Los adictos le dicen "Mami", en silla de ruedas les distribuye ofrendas

Los deambulantes y adictos le dicen "Mami". Ella está en silla de ruedas, les brinda modestas ofrendas llenas de amor en un sobre que dice "Cristo te ama".

Luis Penchi

    Los adictos le dicen Mami, en silla de ruedas les distribuye ofrendas

    Amelia de Jesús, una ex-gerente postal del Servicio de Correos de Estados Unidos en Puerto Rico, es una cristiana evangélica que no cree en juzgar y por eso ayuda a deambulantes y usuarios de drogas.

    Amelia de Jesús tiene 73 años, pero dice con picardía que dejó de cumplir años cuando llegó a los 55. "Mi certificado de nacimiento dice que tengo 73, pero tengo 55 años y así me siento. Mi hijo me dice que eso no es posible porque él tiene 49.", dijo sonriendo Amelia, que padece esclerosis múltiple, pero no puede dejar de servir al prójimo.

    Amelia tiene dos hijas residentes en Puerto Rico, y un varón y una cuarta hija que residen en Atlanta. "Mis cuatro hijos son muy buenos conmigo gracias a Dios"", dijo la líder cívica que considera también a deambulantes y adictos como sus hijos.

    Durante la pandemia repartía emparedados de Subway a los adictos que se reúnen cerca del Correo en Hato Rey, pero ahora distribuye pequeñas ofrendas en sobre en el Residencial La Violeta en Vega Baja cerca de donde reside.

    De Jesús no hace colectas públicas para ayudar a sus hijos postizos. "Saco el dinero para los donativos de mi pensión. Yo nací en un caserío en Nueva York y éramos muy pobres. Tengo que devolverle a Dios todo lo que me ha dado", dice.

    Amelia fue la primera mujer policía postal en Puerto Rico y se jubiló como gerente de correos. "Empecé en ventanillas y seguí ascendiendo, tengo que seguir ayudando a mis hermanos y debo recordar el Evangelio en que Jesús evitó que mataran a pedradas a una prostituta. Siempre digo que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y por eso, como no es cuestión de juzgar, es cuestión de ayudar lo sigo haciendo", resalta.

    "Antes lo hacía también en Bayamón y en San Juan, pero desde que empezó la pandemia, lo estoy haciendo aquí más cerca de la Urbanización Santa Rita, donde vivo". Amelia ya no reparte emparedados, ahora reparte sobres con ofrendas pequeñas de tres y cinco dólares,

    "'El sobre dice Cristo te Ama y algunos de los muchachos me dicen que no quieren ver el mensaje y se creen que adentro solo hay un texto, pero se sorprenden cuando encuentran un dinerito adentro", dijo De Jesús.

    La activista social dijo que muchos de los adictos la besan y la abrazan. "La gente me dice que no permita que me besen, pero la verdad es que Jesús se dejaba tocar".

    Amelia tiene su automóvil que usa para transportarse, pero cuando se avería el vehículo sale a repartir su ofrenda en su sillón de ruedas. Reconoce que en ocasiones ha intentado moverse en andador y se ha caído.

    "Tengo algunos moretones, pero uno se cae y se levanta en la vida. Mi médico me ha preguntado que porque tengo los golpes y yo le digo que tengo un novio que me da duro. Él sabe que no es verdad y me dice que el andador es para la casa y que debo usar el sillón de ruedas", dijo riendo 

    Amelia fue hoy al templo Cristo Sanador de Dorado y está celebrando el Día de las Madres en su casa. 

    "Antes me hubiera ido a casa de mi mamá, que se llamaba Amalia, y es mi modelo, pero ya no está con nosotros. Tengo que ir al Cementerio de los Cipreses, donde ella está ahora".

    De Jesús dice que su madre le obligaba a tomar café en cualquiera de sus visitas. "Me decía, ya lo estoy preparando, tienen que tomarlo. Ahora no puedo tomar café con ella. Ni siquiera me deja entrar a su casa. Me dice, deja las flores y vete. Eso es todo".

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