Los autores concluyeron que el aumento en el uso inadecuado de ivermectina puede producir efectos secundarios graves que requieran hospitalización.
La Ivermectina está indicada para el tratamiento de la estrongiloidiasis (nemátodo; infección causada por un tipo de parásito que entra al organismo penetrando la piel, llega a las vías respiratorias y se aloja en el intestino). La ivermectina se usa también para controlar la oncocercosis (ceguera de los ríos; infección con un tipo de parásito que provoca sarpullido, protuberancias debajo de la piel y problemas de la vista, como pérdida de visión o ceguera). La ivermectina pertenece a una clase de medicamentos llamados antihelmínticos. En el caso de la estrongiloidiasis, actúa destruyendo los parásitos presentes en el intestino. En el caso de la oncocercosis, destruye los parásitos en desarrollo. La ivermectina no mata los parásitos que causan la oncocercosis y, por lo tanto, no cura este tipo de infección.
Uso inadecuado
Una carta reciente publicada en el New England Journal of Medicine ilustra los efectos potencialmente tóxicos de la Ivermectina e informa sobre la creciente frecuencia de su uso inadecuado.
Los autores comenzaron el artículo señalando que la ivermectina puede disminuir la replicación del SARS-CoV-2 in vitro, pero que no se ha demostrado ningún beneficio clínico en la prevención o el tratamiento de la COVID-19 en ensayos comparativos aleatorizados. No obstante, el uso veterinario de la ivermectina ha aumentado y el número de recetas para uso humano se ha disparado desde que se publicitó el uso potencial de la ivermectina.
El Oregon Poison Center, un centro consultivo telefónico que brinda asesoramiento sobre tratamientos para el público y consultas de tratamiento integrales para los trabajadores sanitarios, ha recibido un número creciente de llamadas relacionadas con la exposición a la ivermectina relacionada con la COVID-19. En agosto de 2021, el centro recibió 21 llamadas relacionadas con la ivermectina.
Aproximadamente la mitad de las personas que llamaron informaron haber empleado ivermectina para prevenir la COVID-19 y el resto usó el medicamento para tratar sus síntomas. Seis personas fueron hospitalizadas por los efectos tóxicos del uso de ivermectina. Los efectos tóxicos informados fueron alteraciones gastrointestinales, confusión, ataxia, convulsiones e hipotensión, entre otros.
Los autores concluyeron que el aumento en el uso inadecuado de ivermectina puede producir efectos secundarios graves que requieran hospitalización.
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