-recurrente progresaron a EM progresiva secundaria; y entre ellos, el 56% tenía al menos una lesión en el borde.
La mediana del nivel inicial de gravedad de la enfermedad en toda la cohorte, medida por la puntuación de esclerosis múltiple relacionada con la edad (ARMSS), fue de 5,4. Sin embargo, la puntuación media entre los pacientes con lesiones en el borde fue más alta en comparación con los que no tenían lesiones (ARMSS, 6,7 frente a 5,0).
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