El óxido de grafeno podría utilizarse como herramienta diagnóstica y terapéutica en medicina, pero antes hay que ver cómo interacciona con las células inmunitarias.
El grafeno es un material de carbono con grandes propiedades mecánicas potenciales para el uso en la medicina como herramienta adicional terapéutica y diagnóstica, en materia de cáncer y otras áreas como la transferencia genética y la ingeniería de tejidos.
El reto más grande que tendrán los científicos será el de mantener una reacción controlada del sistema inmunitario; investigadores de diferentes instituciones europeas llevaron a cabo estudios para monitorizar las interacciones entre el óxido de grafeno y el organismo.
Como resultado de estas pruebas, se obtuvo una respuesta positiva que detalló el requerimiento de algunas otras moléculas, como grupos amino, que favorezcan y contribuyan a la compatibilidad de este material con las células inmunitarias humanas.
Este descubrimiento hace parte de un hito esencial para la medicina y la ciencia, pues permitiría un diagnóstico y tratamiento aún más certero contra el cáncer, y contribuiría en la ingeniería de tejidos y la neurociencia.
“Un impacto positivo del óxido de grafeno en determinadas células inmunitarias puede servir como punto de partida para desarrollar plataformas biomédicas basadas en este material a escala nanométrica, como nuevas inmunoterapias, portadores de vacunas y nanoadyuvantes”, apunta señala Lucia Gemma Delogu, coautora e investigadora de la Universidad de Sassari, quien recuerda que los nanomateriales de grafeno tiene ‘facilidad’ para conjugarse con medicamentos y otras moléculas en su superficie, “mejorando la función del fármaco y la especificidad sobre el objetivo de interés”.
Se espera que este material pueda ser utilizado en la medicina, y en cualquier otro ámbito siempre y cuando el impacto en la salud del paciente y en el medio ambiente sean mínimos.